México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Reúne en un libro algunas notas que escribió
sobre sus pláticas con el cineasta
Practicar la austeridad, gran lección de Luis
Buñuel, sugiere Claudio Isaac
Ser tratado como semidiós era algo que irritaba
al autor del filme Un perro andaluz
''Sus cintas tienen fallas garrafales, pero su discurso
humano superó cualquier cosa''
ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA
Cuernavaca, Mor., 26 de mayo. A Luis Buñuel
''le urgía bajarse del pedestal. No le gustaba ser tratado como
semidiós y que lo llenaran de alabanzas; eso lo irritaba porque
sabía que en el fondo había algo fraudulento", expresa Claudio
Isaac, autor de Luis Buñuel: a mediodía, obra en el
que reúne algunas de las notas que escribió con motivo de
las pláticas que sostuvo con el realizador español, quien
este año cumple dos décadas de fallecido.
Isaac, también cineasta y pintor, explica en entrevista
que no tiene la intención de descubrir facetas ocultas del director
de Un perro andaluz. ''Todo lo que se dice en el libro está
de manera embrionaria en los textos que se han escrito sobre él;
seguramente habrá cosas novedosas porque algunas páginas
son de lo que ocurrió en soledad entre Buñuel y yo; entre
Buñuel, su esposa, la cocinera, el perro y yo" al mediodía,
pues era la hora en la que se reunieron durante varios años en la
casa del director español.
Atribuir ese nombre al texto -coeditado por el Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes, la Universidad de Guadalajara y el
gobierno de Colima- fue ''como admitir la parcialidad, lo fragmentario
del libro. Como admitir que estoy presentando sólo lo que ocurría
a las 12 del día y no lo que pasaba en la mañana, la tarde
o la noche. Es, por decirlo de alguna manera, mi pedazo de verdad".
Interés por fisuras y carencias
El
acercamiento a Buñuel (1900-1983), reconoce el autor, no fue cosa
fácil aun cuando sus padres, el director y caricaturista Alberto
Isaac y la actriz Lucero Isaac, eran grandes amigos del cineasta aragonés.
La razón era sencilla: a Buñuel no le agradaba la presencia
de adolescentes. Con todo, logró llamar su atención de manera
que los encuentros fueron continuos, permitiéndole dar cuenta de
aspectos cotidianos.
''Siempre me han interesado las fisuras de cada personaje,
sus dolencias, sus carencias, porque es lo que nos une como seres humanos.
Me parece que presentar sólo el lado de la genialidad, el triunfo
y el éxito es algo grosero. Me interesa mucho, no sólo con
Buñuel, sino también en los documentales que hice de Jaime
Sabines y Octavio Paz, cubrir un aspecto no triunfal sino un poco melancólico
o medio resquebrajado, sin afán de explotar las dolencias. A partir
de eso se puede comprender mejor a una persona, en su dimensión
real, en la de carne y hueso."
Luis Buñuel: a mediodía podría
ser casi un homenaje al director de Viridiana ''como el ser terrestre
y humilde que fue, pero sin que existan complacencias. Es el registro de
conversaciones en las que le decía que no me gustaba tal cosa de
una película. Para mí es un cineasta fallido. Me parece que
es maravilloso por sus resultados en otro orden que es extracinematográfico.
Sus cintas tienen fallas garrafales, casi todas ellas, y las que están
mejor hechas es porque están producidas por industrias más
avanzadas que la mexicana. Es el alcance de la propuesta filosófica
del discurso humano más allá del cine donde Buñuel
superó cualquier cosa".
Claudio Isaac, autor también de la novela Alma
húmeda y el poemario Otro enero, explica que si tuvo
la impertinencia de decirle al director que su película estaba mal
actuada o filmada fue gracias a los 57 años que los separaban y
que permitieron acercarse a Buñuel como un nieto. Esa impertinencia,
explica, ''dio como resultado que él admitiera que así era,
que debió haber sido escultor, un poco en broma y un poco en serio.
El resultado fueron respuestas honestas''.
Intransigente con la lisonja
''Luis Buñuel no influyó en mí como
cineasta, sino como ser humano. La herencia más importante es su
entereza ética, su capacidad de burlarse de sí mismo, de
relativizar las cosas y no tomarlas en serio, su compromiso respecto de
su filiación a sus credos y sobre todo su humildad. Esa es una gran
lección: la austeridad famosa que tenía la llevaba a todos
los terrenos. Tampoco se reblandecía ante ningún elogio o
lisonja, era muy entero, no transigía con eso", expresa Claudio
Isaac.
(Luis Buñuel: a mediodía se presenta
hoy a las 19:30 horas en la librería El Péndulo de la Zona
Rosa, en Hamburgo 126, entre Génova y Amberes.)
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