México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Kurt Vonnegut
Hay un clima raro últimamente
Primero lo primero. Quiero que quede muy claro que este
bigote que uso es el bigote de mi padre. Debí haber traído
una fotografía suya.
Mi hermano mayor Bernie, ahora fallecido, fue un físico
y químico que descubrió que el yoduro de plata a veces puede
hacer que nieve o que llueva; él también usaba este bigote.
Mi hermano mayor, Bernie, ahora fallecido, fue un físico
y químico que descubrió que el yoduro de plata a veces puede
hacer que nieve o que llueva; él también usaba este bigote.
Hablando del clima: Mark Twain dijo que algunos de sus
lectores se quejaron de que no había suficiente clima en sus historias.
Por eso Twain escribió algunas descripciones climatológicas
para que los lectores pudieran insertarlas donde creyeran que podían
ser útiles.
Se dice que Mark Twain derramó una lágrima
de gratitud e incredulidad cuando recibió honores por sus escritos
en la Universidad de Oxford, Inglaterra.
Y yo debo derramar también una lágrima debido
a que a los 80 años se me ha invitado, por mi labor de escritor,
a hablar bajo los auspicios de la sagrada Casa de Mark Twain aquí
en Hartford.
¿Qué
otro monumento estadunidense es para mí tan sagrado como la Casa
de Mark Twain? El Memorial de Lincoln en Washington DC. Mark Twain y Abraham
Lincoln eran muchachos campesinos provenientes de la zona centro de Estados
Unidos. Ambos hicieron que los estadunidenses se rieran de sí mismos
y apreciaran chistes realmente importantes y de gran contenido moral.
He notado que los trabajos de construcción del
Museo Mark Twain, aquí en Hartford, han sido suspendidos. El museo
está justo detrás de lo que era la cochera de la Casa Mark
Twain, en el número 351 de la avenida Farmington.
Los albañiles fueron obligados a abandonar la construcción
y enviados a casa porque los "conservadores" estadunidenses, como les gusta
llamarse, que están en Wall Street y encabezan la mayor parte de
nuestras corporaciones se han robado una fracción importante de
nuestro ahorro privado. Han arruinado a inversionistas y asalariados mediante
el fraude y la piratería descarada.
Choque y pavor.
Y ahora que se han instalado en nuestro gobierno federal,
o en su defecto, tomado el control de él desde afuera, han malgastado
nuestras reservas públicas y más. Han creado una deuda pública
de magnitud tan impensable que nuestros descendientes, para quienes abrigábamos
tan elevadas esperanzas, llegarán a este mundo pobres como ratones
de iglesia.
Choque y pavor.
¿Qué están haciendo los conservadores
con todo el dinero y el poder que alguna vez nos pertenecieron a todos?
Pues nos están diciendo que debemos estar absolutamente aterrorizados,
y que debemos correr en círculo como pollos decapitados.
Pero ellos van a salvarnos. Nos están obligando
a quitarnos los zapatos en los aeropuertos. ¿Hay alguien aquí
a quien se pueda ocurrírsele una mejor broma que ésta?
Sonríe Estados Unidos: estás en la Cámara
Indiscreta.
Los conservadores también han liberado innumerables
armas de alta tecnología, cada una de las cuales cuesta más
que cien preparatorias en un país del tercer mundo, con el fin de
provocar el choque y pavor en seres humanos como nosotros, como Adán
y Eva, que habitan entre los ríos Tigris y Eufrates.
El otro día le pregunté al antiguo pítcher
de los Yankees Jim Bouton su opinión sobre nuestra gran victoria
en Irak y me dijo: "Mohammed Alí contra el señor Rogers".
¿Qué son los conservadores? Son personas
dispuestas a mover cielo y tierra, si es necesario; y que están
dispuestas a arruinar una compañía o un país o al
planeta, con tal de probar ante nosotros y ante sí mismos que son
superiores a todos los demás, con la única excepción
de sus amigos. Ellos cuidan mucho de sus amigos; cuidan que no vayan a
dar a la cárcel y esas cosas.
Los conservadores están locos como chinches. Son
bravucones.
Choque y pavor.
¿Guerra entre clases? Claro, también de
eso se trata. Los conservadores han dejado clara su superioridad a admiradores
de Abraham Lincoln, Mark Twain y Jesús de Nazaret con la muy competente
ayuda de la televisión, medio que volvió intrascendentes
nuestras protestas contra la guerra.
¿Qué fue lo que nos pasó? Hemos sufrido
una calamidad tecnológica. La televisión es ahora nuestra
forma de gobierno. ¿Qué razones tuvimos para protestar contra
la guerra de los conservadores? Podría nombrar muchas razones pero
sólo necesito mencionar una, que es el sentido común.
Muy probablemente se reanudarán, tarde o temprano,
las labores de construcción del Museo Mark Twain. Por eso yo, que
soy hijo y nieto de arquitectos de Indiana, quiero aprovechar la oportunidad
de sugerir un elemento que espero se incluya en la estructura ya terminada,
y que son unas palabras que deberían labrarse en el dintel de la
entrada principal.
Es un frase que, creo, sería muy divertido poner
ahí, y a Mark Twain le gustaba lo divertido más que cualquier
otra cosa. Se me ocurrió jugar con algo famoso que él dijo
y que es: "Sé bueno y serás solitario". Es una frase de Siguiendo
al Ecuador. ¿Les parece bien?
Visualicen la majestuosa entrada que tendrá algún
día el Museo Mark Twain. E imaginen estas palabras cinceladas en
ese noble dintel pintadas en oro: "sé bueno y serás solitario
en la mayoría de los lugares, pero aquí no. Aquí no".
Una de las más avergonzadas y descorazonadas historias
escritas por Twain fue la que trata de la matanza de 600 moros; hombres,
mujeres y niños, a manos de nuestros soldados durante la liberación
del pueblo de Filipinas, después de la guerra española-estadunidense.
Nuestro valiente comandante fue Leonard Wood, quien ahora tiene un fuerte
con su nombre: el Fuerte Leonard Wood.
¿Qué tenía que decir Abraham Lincoln
sobre esas guerras imperialistas de su país?
Se trata de guerras que, con un noble pretexto u otro,
tienen el objetivo real de incrementar los recursos naturales y los cuadros
de mano de obra dócil que tienen a su disposición los estadunidenses
más ricos y con los mejores contactos políticos.
Casi siempre es un error mencionar a Abraham Lincoln en
un discurso sobre otro tema u otra persona. Siempre roba cámara,
y yo estoy a punto de citarlo.
Lincoln era sólo un congresista en 1848, cuando
dijo lo que estoy por citar. Se sentía descorazonado y avergonzado
por nuestra guerra contra México, país que nunca nos atacó.
Nos estábamos adueñando de California, y de un montón
de personas y propiedades, y lo estábamos haciendo como si perpetrar
una carnicería contra soldados mexicanos que sólo defendían
su patria de los invasores no fuera asesinato.
¿De qué más nos apoderamos, además
de California? Bueno, estaba Texas, Nuevo México, Utah, y partes
de Colorado y Wyoming. La persona a la que se dirigió el congresista
Lincoln cuando dijo lo que voy a citar era James Polk, quien entonces era
nuestro presidente. Abraham Lincoln dijo sobre Polk, su presidente, el
comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas: "Confió en escapar
del escrutinio al procurar que la mirada pública se fijara en la
excelsa brillantez de una gloria militar; ese atractivo arco iris que surge
después de las lluvias de sangre; en ese ojo de serpiente que hipnotiza
antes de destruir. Fue entonces cuando se arrojó a la guerra".
¡Caramba! Y casi se me sale decir "¡Carajo!"
¡Y yo aquí, creyéndome escritor!
¿Sabían ustedes que incluso fue capturada
la ciudad de México durante la guerra que encabezamos contra ese
país? ¿Por qué no celebramos esa captura con un día
festivo nacional? ¿Y por qué no está el rostro de
James Polk en el monte Rushmore junto con el de Ronald Reagan?
Lo que hacía que México fuera un país
tan malvado en la década de 1840, es decir, mucho antes de nuestra
guerra civil, era que la esclavitud era ilegal en su territorio. ¿Se
acuerdan de la batalla del El Alamo?
Mi bisabuelo se llamaba Clemens Vonnegut. El mundo es
muy, muy pequeño. Esta picante coincidencia no es una invención.
Clemens Vonnegut decía ser un "librepensador", que no era sino el
término antiguo con el que se definía a un humanista. Era
vendedor de artículos de ferretería.
Así que hace unos 120 años había
un hombre llamado Clemens y Vonnegut. Seguramente esta persona me habría
caído muy bien. Sólo hubiera deseado ser él esta noche.
No me atribuyo, en cambio, ningún parentesco sanguíneo
con Samuel Clemens , originario de Hannibal, Missouri. Me imagino que
el apellido "Clemens" es, al igual que "Clementina", un derivado del adjetivo
"clemente". Ser clemente es ser indulgente y compasivo. Si aplicamos el
término al clima, estaríamos hablando de condiciones perfectamente
celestiales.
He ahí otra descripción climatológica.
El "señor Rogers" es un conductor de programas
infantiles educativos en Estados Unidos. (N de la T)
Samuel Clemens era el nombre de nacimiento de Mark Twain,
que era un seudónimo.
Adaptado de una conferencia pronunciada por Kurt Vonnegut
en la Casa de Mark Twain en Harford, Connecticut, en abril pasado, y que
fue publicada en In these times (www.inthesetimes.com)
Traducción: Gabriela Fonseca
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