México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Nuevo corpus de la antigua lírica
popular hispana es fruto de 30 años de investigación
Margit Frenk da a conocer la edición mexicana
de su gran obra
Sería triste que mi trabajo fuera algo definitivo,
expresa la especialista en filología
En dos tomos, la publicación comprende el análisis
de más de 3 mil 790 textos
CESAR GÜEMES
Luego de 30 años de trabajo, la investigadora Margit
Frenk da a conocer la edición mexicana, en dos tomos, del Nuevo
corpus de la antigua lírica popular hispana (siglos XV a XVII),
coeditado por la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), El Colegio de México (Colmex) y el Fondo de Cultura Económica
(FCE). Así, la filóloga da por terminada la ingente empresa
que deja en manos del español José Manuel Pedrosa.
El retiro parcial de la doctora Frenk obedece, en buena
medida, a un padecimiento ocular que no le permite la lectura de tipos
de letra muy pequeños o irregulares. Sin embargo, el cambio de ritmo
no le impide avanzar en otros tres libros sobre los que trabaja.
La historia del corpus se remonta a 1987, cuando
apareció en un tomo, bajo el sello Castalia, en España. Poco
más de tres lustros después, la edición mexicana ha
crecido y en dos tomos, como apunta a modo de broma Margit Frenk aunque
con un dato fidedigno, pesa cinco kilos.
Revisión inconclusa
La
primera edición de 1987 aparecería en mil 500 ejemplares,
que fueron sólo 750. Al agotarse, la editorial española decidió
hacer una segunda en 1990, que no era sino una reimpresión. De ese
modo siguió reimprimiéndose durante varios años sin
que la autora fuese notificada hasta que Frenk se enteró y actuó
conforme a derecho. No obstante las reimpresiones, los ejemplares no llegaban
a México y fue entonces cuando la investigadora decidió hacer
una nueva versión del clásico que se incrementó de
manera significativa: el primer corpus contiene más de 2
mil 600 textos, mientras el nuevo abarca más de 3 mil 790 (estudios
sobre canciones y poemas de la época); el primer corpus contaba
con mil 300 páginas y el actual suma 2 mil 200 entre los dos tomos.
-La obra creció casi 40 por ciento, tanto en contenido
como en volumen. ¿Hasta aquí ve satisfecho su trabajo?
-No, por una sola razón objetiva y concreta: como
investigadora me consta que falta mucho material por recoger. Hace un cierto
tiempo, por ejemplo, en la Biblioteca Nacional de Madrid, trabajé
sobre pliegos sueltos de villancicos, como los que publicaban en la Colonia,
pero tuve que regresar a México y no alcancé a terminar la
revisión. Luego, a finales de 2001, cuando me hicieron un homenaje
sorpresa en la Universidad de Salamanca, tuvieron a bien obsequiarme el
libro Postillae in corpus Margit Frenk, que está lleno de
textos que no incluí. Claro, de esos yo habría considerado
sólo algunos, pero el caso demuestra que esta investigación
sigue, pero sin mí.
Material disperso en España
-Cómo, ¿deja de investigar?
-No precisamente. Decidí colaborar con un joven
colega español que ha trabajado estupendamente en varios campos
folclorísticos, José Manuel Pedrosa. Al inicio de las conversaciones
con este investigador le propuse que él realizara el trabajo y lo
firmara. No pude convencerlo y acordamos que aparecería firmado
por los dos, porque lo revisaré.
Margit Frenk tiene en diverso grado de avance tres libros
más sobre filología y valora la posibilidad de un descanso
del corpus.
-Finalmente ya lo hice, ya estuvo suave.
-¿En dónde está lo que resta de incluir
en el corpus?
-En principio, disperso en España. Existen libros
escasamente conocidos, sobre todo en bibliotecas particulares, que pueden
brotar en cualquier momento e incrementarán considerablemente el
corpus. Lo mismo tomo en cuenta manuscritos e impresos que se encuentran
en manos de particulares y sobre los cuales no tiene noticia la academia.
''Y también están los textos que no alcancé
a ver en las propias fuentes a las que acudí, que poco a poco han
ido apareciendo y de los cuales sé de cierto que existen. Qué
bueno que el corpus sea un proceso que no haya llegado a término,
sería muy triste que mi investigación fuera ya algo definitivo.''
Investigadora de excelencia
-Si bien la primera versión del corpus se
reimprimió sin su autorización y sin beneficiarla, el reconocimiento
que le ha ganado en los países donde se lee es muy amplio.
-No me quejo, ya quisieran muchos tener un puesto fijo
como el que tuve a lo largo de 30 años en El Colegio de México.
Ahora dispongo de una plaza de tiempo completo en la UNAM y estoy apoyada
por el Sistema Nacional de Investigadores con el grado de excelencia, hecho
que agradezco. He vivido de hacer investigaciones y mi existencia no ha
sido mala. En cuanto a las regalías es verdad que han sido escasas,
nunca recibí nada considerable por ese concepto. Sin embargo, mi
trabajo financió siempre las investigaciones que me iban interesando.
No me quejo, así está bien.
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