México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Deben "dejarse las discusiones anquilosadas" contra privatizaciones, destacan
Excesiva regulación frena competitividad con China, aseguran Cofemer y Comce
La preparación ha encarecido la mano de obra nacional, dice la Comisión Regulatoria
MIRIAM POSADA GARCIA
La excesiva regulación fiscal destaca como el principal problema de competitividad de México frente a China, de acuerdo con datos de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) y el Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce), que coinciden en que México ya no puede competir con la mano de obra barata de ese país asiático.
El director de la Cofemer, Carlos Arce, advirtió que la falta de un adecuado marco fiscal resta competitividad a México, y advirtió que la carencia de este atributo en el mercado internacional es "implacable", por lo que consideró indispensable dar la vuelta al debate en materia de reformas estructurales, "dejarnos de discusiones tradicionales y anquilosadas sobre nacionalismos versus privatización, porque sería mantenernos en la miopía sin querer ver lo que ocurre alrededor".
En sentido contrario, destacó, China, uno de los principales competidores de México en el mercado de Estados Unidos y otros, cuenta con un marco jurídico que da certidumbre a los inversionistas debido a que tienen la garantía de que en diez años no habrá modificaciones a su régimen fiscal.
"Hasta hace un año la mayor preocupación de México sobre China se centraba en lo barato de la mano de obra, sin embargo en la actualidad México ya no puede competir en ese rubro contra los chinos debido a que los trabajadores mexicanos están más capacitados, hacen un trabajo más especializado", y en China hay miles de personas dispuestas a trabajar por 20 centavos de dólar la hora.
Aunado a un marco fiscal atractivo y la mano de obra barata de los chinos, México tiene otro factor en contra que es la poca eficiencia de los servicios de transporte, al grado de que China y otros países han logrado hacer importaciones a Estados Unidos en el mismo tiempo que México, a pesar de todos los requisitos que los países asiáticos deben cubrir y las enormes distancias por recorrer.
Por separado el Comce ha identificado por lo menos nueve puntos en materia fiscal que ponen a México en desventaja frente a China. El primero es que en aquel país la tasa máxima del impuesto sobre la renta (ISR) es de 15 por ciento, las empresas extranjeras están exentas del pago de impuestos hasta los primeros cinco años, y los siguientes tres pagan sólo 50 por ciento.
Asimismo, los materiales, maquinaria y equipos importados para la manufactura de productos de exportación están libres del pago de impuestos de importación y del impuesto al valor agregado (IVA), los precios en edificios industriales están subsidiados, existen financiamientos a tasas preferenciales, y políticas preferenciales también en el uso de suelo.
Además se aplican políticas con ciertas ventajas en la compra y renta de empresas propiedad del Estado; los bienes de capital importados están exentos del pago de IVA, y los energéticos, el agua y los fletes son 60 por ciento más baratos que en México.
El marco legal del gobierno Chino ofrece otros incentivos a los inversionistas que decidan llevar su capital a ese país, tales como zonas protegidas, reducción de impuestos, un periodo de gracia para el pago de impuestos hasta de 15 años, reducción de aranceles y créditos preferenciales.
Todas estas ventajas sólo son superadas por Malasia, donde, además de los incentivos enumerados para el caso de China, se agregan una amplia desregulación administrativa, financiamiento a proyectos de investigación e incentivos por entrenamiento.
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