México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Líder boliviano llama a construir instrumentos
políticos propios para buscar el poder
Reunión de indígenas latinoamericanos
para definir proyectos comunes de desarrollo
Tenemos dos brazos: uno con las leyes y el otro
dispuesto a tomar las armas: Felipe Quispe
MATILDE PEREZ U.
Los indígenas de Latinoamérica tiene que
seguir "formando su conciencia" para terminar con el servilismo al sistema
capitalista, pero eso requiere organización, preparación
de las masas y unidad, "nada caerá del cielo", dijo el indígena
boliviano Felipe Quispe, líder del Movimiento Indio Pachacuti.
Integrante
del grupo que encabeza el movimiento cocalero en Bolivia, Quispe comentó
que los indígenas de América Latina tiene que dar un salto
a la soberanía político-ideológica, "no pueden continuar
siendo los sumisos, manejados por una minoría y sujetos a partidos
políticos tradicionales que no responden a sus intereses".
Al darse a conocer la realización en México
de las jornadas latinoamericanas Movimiento indígena: resistencia
y proyecto alternativo, a partir de mañana y hasta el viernes en
el anfiteatro Simón Bolívar, del Antiguo Colegio de San Ildefonso,
Quispe insistió en que los indígenas latinoamericanos deben
tener su propio instrumento político para buscar el poder, "ya no
pueden seguir aliados con los partidos políticos tradicionales".
Las organizaciones indígenas deben tener "dos brazos, uno legal,
con las leyes, y otro que esté dispuesto a tomar las armas. Si fracasa
la vía legal, automáticamente utiliza el otro brazo. Nosotros
tenemos los dos brazos".
Explicó que en el caso de la resistencia de los
aymaras y quechuas de Los Yungas y el Chapare, regiones en donde se produce
la coca, nació en los años 70; diez años después
mejoraron su organización y empezaron el proceso de "reindianización";
a partir de la década de los 90 se profundizó la lucha indígena
que lo llevó a la cárcel durante cinco años.
Con orgullo, el también integrante de la Confederación
Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, asentó que
la lucha no ha sido en vano, "el movimiento indígena ha subido a
un nivel superior y eso hay que profundizarlo", y como hecho inmediato
aludió a la disputa que por la presidencia de Bolivia entabló
Evo Morales, del Movimiento al Socialismo, y quien quedó en segundo
lugar.
Para que nuestros hermanos aztecas -dijo refiriéndose
a los indígenas de México- lo comprendan mejor, tendrían
que visitar nuestras comunidades, masticar nuestra coca, compartir el mismo
piojo y pulga".
En las jornadas latinoamericanas participarán dirigentes
indígenas de Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú, Bolivia
y México, así como académicos e investigadores; en
ese foro se expondrán las experiencias de organización, formas
de lucha, propuestas políticas; la participación de las mujeres;
migración, marginalidad y estrategias de recreación de lazos
comunitarios y las políticas represivas de los gobierno latinoamericanos.
No quedará fuera el análisis del Acuerdo de Libre Comercio
de las Américas (ALCA) ni los diferentes procesos de globalización
económica.
Precisamente uno de esos procesos de globalización,
que afecta el territorio indígena peruano será expuesto por
Noemí López Domínguez, de la Federación Agraria
Departamental Ancash Atesporia Uchecu Pedro, quien hablará de la
destrucción que están dejando las trasnacionales por la explotación
minera en las zonas cercanas a la ciudad de Guarás. "Nuestras luchas
han dejado muchos muertos y pocos avances por la protección que
dan las autoridades del gobierno a las empresas; los indígenas no
tenemos dinero para realizar los estudios de laboratorio para demostrar
que sí hay efectos que están destruyendo nuestro entorno.
Pero no es casual que las vacas, caballos y otros animales prácticamente
estén despellejándose.
"Las empresas mineras en esa región, abundó,
realizan la extracción de oro a tajo abierto, para ello utilizan
mucho cianuro, nuestra preocupación es cuando ellos se vayan ¿cómo
vamos a quedar nosotros? ¿qué va a suceder en Guarás?"
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