México D.F. Martes 27 de mayo de 2003
Los involucra la UEDO en secuestros en Guerrero
Capturan a 6 presuntos integrantes del ERPI
JESUS ARANDA
El titular de la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada (UEDO), José Luis Santiago Vasconcelos, dio a conocer la detención de seis personas presuntamente involucradas en al menos ocho secuestros en Guerrero de 2002 a la fecha, de los cuales al menos uno -según el funcionario- forma parte del Ejército Republicano del Pueblo Insurgente (ERPI).
El titular de la UEDO dio a conocer que el pasado 21 de mayo agentes federales cumplimentaron órdenes de localización y presentación derivadas de la averiguación previa PGR/UEDO/387/2002 en contra de seis integrantes de una organización delictiva que operaba en los municipios guerrerenses de Teconoapa y Ayutla de los Libres.
Los detenidos, quienes fueron enviados a la ciudad de México e interrogados en las instalaciones de la UEDO, son: Eudocio Suástegui García, El Alacrán, operador de la organización en el municipio de Teconoapa, en cuyo domicilio fueron decomisados dos fusiles Galil, una biblia -que después se demostró entregaban a las personas secuestradas-, un comunicado del ERPI y un manuscrito relacionado con dicha organización, así como una credencial que lo acreditaba como militante del PRI.
Inés Jiménez Silva, Luciano, quien también era dirigente del ERPI en Teconoapa; Bardomiano Ríos Espinoza y Doroteo Marín Cartagena, El Doroteo, y José Concepción Ramírez Ramírez, Chonito o Chonquito, quienes eran vecinos de Teconoapa.
En el operativo los agentes aseguraron 12 armas de fuego (nueve largas y tres cortas), dos fusiles Galil, una subametralladora calibre 45, cuatro escopetas, dos rifles calibre 22, dos pistolas calibre 380, 2 mil 146 cartuchos, un libro sobre guerra de guerrillas y varios uniformes tipo militar.
De acuerdo con las indagaciones de la PGR, la zona donde operaba esta organización abarca el tramo carretero Ayutla-Tierra Colorada y la brecha del crucero de Parotilla a Parota Seca. En esos parajes obstruían la carretera para abordar los transportes. Cuando se trataba de camiones los llevaban a parajes solitarios, donde los descargaban y abandonaban a los choferes a su suerte.
Los asaltos los cometían obstruyendo las vías, para obligar a los transportistas a detenerse, según el funcionario.
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