México D.F. Sábado 17 de mayo de 2003
Lección de lucidez del Nobel portugués
al recibir el honoris causa por la UAEM
Llama José Saramago a impedir la consolidación
del gobierno de los ricos
''Cuanto más viejo, más libre, cuanto
más libre, más radical'', dice el escritor
Minimizó el aplazamiento de la apertura de una
librería Gandhi que iba a inaugurar
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Toluca, Mex., 16 de mayo. Si en este siglo no se
resuelven los problemas de un sistema democrático que ha demostrado
su falsedad y el incumplimiento de los derechos fundamentales, se pondrá
en riesgo la vida humana y se consolidará la tendencia a la plutocracia,
es decir, el gobierno de los ricos. Así lo advirtió en esta
ciudad el escritor José Saramago, quien llamó al mundo a
debatir acerca de esos dos temas ''esenciales".
El
Nobel de Literatura fue investido doctor honoris causa por la Universidad
Autónoma del Estado de México (UAEM), primera vez que una
institución educativa mexicana distingue con ese grado al escritor
portugués, quien visita México para presentar su novela El
hombre duplicado.
Luego de ser investido por Rafael López, rector
de la UAEM, institución que celebra su 175 aniversario, Saramago
ofreció un ''ensayo sobre la lucidez", título, por cierto,
de su próxima novela. Y compartió las palabras que, como
dijo, "no caben en los libros" pero cuya importancia no es menor.
Comenzó su intervención refiriéndose
al "misterio" de los cambios de identidad, pues durante la ceremonia se
le mencionó como José Saramago ''Mora", en lugar de José
de Souza Saramago. Sin embargo, el presentador oficial sufriría
otro lapsus y lo llamaría José Souza Saramago.
El autor de La caverna aclaró también
que no nació en noviembre 18, sino en noviembre 16 de 1922. Y una
más: hasta ahora sus obras han sido traducidas a 44 idiomas y no
a 21, como se dijo.
Saramago se refirió a la UAEM como ''mi universidad",
lo que los cientos de asistentes, la mayoría estudiantes, celebraron
con un largo aplauso.
El mundo siempre ha sido injusto
''En un mundo y en una sociedad -dijo Saramago- que se
desarrollan científica y tecnológicamente, diría que
casi a la velocidad de la luz, asistimos a una contradicción: no
tiene nada que ver ese poder de creatividad del ser humano, que trasciende
todo lo que podríamos haber imaginado hace 30 o 40 años y
que no tiene parangón con todo lo que ha ocurrido, con el hecho
de la existencia de un mundo cada vez más injusto. No quiero decir
que sea más injusto que en tiempos pasados, sino que el mundo siempre
ha sido injusto.''
El escritor aludió a los dos problemas "esenciales
para la sobrevivencia no sólo física, sino también
espiritual'' de la humanidad": la falsedad de la democracia actual y la
falta de respeto a los derechos humanos.
Cuestionó la insistencia de ''los poderes" por
hacer creer a las personas que viven en un verdadero sistema democrático:
''Nos dicen todos los días -parece ser parte de una estrategia-
que vivimos en una democracia. Me pregunto cómo hablar de un sistema
democrático cuando la intervención del ciudadano se limita
al voto, a poner una cruz sobre una papeleta que marca a un partido y la
deposita en una urna, a la que podría llamarse ataúd".
Los derechos humanos representan una conquista, señaló
Saramago, pero no se cumplen. ''La prioridad absoluta, que debería
estar presente en todos los sectores de la vida, es el ser humano, el cual
se ha convertido en objeto descartado. Me pregunto, y no puedo entender,
por qué la ciencia avanza y el ser humano no".
Al reflexionar sobre la necesidad de no perder la memoria
histórica, citó a un dramaturgo chileno: ''Los muertos no
están muertos, pero los vivos no están vivos". Los países
tienen sus muertos, dijo, México también, y recordó
el caso de Chiapas.
Radicalismo que defiende la vida
Después, en conferencia de prensa, el escritor
minimizó el aplazamiento de la apertura de una librería que
debería inaugurar en Interlomas, en Huixquilucan, presuntamente
por la inconformidad de un grupo de judíos. Dijo que en sus libros
no hay nada que justificara tal reacción, que no sería la
primera vez que eso sucediera y que situaciones parecidas le ocurrieron
en Israel, donde, aseguró, sus libros gozan de altas ventas.
La librería Gandhi no desmintió esa versión.
Pero uno de sus trabajadores indicó que la persona autorizada para
aclarar la situación, Alberto Achar, está de viaje y volverá
el lunes.
Al final, ante una pregunta que lo quiso ubicar como ''moderado",
Saramago aprovechó para definirse: ''Cuanto más viejo, más
libre, cuanto más libre, más radical. Yo estoy con los radicales".
Luego aclaró que su radicalismo es de los que defienden la vida,
no de los que la exterminan.
Los nuevos compañeros del doctor Saramago en Toluca
parecían satisfechos. Y es que, con su intervención, el escritor
rindió un homenaje al título de la novela que ahora escribe:
Ensayo de la lucidez.
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