México D.F. Sábado 17 de mayo de 2003
Rescatan a 57 migrantes mexicanos más en
Texas
Encerrados en una bodega, 29: el resto iba en vehículos;
un hospitalizado muere
El número de migrantes muertos por permanecer encerrados
en un tráiler se elevó a 19, con el fallecimiento de un indocumentado
que estaba internado en el hospital DeTar, en Victoria, Texas, ciudad que
en 72 horas vivió un nuevo drama al ser detenidos ayer los choferes
de un camión y una camioneta que transportaban a 28 migrantes.
La vocera de la Oficina del Procurador Federal para el
Sureste de Texas, Nancy Herrera, indicó que un hombre de 29 años
murió por complicaciones relacionadas a la exposición al
calor. Su identidad aún no ha sido confirmada, pero se cree que
es hondureño.
En tanto, Carol Bludau, portavoz de la oficina de la policía
de Victoria, informó que a las 9:30 horas fue descubierto un tráiler
con 18 personas sin documentos a bordo. Sólo una mujer fue transportada
en camilla a un hospital local, pero iba consciente.
En la camioneta pick-up fueron localizados otros
10 migrantes que estaban escondidos bajo el compartimiento de la caja.
El vehículo fue detenido en el suburbio de Sugarlan, al suroeste
de Houston, por una violación de tráfico. El conductor, Salvador
Maldonado, de 23 años y originario de Hábeas Christie, Texas,
fue aprehendido tras reconocer que recibió 100 dólares por
el traslado de cada uno de los inmigrantes.
Este mismo viernes, el Departamento de Policía
de El Paso, Texas, señaló que detuvo a 29 mexicanos originarios
de Puebla, Distrito Federal y Jalisco, quienes estaban encerrados y abandonados
por polleros en una bodega en Molly Marie Drive.
Mientras esto sucede en la frontera norte, en la comunidad
de Pozos, Guanajuato, en el número 210 de la calle Pinos, se llora
de desesperación. Las 30 personas que viven en la vecindad corren
y se arremolinan cada que suena el único teléfono de la vivienda
de Raúl Rivera Gámez.
A mitad de la casa-habitación se encuentra Adelina
Gámez, madre de Roberto y Serafín Rivera Gámez, dos
de los tres guanajuatenses que el miércoles fueron hallados muertos
en una caja de tráiler abandonada en la carretera 77, al sur de
Victoria.
La mañana del 5 de mayo, Serafín y Roberto
depositaron mil 800 dólares en una cuenta de Western Union a nombre
de Faustino Malle, residente en San Benito, Texas; ya en Estados Unidos
pagarían el resto del traslado.
Esa misma tarde ambos, acompañados de sus parientes
Héctor Ramírez Robles, José Arellano Gámez
e Israel Rivera Sánchez, partieron rumbo a Celaya para abordar el
autobús que los llevaría a Reynosa, Tamaulipas. "No volvimos
a tener noticias de mis hermanos, nomás por las noticias", dice
Julián Rivera.
Pero la tragedia no se limita a Guanajuato. En el Distrito
Federal, los familiares de José Antonio Villaseñor León,
de 29 años, y su hijo, Marco Antonio Villaseñor Acuña
(siete años) -ambos muertos en el contenedor abandonado en Victoria-,
reclaman a los gobiernos de México y Estados Unidos que "pongan
fin al calvario que sufren los indocumentados mexicanos quienes, por no
existir un acuerdo migratorio, tienen que padecer infinidad de riesgos,
incluso la pérdida de la vida".
En medio de esta situación, el gobierno anunció
este viernes la puesta en marcha de una campaña de protección
preventiva a migrantes, que desplegará en los puntos fronterizos
de alto riesgo entre Sonora y Arizona.
Muere otro de los migrantes que fueron abandonados
en un tráiler el pasado miércoles
Rescatan en Texas a 57 indocumentados
Veintiocho eran transportados en un camión y
29 estaban encerrados en una bodega
RUBEN VILLALPANDO, MISAEL HABANA, AFP Y NOTIMEX
Al tiempo que en un hospital texano moría otro
de los indocumentados que el miércoles fueron abandonados y encerrados
en el contenedor de un tráiler, autoridades de Estados Unidos detuvieron
este viernes sobre la autopista 59, al sur de Victoria, Texas, a los conductores
de un camión y una camioneta que transportaban de manera conjunta
a unos 28 migrantes en condiciones similares a las que provocaron la muerte
de éstos el pasado miércoles.
Con la persona que murió este viernes suman ya
19 los indocumentados víctimas de polleros, que transportaban
a más de 70 trabajadores (la mayoría mexicanos) en condiciones
inhumanas. El cuerpo de este hombre (cuya identidad no ha sido revelada)
fue trasladado a la morgue del condado de Travis, Austin, donde se encuentran
los cadáveres de los otros 18 migrantes que fallecieron por asfixia
y deshidratación. Diez eran mexicanos.
Mientras
tanto, agentes del Departamento de Policía de El Paso, Texas, informaron
del arresto de 29 indocumentados mexicanos, originarios de Puebla, Jalisco
y Distrito Federal, que fueron encerrados y abandonados por polleros
en una bodega ubicada en Molly Marie Drive.
Carol Bludau, portavoz de la oficina de la policía
del condado de Victoria, informó que cerca de las 9:30 horas se
localizó un tráiler sobre la carretera 59 -cerca de donde
ocurrió el incidente del pasado miércoles-, y en el contenedor
del vehículo fueron halladas 18 personas que no parecían
estar en malas condiciones de salud. Una mujer fue trasladada a un hospital
de la localidad y el conductor fue detenido.
En tanto, en una camioneta pick up fueron localizados
10 indocumentados que estaban escondidos en un compartimento de la caja,
en el suburbio de Sugarland, al suroeste de Houston, luego que el vehículo
fue detenido por una violación al reglamento de tránsito.
Los inmigrantes dijeron tener varios días sin comer ni beber. Dos
personas más habrían escapado y el conductor, Salvador Maldonado,
de 23 años, de Habeas Christie, Texas, fue aprehendido.
En sus primeras declaraciones dijo haber recibido 100
dólares por el traslado de cada indocumentado.
El hallazgo ocurrió dos días después
del descubrimiento de los 18 migrantes mexicanos y centroamericanos que
murieron asfixiados y deshidratados cuando intentaban llegar a Houston,
en la más grave tragedia por tráfico humano ocurrida en Estados
Unidos en los pasados 20 años.
Michael Shelby, procurador federal para el suroeste de
Texas, manifestó que los migrantes sobrevivientes permanecen en
calidad de testigos del crimen, aunque aclaró que no todos se quedarán
en Estados Unidos para aportar datos en las averiguaciones y rendir testimonios
en los procesos que se abran contra los responsables.
Este viernes 55 inmigrantes fueron trasladados a un albergue
de Houston. El grupo está integrado por 32 mexicanos, guatemaltecos,
hondureños y salvadoreños. En Victoria quedaron seis hospitalizados,
pero un hombre de 21 años de edad y tres mujeres adolescentes serían
dados de alta para trasladarlos con los otros sobrevivientes. Dos fueron
reportados en condiciones críticas por personal del Hospital Detar.
En El Paso se informó que los indocumentados, que
habían pagado entre mil 500 y 2 mil dólares para que los
llevaran a Chicago y Nueva York, son 17 hombres adultos, cinco menores
de edad y siete mujeres, quienes llevaban al menos dos días encerrados
en la bodega.
Por su parte, la vocera del Departamento de Seguridad
Fronteriza, Leticia Zamarripa, expresó que los indocumentados fueron
descubiertos porque vecinos reportaron a la policía de El Paso actividad
y movimiento irregular de gente y vehículos, por lo que creyeron
que ahí guardaban drogas.
A su vez, el gobierno de Puebla trabaja en el traslado
a la entidad de Elisendo Cabañas González, de 27 años,
quien falleció asfixiado en el tráiler en Estados Unidos,
al ser abandonado por un pollero con más de 20 personas.
El coordinador de la Oficina de Atención a Migrantes,
Mario Riestra Venegas, aseveró que el problema de la autoridad estatal
para lograr la repatriación del cadáver del poblano radica
en que el caso se encuentra dentro de una investigación por el delito
de tráfico de personas.
La Secretaría de Relaciones Exteriores dio a conocer
que un guerrerense se encuentra entre los 18 migrantes que murieron en
Victoria y que otro sobrevivió y está a salvo.
Jorge Mario Rosas Pineda, delegado de la cancillería
en Guerrero, informó que el consulado general de México en
Houston le confirmó la mañana de este viernes que José
Luis Ramírez Bravo, de 21 años, originario de Ajuchitlán
del Progreso, en la región de la Tierra Caliente, falleció
en el contenedor.
Dijo que el consulado general de México en Houston
cubrirá los gastos del traslado a Ajuchitlán del Progreso,
donde se busca a los familiares.
Además dio a conocer que se identificó a
otro guerrerense de nombre Rogelio Carteño Porcayo, de 24 años,
quien está sano y salvo en un centro comunitario en el condado de
Victoria.
Por otro lado, en Hemosillo, Sonora, policías municipales
detuvieron a tres personas procedentes de Honduras, las cuales, al parecer,
pretendían trasladarse a la frontera para internarse de manera ilegal
a Estados Unidos.
Se usarán medios de comunicación
en la frontera de Sonora
Ordena Fox campaña para proteger a indocumentados
Alertará sobre riesgos de viajar en cajuelas
y contenedores
JUAN MANUEL VENEGAS
Luego de que 18 trabajadores indocumentados, la mayoría
mexicanos, murieran asfixiados al intentar ingresar a Estados Unidos, el
gobierno anunció la puesta en marcha de una campaña preventiva
de protección a migrantes, la cual se desplegará en los puntos
fronterizos de alto riesgo en la zona fronteriza Sonora-Arizona.
La
orden de que este programa se lleve a cabo la dio ayer el presidente Vicente
Fox Quesada, quien instruyó al subsecretario para América
del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Jerónimo
Gutiérrez Fernández, a trasladarse a la frontera con Arizona
y disponer todo lo necesario para la aplicación de esta campaña.
La Presidencia de la República informó que
Gutiérrez Fernández realizará diversos recorridos
por la zona desértica de Sasabe, Arizona; la llamada puerta de San
Miguel y la reservación india Tohono Oódham, áreas
identificadas como de intenso flujo migratorio.
Asimismo, el subsecretario se reunirá con los cónsules
mexicanos acreditados en Arizona, quienes tendrán la responsabilidad
de la aplicación de las acciones de la campaña de prevención
y apoyo diseñadas para la temporada de verano 2003, considerada
como uno de los periodos en que se incrementan los flujos de trabajadores
indocumentados.
Entre las acciones que contempla la campaña del
gobierno mexicano está el uso de todos los medios de comunicación
posibles para informar a los connacionales sobre el riesgo de viajar en
cajuelas de vehículos, contenedores y furgones, así como
la distribución de folletos y trípticos ilustrativos con
información sobre los diversos peligros de hacerlo.
En tanto, las acciones preventivas y de vigilancia corresponderán
al grupo Beta, la Policía Federal Preventiva y autoridades locales
de la región fronteriza, cuyos elementos estarán obligados
a realizar patrullajes permanentes para alertar a los potenciales migrantes
en los puntos de alto riesgo.
Sobre estas acciones, la Presidencia informó que
la próxima semana se llevará a cabo en la ciudad de Nogales
una reunión extraordinaria del Mecanismo de Enlace Fronterizo, en
la cual participarán, además de los cónsules mexicanos
en Arizona, representantes del Instituto Nacional de Migración,
de la Patrulla Fronteriza estadunidense y de las coordinaciones aduanales
de los dos países.
Familiares de las víctimas de polleros
en Victoria, Texas, dan testimonio de las horas postreras de los migrantes
Sin empleo, indocumentados de Guanajuato sólo
fueron a morir
Esperan los cuerpos de los hermanos Rivera Gámez
y Héctor Ramírez Robles; este último dejó a
su esposa embarazada
MARTIN DIEGO CORRESPONSAL
Santacruz de Juventino Rosas, Gto., 16 de mayo. En
la casa número 210 de la calle Pinos, en la comunidad de Pozos,
se llora de desesperación. Llegan noticias de todos lados, las 30
personas que viven en la vecindad corren, se arremolinan cada que suena
el único teléfono de la vivienda de Raúl Rivera Gámez.
A mitad de la casa se encuentra Adelina Gámez Hernández,
madre de Roberto y Serafín Rivera Gámez, dos de los tres
guanajuatenses que el miércoles fueron hallados muertos en una caja
de tráiler abandonada en la carretera 77, al sur de Victoria, Texas.
Observa unas fotografías de sus hijos, se santigua
en repetidas ocasiones frente a un improvisado altar y, de vez en vez deja
escapar sus lágrimas que enjuga con su delantal ante la mirada de
sus otros ocho hijos vivos y la descendencia de éstos.
La mañana del 5 de mayo, los hermanos Serafín
y Roberto depositaron mil 800 dólares en una cuenta de Western Union
a nombre de Faustino Malle, residente en San Benito, Texas; cuando llegaran
a Estados Unidos pagarían el resto por su traslado.
Esa
misma tarde, acompañados por Héctor Ramírez Robles,
José Arellano Gámez e Israel Rivera Sánchez partieron
rumbo a Celaya para abordar el autobús que los llevaría a
Reynosa, Tamaulipas. "No volvimos a saber de mis hermanos; nomás
que por las noticias", recuerda Julián Rivera Gámez.
"No perdemos la esperanza de que sea un error y estén
vivos. Hay gente que no han identificado, por lo que tenemos fe de que
entre esos estén nuestros hermanos", dice por su parte Raúl
Rivera Gámez.
En Pozos, la mayor parte de los hombres labora por jornales
de 70 pesos el día. "Hay quienes trabajan una semana y se pasan
hasta tres sin nada de trabajo. La gente pide dinero prestado a los que
tienen porque les mandan de allá (de Estados Unidos), y de eso se
sostiene uno, pero hay que pagar, y es cuento de nunca acabar. Aquí
no hay empleo", agrega.
Un niño de siete años corre por el estrecho
pasillo de la vivienda; se divierte con un carrito de juguete. Se llama
Alejandro, cuando observa al reportero corre a buscar a una pequeña
a quien hace tres años bautizaron como Kimberly.
Son los hijos de Serafín Rivera Gámez, quien
a sus 34 años partió, por segunda ocasión, a Estados
Unidos. "La primera vez se fue a Palmero, en Florida, donde trabajaba en
una empacadora de tomate. El ya sabía cómo irse, nomás
que le dijeron que se fuera con otro pollero, y ya ve", relata Julián
Rivera Gámez.
Su esposa, María del Carmen Rico Sánchez,
no quiere saber nada. Llora desconsolada y busca a sus pequeños,
quienes la miran y se esconden en su regazo.
En esa casa se presenta su concuña Cecilia Gámez
Jaralillo, quien con dos meses de embarazo aún carga a su hijo Juan,
de tres años. Dice que "Roberto (Rivera Gámez, su esposo)
se fue para tener dinero para el bautizo y para la casa" que sobre esa
misma calle se observa a medio construir. "Como no conseguía trabajo
desde hace harto tiempo se fue al otro lado, porque también teníamos
deudas, poquitas, pero ya quería él pagar todo. Nomás
que ya ve", dice y se limpia las lágrimas que resbalan por sus morenas
mejillas.
Poco antes de la partida de los cinco santacrucenses se
corrió la voz por el pueblo de que vendría un coyote
para llevar gente al norte. Los hermanos Rivera Gámez, además
de Héctor, José e Israel (todos ellos hallados en el contenedor
en Texas) empezaron la búsqueda de dinero.
"A mí me da la impresión de que ni conocían
a ese coyote, que nomás lo conocían por teléfono,
porque así nomás se hablaban. Así les pasó
el número para que depositaran el dinero y les dijo que salieran
a las 5:00 de Celaya y que los iba a ver en el cuarto 17 del hotel La Villita,
en Reynosa (Tamaulipas). Todo fue así. Nunca conocimos al coyote",
dice Francisco, otro de los hermanos Rivera Gámez.
Cerca de allí, en la calle Independencia, vive
Laura Almanza Cruz, esposa de Héctor Ramírez Robles, el tercero
de este pueblo que murió. "Me dijo que se los iban a llevar en un
tráiler, yo le contesté que era peligroso. Nadie conocíamos
a ese Félix Apolonio ni al otro de nombre Chava (Salvador)
Ortega, que fueron quienes se los llevaron. Ellos decían que eran
de Salvatierra.
"Nos dijeron que para el lunes 12 de mayo ya iban a estar
en Florida, y que de ahí iban a llamar. Pero no hablaban, y por
eso le llamé a ese tal Félix Apolonio y le pregunté
que dónde andaban. Me dijo que en Reynosa, que no habían
pasado porque estaba dura la vigilancia. Que todos estaban bien. Le pedí
que saludara a Héctor (su esposo) y colgamos.
"Al otro día escuché las noticias y vi el
tráiler; luego luego me dije 'son ellos', salí corriendo
a buscar a los vecinos. Sí eran ellos. Se fue sólo a morir".
Laura llora desconsolada.
Una vecina la mete a su domicilio. Enseguida sale. Van
por un viejo chevrolet que conduce un anciano. Suben a Laura. "Vamos a
Juventino, se puso mala la señora", dicen mientras se alejan.
El niño Marco Antonio iba con su papá
porque "no podía vivir sin él"
TRIUNFO ELIZALDE
Los familiares de José Antonio Villaseñor
León, de 29 años, y su hijo Marco Antonio Villaseñor
Acuña, de siete, muertos por asfixia junto con 17 personas más
dentro de un contenedor para tráiler abandonado cerca de la comunidad
de Victoria, Texas, reclaman a los gobiernos de México y Estados
Unidos que "pongan fin al calvario que sufren los indocumentados mexicanos,
quienes, por no existir un acuerdo migratorio, tienen que sufrir infinidad
de riesgos, incluso la pérdida de la vida.
Entrevistado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad
de México (AICM), Salvador Villaseñor del Villar, primo de
José Antonio, manifestó que éste trabajaba un taxi
de su propiedad en el Distrito Federal, pero "el deseo de progresar y reunirse
con uno de sus hermanos que vive en San Antonio le movió a irse
a Estados Unidos e internarse de manera ilegal junto con su pequeño
hijo, Marco Antonio, sin saber lo que les esperaba".
Agregó que se sabe que los cadáveres de
José Antonio y Marco Antonio "pueden llegar de un día para
otro, y el cónsul mexicano en San Antonio nos ha dicho que está
atento a brindar atención a los familiares de todos los indocumentados
del país fallecidos y los que están hospitalizados, que esperan
se practique la autopsia a los cuerpos, y cuando más en cuatro días
serán traídos a México.
Explicó que padre e hijo se marcharon del Distritio
Federal el pasado miércoles 7; estuvieron en Reynosa "esperando
la oportunidad de pasar a Texas, en un tráiler, según comentó
José Antonio por teléfono a una de sus hermanas, el viernes
9, por lo que cuando el martes por la noche una televisora mexicana dio
a conocer que las autoridades migratorias estadunidenses habían
encontrado en un contenedor para tráiler a 70 personas que viajaban
hacinadas, escondidas, de las cuales 18 habían muerto por asfixia,
tuvo el presentimiento de que a su hermano y sobrino "algo les había
sucedido".
Según comentarios de Villaseñor del Villar,
empleado de Aeroméxico, su prima comenzó de inmediato a buscar
la forma de conocer quiénes eran las personas fallecidas en lo que
ahora se conoce como el "contenedor de la muerte". Ya se sabía que
tanto los fallecidos como los sobrevivientes habían sido abandonados
por un pollero en la caja de un tráiler, a 117 kilómetros
de San Antonio, Texas. Fue hasta el siguiente día cuando supo que
entre los ilegales muertos figuraban su hermano y su sobrino.
Lleno de angustia por la tragedia que vive su familia
debido a lo sucedido a su primo y a su sobrino, Salvador comentó
que el pequeño Marco Antonio acababa de regresar a lado de su padre,
"porque no podía vivir lejos de él". Siempre le estaba rogando
que se lo llevara, hasta que su madre (que se había separado de
José Antonio) le entregó al pequeño "para que no sufriera
más".
Las autoridades conocen a los polleros
En momentos irritado por los hechos, Salvador exige que
"se acabe con este martirio, con esta situación que no puede continuar
y de la que son culpables los cinco gobernadores de los estados fronterizos
del sur de Estados Unidos, quienes tienen pleno conocimiento de lo que
pasa, y no dudo que inclusive conozcan quiénes son los polleros,
pero no se les combate como debiera ni al otro lado de la frontera ni en
México, donde el tráfico de personas está latente
y se sabe quiénes son los traficantes, pero no se les persigue como
debe, porque es un sucio negocio en el que las autoridades están
inmiscuidas por la corrupción.
La entrevista con Salvador Villaseñor del Villar
fue posible porque se enteró de que los cuerpos sin vida de sus
parientes iban hacer traídos la tarde de ayer. Lo cual no sucedió.
Poco después de las 20 horas también arribó al aeropuerto
Antonio Villaseñor Acuña, hijo y hermano de los ahora occisos,
el cual repitió más o menos la tragedia sufrida por su padre
y el pequeño Marco Antonio.
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