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México D.F. Sábado 17 de mayo de 2003
REPORTAJE /LA
MAGIA DE LA CULTURA MEXICA EN BERLIN
''¿Esto era ese país? Pero, ¿y
qué les pasó?, dijo una visitante''
Europa redescubre México con la exposición
Aztecas
Procedente de Londres, donde fue admirada por más
de medio millón de personas, la magna muestra se colocó,
de acuerdo con datos oficiales, como una de las 10 mejores exhibiciones
internacionales de los pasados cien años presentadas en Europa
PABLO ESPINOSA Y ALIA LIRA ENVIADO Y CORRESPONSAL
Berlin, 16 de mayo. La inauguración de la
magna muestra Aztecas, esta noche en el palacio Martin-Gropius Bau,
es un rencuentro cultural único: en un solo espacio se exhiben por
primera vez representaciones de deidades mexicas, objetos olmecas, piezas
texcocanas, atlantes de Tula, vasijas, ornamentos, representaciones múltiples
del patrimonio cultural mexicano que algunas de ellas salieron hace cinco
siglos del país, en lo que para muchos constituye un saqueo y para
otros una forma de expansión cultural, pues la base de las colecciones
berlinesas de arte mexicano fueron adquiridas por investigadores viajeros,
como Alexander von Humboldt y Eduard Seller a mediados del siglo XIX, a
comerciantes mexicanos y traídas a Berlín.
La maravilla de esta exposición, que no verán
ojos humanos de nuevo en el transcurso por lo menos de las siguientes dos
generaciones, es que existen las voluntades para reunir estos tesoros diseminados
por el mundo. Un total de 64 instituciones, entre museos, fundaciones,
coleccionistas privados, embajadas y funcionarios culturales de muchos
países convergen en Aztecas.
Grandeza prehispánica
Una
vez completado el montaje de la exposición en 3 mil metros cuadrados
-superando en mil metros cuadrados a la exposición de Londres, paso
previo de esta muestra- y una vez inaugurada, el visitante se remite de
manera inevitable al México prehispánico. Un gran patio central
a manera de isla rodeada por las salas de la exposición reproduce
el centro de México-Tenochtitlán. Enseguida, un guión
temático, diseñado por la etnóloga alemana Maria Gaida,
conduce al público por los misterios desvelados de la cultura mexica.
La magia mayor que maravilla es el rencuentro: por ejemplo,
en una de las salas más espectaculares, dedicada a Xipe Totec, se
muestran juntos un Quetzal-cóatl-Ehecatl perteneciente a la colección
del Museo Etnológico de Berlín; al lado de esta figura espléndida
y hasta ahora poco conocida, reposa otra representación de Quetzalcóatl,
pero proveniente ésta del Museo del Vaticano, y junto a ellas otros
dos Quetzalcóatl que viajaron hasta aquí desde Colonia y
junto a todos ellos una máscara de esa deidad proveniente del Museo
Nacional de Antropología de México.
Esa conjunción es lo que hace única esta
exposición. En una misma vitrina, para poner otro ejemplo del asombro
del visitante, conviven tres figuras humanas sentadas de la misma cultura
mexica y que desde hace siglos siguen sedentes, pero en ciudades diferentes:
Basilea, Colonia, Viena, el Vaticano y México.
Estar dentro de esta magna exposición no tiene
otra forma de manifestarse más que con una expresión que
a ojos y oídos desinteresados de la grandeza cultural prehispánica
no dirían nada, pero que aquí lo condensa todo: la cultura
mexicana deslumbra a México. La medida humana, la dimensión
del hombre, la cosmovisión mexica, está mostrada, como propone
Felipe Solís, de una manera contundente: la visión del mundo
y del cosmos que tenía la antigua cultura mexica está basada
en la figura humana, a partir de ella representan el mundo, el cosmos,
se representan a sí mismos.
Entre la fascinación que despierta esta magna muestra,
entre los suspiros de asombro, los ojos abiertos al máximo, la piel
erizada de emoción, una espectadora alemana, deslumbrada por tal
majestuosidad, sus ojos iluminados por el destello que le regresan las
piezas maravillosas de esa cultura, exclama: ''¿Esto era México?
Pero, ¿y qué les pasó?"
Y así transcurre este nuevo descubrimiento de México
que hace Europa. Un redescubrimiento compartido por los ojos mexicanos
que conocen las piezas que viajan desde México, pero que las ve
convivir con sus hermanas que empezaron a dejar su cuna hace 500 años
y que poco a poco se diseminaron por el mundo.
Preparación de tres lustros
Joachim Sartorius, presidente del Berliner Festpiele,
organismo encargado de coordinar la gama impresionante de actos culturales
que pueblan la capital alemana, dijo que es un orgullo para ellos presentar
''el reino de los aztecas" como algo impresionante. Hizo hincapié
en el trabajo insólito, de equipo, entre los museos más importantes
de Europa para lograr este éxito sin precedentes.
Sartorius completó y compartió, como un
ejemplo de este trabajo en equipo, con el encargado de la exposición
Aztecas -es decir, esta misma muestra- que durante su estancia en
Londres recibió más de medio millón de visitantes
y la colocó entre las 10 mejores exposiciones internacionales de
los pasados cien años en Europa, de acuerdo con datos oficiales.
La idea original de la magna muestra, recordaron los funcionarios
europeos, empezó a germinar hace 15 años entre Norman Rosenthal
y Eduardo Matos Moctezuma. Esos tres lustros de trabajo tienen ahora su
culminación, sus frutos privilegiados. Es, coincidieron con Felipe
Solís Olguín, director del Museo Nacional de Antropología
de México, ''un gran sueño hecho realidad".
Piezas de la colección Humboldt
Para completar los grandes presupuestos que implicaron
el traslado de esta exposición de Londres a Berlín, destacaron
Sartorius y Rosenthal, fue definitivo el trabajo de Gereon Sievernich,
director del palacio Martin-Gropius Bau, así como la labor de la
directora general del Museo Etnológico de Berlín, Viola Konig,
recinto que posee la más grande colección de arte prehispánico
mesoamericano en Europa. Entre las piezas de Mesoamérica, en este
museo, se encuentran unas 130 mil sumando las traídas desde Perú.
Berlín, Basilea y Viena, en ese orden, poseen los mayores acervos
del patrimonio cultural prehispánico en Europa y tal es el basamento,
el eje de los tesoros que conviven con las piezas conocidas que provienen
de México para Aztecas, y algunas no tan conocidas.
Una de las características de Aztecas es
que la mayoría de las piezas son de un valor cultural extraordinario
y de una belleza única, que por separado son poco conocidas y, sobre
todo, es la primera vez en la historia que se exhiben juntas.
Los prodigios del redescubrimiento en Aztecas son
interminables. Hay, diseminadas en la muestra, siete piezas de madera conservadas
de manera increíble. En particular una, proveniente de Basilea,
que representa al patrón de la danza y de la música, que
es un soplo al corazón del visitante, como igualmente cortan el
aliento otras piezas, entre ellas una virgen que trajo Humboldt a Berlín
y que está hecha con plumas de quetzal y colibrí. Yacen,
en la misma vitrina, el cuadro de arte plumario que representa a esa virgen
y junto a ella un quetzal y un colibrí limpiamente disecados.
Viola Konig, directora general del Museo Etnológico
de Berlín, explica: ''Esta exposición no puede ser vista
como simples objetos aislados, se tiene que ver como representaciones de
actividades dentro de un contexto religioso, ritual, pues así eran
dispuestas las piezas en las costumbres de los antiguos mexicanos".
Beneplácito de Sari Bermúdez
Presente en la apertura de Aztecas, la presidenta
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez,
mostró su beneplácito por la conjunción de voluntades
para lograr este sueño. Prometió que no pasarán otros
cien años para que se traduzcan las obras de Eduard Seler al español,
pues transcurrió un siglo, como hizo notar Felipe Solís,
para que las tradujeran del alemán al inglés, y anunció
que después de Berlín y de Bonn, Aztecas viajará
a Roma y finalmente al Museo Guggenheim de Nueva York.
Informó que había hecho un ofrecimiento
al Guggenheim de Bilbao, pero que antes se concretaron los compromisos
para Roma y Nueva York. Una vez que culmine la exposición en el
Guggenheim de la urbe de hierro, anunció, todas las piezas que constituyen
hoy Aztecas volverán a sus países de origen.
Por lo pronto, la cita acordada hace 15 años por
conducto de funcionarios culturales de Europa y México, se cumple
hoy en Berlín.
Un rencuentro cultural único en la historia.
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