México D.F. Miércoles 14 de mayo de 2003
Se pagarán a Brasil $1.7 millones por
prestar urnas
Prueba de voto electrónico costará $2.5
millones
Términos del convenio provocan polémica
entre consejeros
RAUL LLANOS Y GABRIELA ROMERO
En medio de la controversia generada por el costo que
tendrá el uso de las urnas electrónicas para la prueba piloto
en los comicios del 6 de julio, los gobiernos de México y Brasil
signaron ayer un convenio de coordinación técnica, por el
cual el Tribunal Superior Electoral de aquella nación (TSEB) prestará
al Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) 150 urnas electrónicas,
y a cambio éste deberá desembolsar un millón 731 mil
pesos, que forman parte de los aproximadamente dos millones y medio de
pesos que costará todo el proyecto.
Un
día antes, y en sesión ordinaria que se prolongó hasta
la madrugada, los consejeros electorales del IEDF se enfrascaron en un
debate acerca de ese asunto. Rosa María Mirón Lince, Eduardo
Huchim y Rubén Lara criticaron duramente los términos, costos
y condiciones impuestos en el acuerdo, y el uso de ese equipo brasileño.
Otros, como Jesús Reyes del Campillo, achacaron esos cuestionamientos
a una intención de "apostarle al fracaso", en tanto que Leonardo
Valdés, presidente de la Comisión de Organización
Electoral, insistió en los beneficios de las urnas, pero ni consejeros
ni representantes de partidos políticos salieron convencidos.
De acuerdo con los documentos signados ayer, el convenio
para la "demostración" del equipo tendrá una duración
de seis meses y aun cuando el TSEB prestará las 150 urnas, el IEDF
deberá desembolsar 173 mil 108 dólares -aproximadamente un
millón 731 mil pesos- para pagar los pasajes y viáticos de
los siete técnicos cariocas, la adaptación del software,
la transportación y seguro del equipo electrónico y los aspectos
derivados de la "logística de apoyo".
En la sesión del Consejo General del instituto,
Rosa María Mirón dijo que lo que se les presentaba no era
lo que aprobaron los consejeros, pues se iba a hacer una "demostración"
y no un simulacro; se hacía a un lado a funcionarios del IEDF para
actuar como testigos, se daba a los brasileños prácticamente
el carácter de "asesores" de los mexicanos, pero fue insistente
en que se sobrepasaron con mucho los recursos presupuestados para ello,
e incluso en que las condiciones fueron impuestas por la gente de Brasil,
sin que fuera conocido y menos aprobado por el IEDF.
A esta postura se sumaron los representantes del PAS,
León Matus; del Partido Liberal, Mario Alvarez, y del PAN, Carlos
Viniegra. En su intervención, el consejero Eduardo Huchim dijo que
el desconocimiento de la situación jurídica del TSEB llevó
a hacer "malabarismo" para adaptar el convenio de cooperación; criticó
los elevados costos del proyecto, la obsolescencia del equipo y la mala
planeación de la dirección ejecutiva de la Comisión
de Organización, que llevará a esa prueba a ser parte del
"anecdotario" del IEDF, y metafóricamente añadió:
"Yo me esperaba un (auto) Jaguar o un BMW, y apenas tendremos un modesto
Volkswagen".
Leonardo Valdés mencionó que el TSEB no
estuvo de acuerdo en que se probara la eficacia de las urnas y por eso
pidieron que fuera "demostración". De los pagos por "pasajes nacionales"
dijo que era para que los técnicos se desplazaran de Brasilia a
otra ciudad para abordar el avión directo a México, y remarcó
que nunca fue el criterio económico el que motivó a elegir
las urnas brasileñas sobre ofertas de empresas mexicanas.
Finalmente los consejeros Huchim, Lara y Mirón
Lince lamentaron, al igual que algunos representantes de partidos, que
sólo se presentara el informe previo a su firma y que no se pudiera
ya modificar en nada.
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