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México D.F. Miércoles 14 de mayo de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Don Goyo, ejemplo de nuevos principios empresariales
Compró empresas estatales, se benefició del gobierno, exprimió a clientes y vendió
FIEL A LOS "NUEVOS Y modernos principios" del quehacer empresarial en América Latina (adquirir empresas del Estado, exprimirlas y extranjerizarlas), el multimillonario Gregorio Pérez Companc, el hombre más rico de Argentina, obtuvo autorización del gobierno de su país para vender el consorcio Pecom Energía.
DON GOYO, COMO ES conocido este magnate del sector energético argentino con membresía en la lista de Forbes, ha tenido dos ventajas en la vida: ser amigo de los dictadores argentinos y a últimas fechas de Carlos Saúl Menem -de quien obtuvo todos los favores del mundo cuando era presidente de la República, mediante generosas aportaciones a sus campañas políticas-, y "hombre religioso -miembro del Opus Dei-, tímido, a quien le gustan la vida del campo y los Ferrari", como lo define la revista Poder.
A PESAR DE LA NEGATIVA del presidente Duhalde, Don Goyo obtuvo ayer autorización oficial para vender la empresa Pecom Energía, de su propiedad, al consorcio brasileño Petrobras, tras el dictamen que en su beneficio dictó la Secretaría de Defensa de la Competencia, en una operación que involucra mil 125 millones de dólares que irán directos al bolsillo del magnate.
EN UN ESQUEMA muy similar al recientemente anunciado entre Transportación Marítima Mexicana y la trasnacional estadunidense SSA, una de las principales beneficiarias de la "reconstrucción" de Irak, el "socio estratégico" de Pecom, Petrobras, finalmente absorbió a la compañía privada argentina, otrora propiedad de la nación.
PECOM ENERGIA TIENE presencia en todos los segmentos del negocio energético con filiales en Ecuador, Bolivia, Perú, Venezuela y Brasil. Se encarga de la producción y transporte de petróleo y del gas, además de la refinación, generación, transmisión y distribución de energía. La empresa resultante de la fusión con Petrobras facturará 25 mil millones de dólares anuales.
A DON GOYO LAS COSAS siempre le salen bien. Endeudó hasta el extremo a la empresa que adquirió en la ola privatizadora del menemismo, exprimió los bolsillos de los consumidores argentinos, recibió todo tipo de beneficios fiscales del gobierno y ahora recibe mil 125 millones de dólares para que siga comprando Ferraris y aportando recursos al Opus Dei y a otras campañas políticas.
SIN EMBARGO, NO TODO es miel sobre hojuelas. Ayer mismo Don Goyo fue enterado de la inminente renuncia que su amigo y protegido Carlos Saúl Menem presentaría a su candidatura presidencial en la segunda ronda electoral a realizarse el próximo domingo, ya que el ex presidente no estaría dispuesto, dice, a avalar una nueva "contradicción nacional convalidando la segunda vuelta de un comicio del que ya superé todos los obstáculos (...) pero que ahora recién muestra la peor de sus entrañas".
ASI DE HONESTO ES MENEM, como lo es, desde luego, Don Goyo, quien durante el mandato de su protegido se benefició ampliamente de la política privatizadora del ahora inminente renunciante, en especial de las empresas del sector energético, mismas que ahora vende al extranjero no sin haberlas chupado hasta el alma.
GREGORIO PÉREZ, como lo describe la revista Poder, "no es un hombre que brille por su inteligencia. Tampoco es carismático o sobresaliente. A primera vista se le puede confundir con un vendedor de autos usados. Tiene 70 años, mide un metro con 68 centímetros de estatura, pesa unos 80 kilogramos y usa trajes grises o azules, pero nunca de marca. Católico de misa diaria, modesto, sumamente tímido, a Don Goyo también lo apodan El Fantasma, porque no suele mostrarse en público ni aparece en televisión ni va a reuniones con el presidente", pero sí hace jugosos negocios con él y a nombre de él.
EN SU VIDA DE HOMBRE austero, "sólo se le conocen un par de caprichos que contrastan con su manera de ser. Uno fue la compra de un Ferrari F50, edición limitada, dos plazas, descapotable, color rojo brillante, considerado uno de los más caros del mundo y por el cual pagó 600 mil dólares. El automóvil fue especialmente construido por Ferrari para festejar sus 50 años y sólo hay en el mundo 150 unidades. Otro gusto extraño a su personalidad fue la compra, por 45 millones de dólares, de un jet Boeing 737, avión capaz de volar de Buenos Aires a Miami sin escalas". Dos mil millones de dólares de fortuna -antes del nuevo negocio- le han permitido eso y más.
PÉREZ COMPANC ERA UNA pequeña empresa familiar de transporte que se transformó en uno de los mayores conglomerados argentinos de energía, dedicado a los negocios de petróleo, gas, petroquímica, refinación y electricidad en América Latina. El grupo está encabezado por Pecom Energía SA que a su vez controla varias empresas vinculadas principalmente con el sector energético. De esta empresa dependen una larga lista de filiales como Pérez Companc del Perú, Venezuela, Ecuador y Brasil; Innova, una productora y comercializadora de petroquímicos; Conuar y Fabricación de Aleaciones, que suministra combustibles para las centrales nucleares argentinas Atucha I y Embalse, y Enecor, empresa de conexión eléctrica. En el frente de la producción agrícola el grupo controla 100 por ciento de Pecom Agropecuaria, integrado por diez complejos agroindustriales con un total de 87 mil hectáreas dedicadas a la cría y engorde de ganado, la producción de leche y el cultivo de trigo, maíz, soya, girasol y arroz.
LA DE PECOM NO ES LA primera venta que concreta Don Goyo: en 2000 vendió 18.5 por ciento del Banco Río de Argentina a Merrill Lynch (el porcentaje restante lo había vendido al Banco Santander de España). La revista Poder señala que la historia de este magnate "es una mezcla de leyendas y misterios que con su silencio ha dejado en manos del mundo de la especulación. Hay quienes dicen que fue adoptado por la señora Margarita Companc de Pérez Acuña. Otros, que en realidad es el fruto de una relación de su padre, Ramón Pérez Acuña, y una empleada del servicio doméstico. Es tan complejo y oscuro su origen, que en el propio Registro de Personas fue modificada su identidad, y de un día para el otro su apellido original, Bazán, se transformó en el de Pérez Companc".
Las rebanadas del pastel:
CUALQUIER SEMEJANZA CON empresarios mexicanos de los sectores bancario, azucarero, ferrocarrillero, carretero, satelital, acerero, aéreo, etcétera, etcétera, no es mera coincidencia.
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