México D.F. Martes 13 de mayo de 2003
El continente se aleja de los centros de decisión, dice académico de la UNAM
En Latinoamérica hay 10 veces menos investigadores que en países industrializados
KARINA AVILES
En Latinoamérica la desigualdad científico-tecnológica respecto de otras regiones es mayor que la económica: el número de investigadores per cápita es 10 veces menor que en los países industrializados y la región tiene los menores índices de inversión en educación del planeta, afirmó José Antonio López Cerezo, responsable académico del módulo uno de la cátedra México: ciencia, tecnología, sociedad e innovación.
Advirtió que mientras en los países desarrollados la población estudiantil universitaria es cercana a 50 por ciento, en Latinoamérica es de 17 por ciento. En el año 2000, tres cuartas partes de ellos obtuvieron un grado en áreas de humanidades, ciencias sociales y médicas. Apenas 22 por ciento estudió ciencias naturales, exactas o ingeniería.
En América Latina el número de investigadores per cápita es 10 veces menor que en los países industrializados. La cifra total sobrepasa los 125 mil científicos de jornada completa, ubicados en su mayoría en Brasil, seguido por México y Argentina.
Pero no sólo son pocos y están mal distribuidos, sino que casi todos son hombres. De cada 10, sólo dos o tres son mujeres, "lo cual significa que estamos excluyendo del sistema de ciencia y tecnología a prácticamente la mitad de la población", aseveró.
En el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la UNAM, señaló que existen marcadas diferencias entre países con respecto a la inversión en esos rubros, de acuerdo con datos del último Informe Mundial sobre la Ciencia.
Así, Brasil y Cuba invierten 0.8 por ciento de su producto interno bruto (PIB), mientras que El Salvador o Perú no alcanzan 0.1 por ciento. En algunos casos, incluso, las tendencias son decrecientes como en Ecuador.
En la región, el presupuesto público es utilizado, en términos generales, para financiar alrededor de dos terceras partes de la investigación y el desarrollo, cuando en las naciones industriales el mismo porcentaje corresponde a las empresas, agregó.
De tal manera, la ciencia y la tecnología son todavía asignaturas pendientes, en especial en esta parte del continente americano, que en conjunto padece una debilidad estructural relativa a recursos humanos, financieros, organizativos e institucionales, dijo.
Señaló que hoy se vive un estado inquietante: "las condiciones económicas de la región limitan de forma severa los gastos en investigación y desarrollo, pero si no se hace un esfuerzo mayor se corre el peligro de aumentar las distancias y alejarnos de los centros de decisión mundiales", argumentó.
Además debería tomarse en cuenta el gran número de instituciones de educación superior privadas que no cuentan con carreras científicas, no realizan investigación y tienen un gasto por alumno incompatible con una educación de calidad, añadió.
Por su parte, Ambrosio Velasco, director de la FFL, dijo que la cátedra México: ciencia, tecnología, sociedad e innovación "es parteaguas en el desarrollo de los estudios sobre ciencia y tecnología.
Mediante ella, los trabajos realizados tradicionalmente en la UNAM se enriquecen y dan respuesta a un reto urgente: el de reconocer e integrar la enseñanza e investigación con el análisis de los contextos sociales, culturales, políticos y económicos del desarrollo científico y tecnológico.
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