México D.F. Martes 13 de mayo de 2003
Escritores del cine mexicano sonoro sólo está disponible en cd rom
Reúnen en un diccionario textos de guionistas, adaptadores y argumentistas cinematográficos
YANIRETH ISRADE
Autores de una obra a la que se regatea méritos literarios, los guionistas, argumentistas, adaptadores y creadores de los diálogos para el cine nacional (1931-2000) aparecen reunidos en Escritores del cine mexicano sonoro, diccionario por ahora sólo disponible en versión de cd rom, que será presentado hoy a las 12 horas en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.
La obra, auspiciada por la Universidad Nacional Autónoma de México y coordinada por dos académicos de la institución, Manuel González Casanova del Valle y Virginia Medina Avila, agrupa 633 fichas de escritores de cine, que describen la semblanza biográfica y profesional de cada autor, su retrato e imágenes de instantes relevantes en su vida, así como la filmografía de su obra ilustrada con escenas o carteles de algunas de sus películas.
El objetivo de la búsqueda -se lee en la introducción al disco- es reunir los nombres y la información referente a los autores de los guiones, considerando a estos últimos una forma de literatura.
Premisas para una segunda creación
''Con este trabajo no pretendemos tomar partido en el debate de si el guión cinematográfico es o no es literatura. Pensamos sí, que si no hay un buen guión, muy difícilmente habrá una buena película. Pero la buena calidad del guión, aunque signifique una cierta seguridad, no es garantía de la buena calidad del filme terminado. Finalmente lo mismo sucede en el teatro, una buena obra teatral no asegura una buena representación, aunque la propicie. En ambos casos, tanto en el teatro como en el cine, las obras fueron escritas para ser punto de partida de una segunda creación".
Sin embargo, existe una desventaja que se aprecia mejor al establecer una lógica comparación. Explican: ''muy pocos ponen en duda que la obra escrita para ser representada en el teatro sea una forma de literatura -en la Facultad de Filosofía y Letras existe incluso el Colegio de Literatura Dramática-, en cambio es quizá todavía menor el número de los que reconocen el valor literario en el guión cinematográfico. Posiblemente esto se deba a que la costumbre de leer guiones aún se limita a unos cuantos adeptos.
''No podemos olvidar, sin embargo, que tanto el guión cinematográfico como la obra para el teatro, la novela o el cuento son resultado del trabajo de un escritor, el cual utiliza en todos los casos sus herramientas, las palabras, para contarnos una historia."
Además de los nombres de los escritores de guiones que partieron de una idea original o que adaptaron la de otro, se incluye en el diccionario a la mayoría de los creadores de argumentos, de modo particular a los que escribieron especialmente para el cine, sin dejar de considerar también, entre ellos, a algunos de los que publicaron novelas o cuentos adaptados al cine y cuya obra tuvo algún significado en éste, se advierte en la presentación del volumen.
Manuel González Casanova y Virginia Medina Avila prevén que en uno o dos años se tenga la publicación impresa del diccionario, que primero se optó por distribuir en cd rom debido a su bajo costo.
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