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México D.F. Lunes 12 de mayo de 2003
ALARMANTE DESCOMPOSICION PENITENCIARIA
El
panorama prevaleciente en las cárceles del país, según
datos del Diagnóstico sobre la situación del sistema penitenciario
mexicano, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH), es alarmante. A las deplorables condiciones en las que se encuentran
recluidos los internos -hacinamiento, sobrepoblación, segregación,
servicios médicos insuficientes y deficiente alimentación,
entre otros graves problemas- ha de agregarse la corrupción generalizada
que prevalece en los penales de toda la República.
Como señaló a este diario el tercer visitador
de la CNDH, José Antonio Bernal Guerrero, hay "descomposición
general" en el sistema penitenciario y "no existen esfuerzos conjuntos
-de la Federación, los estados y los municipios- para resolver el
problema de las cárceles a corto plazo". La cadena de lacras generadas
por la corrupción de numerosos funcionarios públicos adscritos
a las instituciones penitenciarias es larga y ominosa: "autogobiernos"
de reos coludidos con custodios que organizan dentro de los penales el
tráfico de drogas y bebidas alcohólicas, la prostitución
y la distribución de privilegios; violaciones continuas de los derechos
humanos de internos y sus familiares a manos tanto de autoridades como
de presos; presencia de menores en las cárceles sin la menor protección
y muchas veces mantenidos en condiciones infrahumanas, son sólo
algunas de las irregularidades que día a día ocurren en las
prisiones del país.
A este perturbador panorama hay que añadir la intolerable
permisividad e incluso complicidad de diversas autoridades. Los incontrolados
mercados de droga y prostitución que existen en los penales tienen
origen en gran medida en las redes de complicidad, corrupción y
poder que se entretejen entre funcionarios y reos, circunstancia que es
aún más peligrosa por el hecho de que estas manifestaciones
delictivas no han sido enfrentadas decididamente por los gobiernos, desde
el ámbito municipal hasta el federal. En la última década
la CNDH ha emitido 387 recomendaciones relacionadas con estos hechos, pero
muy pocas han sido acatadas por las sucesivas administraciones de los diferentes
niveles de gobierno.
Según denuncia Bernal Guerrero, se han dado casos
de simular el cumplimiento de las recomendaciones de la CNDH con el objetivo
de engañar y distraer la atención oficial y son numerosas
las ocasiones en las que, aun corregidos los problemas denunciados, al
poco tiempo se producen reincidencias en las irregularidades. Ante este
alarmante panorama cabe preguntarse por qué las autoridades del
país no han emprendido acciones suficientes para solucionar los
problemas que se presentan en el sistema penitenciario nacional y por qué
se toleran las prácticas cotidianas de corrupción entre funcionarios,
custodios y reos que generan los amplios márgenes de maniobra de
los que gozan los grupos delictivos dentro de los penales, al grado de
que en numerosos casos estas redes de complicidad operan como los auténticos
gobernantes de las prisiones.
¿Es qué ha de esperarse hasta que se susciten
fenómenos de violencia masiva para que se actúe contra las
mafias y sus cómplices? ¿Hasta cuándo seguirán
tolerándose las continuas violaciones a los derechos humanos que
se cometen en las cárceles? Que los centros donde se hacen cumplir
las sanciones de ley y, en teoría, se alienta la readaptación
de quienes la violan, sean focos de crimen y desintegración social,
dice mucho de la inoperancia y la insuficiencia del sistema jurídico
mexicano y de la debacle ocasionada por la profunda corrupción de
numerosas autoridades. Por ello es urgente poner en práctica de
una política amplia y contundente -que abarque los estratos municipal,
estatal y federal- para desmantelar las redes de corrupción penitenciaria
y suscribir un compromiso firme por todas las autoridades nacionales para
corregir las condiciones infrahumanas de reclusión en las que se
encuentran miles de reos. El acatamiento inmediato y a fondo de las recomendaciones
de la CNDH es el primer paso necesario para corregir este grave problema.
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