México D.F. Lunes 12 de mayo de 2003
Presuntos raptores estudian en la Anáhuac; "hacían un trabajo escolar", aducen
Confusión sobre plagio de niños en Polanco
SUSANA GONZALEZ G.
Por una confusión, patrulleros de las policías preventiva y judicial protagonizaron una movilización en Polanco a partir de que dos matrimonios que viven y trabajan conserjes en la zona denunciaron que sus cinco hijos habían sido secuestrados.
Lo que en realidad ocurrió fue que los niños de entre 10 y 16 años de edad, además de una joven de 18 años, accedieron a la petición de un par de estudiantes de la Universidad Anáhuac, Andrea Zesati Gómez y Adriana Horcasitas Garza, de responder las preguntas de un trabajo escolar, pero para ello subieron al automóvil de éstas sin que los primeros ni las segundas avisaran a los padres.
De acuerdo con la versión del matrimonio formado por Fidel Galindo y Laura López, sus tres hijos y los de sus compadres Juan Paz y Manuela Torres, jugaban al mediodía de antier afuera del edificio de departamentos donde trabajan y habitan, en la esquina de Benito Pérez Galdós y Homero, colonia Polanco, zona donde por los secuestros y asaltos cometidos la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Secretaría de Seguridad Pública local han puesto en marcha operativos especiales, el último de los cuales se inició el primero de abril pasado con 150 policías preventivos y bancarios.
Al transcurrir el tiempo sin que ninguno de los menores apareciera, los padres comenzaron a buscarlos y una vecina les dijo que los había visto subirse a un automóvil sin placas -un Pointer color gris plata-. "Nos dijo que les ofrecieron llevárselos a comer al McDonalds y ya desesperados avisamos a la policía", narró Laura López Mendoza, madre de tres de los menores, quien en un principio atribuyó su desaparición a un pleito de vecinos que el 27 de marzo pasado tuvo con un conocido y que derivó en una denuncia ante la agencia ministerial.
Pasaron dos horas para que los niños reaparecieran, y la confusión quedara aclarada, pero aún así en la agencia 30 del Ministerio Público se inició una denuncia de hechos para deslindar responsabilidades, debido a que los padres demandaron que los menores fueran revisados; pero también por la movilización policiaca que se desató en Polanco a mediodía y que, según trascendió, incluyó a personal antisecuestros de la Procuraduría capitalina.
"Nosotros queremos que les den una checada para comprobar que no les haya pasado nada y que las señoritas digan la verdad sobre por qué se los llevaron, dónde los tuvieron y qué les hicieron, es lo único que nos interesa", mencionó Fidel Galindo, padre de Ricardo, Diana y Laura, de 10, 11 y 16 años de edad, respectivamente. La misma postura adoptaron sus compadres Juan Paz y Manuela Torres Domínguez, padres de Juan Jesús, Aarón y Nancy, de 12, 15 y 18 años de edad, respectivamente, quienes también accedieron a responder las preguntas de las universitarias.
Fidel Galindo y Laura López también se mostraron confundidos por el comportamiento de sus hijos, al asegurar que en repetidas ocasiones les han advertido sobre la inseguridad de la zona y les han recomendado y prohibido hablar con desconocidos. "Les hemos dicho que a ningún coche se pueden subir, ni aunque les ofrezcan helado, dulce, nada."
Las estudiantes de la Anáhuac, adscritas a la carrera de comunicación, dijeron que realizaban una investigación -un focus group- sobre los hábitos de lectura de los niños, pero para ello los trasladaron en su automóvil a una oficina cercana a su domicilio. "Se les pidió que por favor si nos podían ayudar, y ellos dijeron que sí. (Las muchachas) les dijeron que les avisaran a sus papás, pero ellos dijeron que tenían permiso para jugar dos horas y pues bueno, dijeron 'ok, les vamos a dar pizza para que coman' y los llevaron a una oficina. Entonces fueron a hacer el trabajo y cuando los iban a regresar a sus casas, ahí se armó todo el problema", explicó Rodrigo Sánchez, joven que se presentó como compañero de las estudiantes presentadas ante el Ministerio Público. Aseguró que todo el ejercicio que realizaron con las opiniones de los menores quedó videograbado, por lo que el casete sirvió a las estudiantes para aclarar lo sucedido.
Mientras iniciaba la diligencia ministerial y los niños fueron ingresados al médico legista para su revisión, los compañeros y padres de las estudiantes les ofrecieron disculpas por el malentendido y el susto y aunque Laura Galindo López las aceptó, también les dijo que cuando las jóvenes fueran madres entenderían su angustia si unos desconocidos se llevaran sin explicación alguna a sus hijos como ellas lo hicieron.
Pero el nerviosismo e irritación por lo sucedido no excluyó momentos ríspidos primero entre un joven que intimidó a uno de los policías a cargo de la remisión ante el Ministerio Público si revelaba el nombre de las estudiantes y después con la fotógrafa y la reportera de La Jornada, al grado de que la madre de una de ellas llegó a advertir que si salía publicado el nombre de su hija este diario "iría a la ruina".
-ƑY por qué su hija no avisó a los padres de los niños? -se le preguntó.
-A esa edad quién sabe qué cosas tienen en la cabecita -explicó la señora al tiempo que encogió los hombros.
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