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México D.F. Sábado 10 de mayo de 2003
Defensa de De Gasperín
Niegan que los obispos busquen el poder político
ALMA E. MUÑOZ
La diócesis de Querétaro rechazó que los obispos mexicanos busquen, mediante sus mensajes, el poder político o inmiscuirse en algún partido para obtener cuotas de poder. En defensa de su obispo, Mario de Gasperín, subrayó que éste mantendrá su orientación a los fieles para que vayan en contra de las acciones y decisiones que atenten contra la dignidad humana: aborto, eutanasia, manipulación de embriones, prostitución, uniones de homosexuales, anticonceptivos y otros temas.
Queda claro, insistió en su mensaje tras los cuestionamientos que recibió el prelado por su exhortación a no votar el próximo 6 de julio por candidatos que están en favor de los asuntos referidos, que la Iglesia, sin desviarse de su misión, interviene con todo derecho en la vida social "buscando el bien común y que las decisiones políticas estén fundadas en los grandes valores del bien y de la verdad, condiciones necesarias para un auténtico desarrollo personal y social".
Insistió que la institución anuncia, inclusive de la mano de organismos sociales, el Evangelio y la enseñanza del magisterio social. "Podemos sospechar que muchos, aunque sean católicos, no entienden la religión. No saben que un obispo ha sido designado por Dios para dirigir y cuidar a cada oveja de su rebaño en todos los campos de la vida: desde la salud del alma hasta la del cuerpo; desde la salvación eterna hasta el bienestar material; desde la vida personal hasta la situación política, laboral o educativa."
Para un prelado, reiteró, la ley de Dios y la dignidad de la persona "están por encima de la ley humana, que puede ser falible". Por tanto, a los representantes del Señor "no se les puede callar, solamente se les puede matar, en cuyo caso la sangre abona la tierra y brotan más obispos que tampoco callan".
La diócesis apeló al respeto a la libertad de expresión y pidió tolerancia para los pastores, especialmente cuando muchos "gobernantes desean reducir su quehacer a la pura sacristía, porque se argumenta que la Iglesia busca el poder temporal para brindarse a sí misma diversos privilegios, así como ejercer mayor control social".
Su intervención, subrayó, es de acuerdo a su propia naturaleza y no mediante el poder político.
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