México D.F. Jueves 8 de mayo de 2003
Norberto Rivera
Pide el Episcopado crear leyes que apoyen a la familia
ALMA MUÑOZ
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reiteró su llamado a los legisladores para impulsar la creación y aprobación de leyes que promuevan y defiendan los derechos de la familia y la dignidad del ser humano desde la fecundación hasta la muerte natural. En voz del arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera, insistió en su rechazo a la cultura de la muerte y la "promoción de esos productos: el aborto, la manipulación de embriones, la clonación, la eutanasia y más".
Durante una peregrinación de la Comisión Episcopal para la Familia, en la Basílica de Guadalupe, el jerarca católico reiteró que los pastores tienen "la grave responsabilidad de propiciar un cambio cultural que comienza en el núcleo de la sociedad que es la familia, ayudándole a descubrir y vivir el valor y el sentido de la vida".
En su homilía manifestó que la difusión de la mentalidad "antivida" es un atentado contra el amor conyugal y la utilización de los anticonceptivos "falsea ese mismo amor, al pervertir el sentido de donación mutua que se encuentra en la base del matrimonio".
Siguiendo con el tema que recientemente expusieron en la asamblea plenaria los más de 100 obispos de México, consideró que un objetivo "bien preciso dentro de la estrategia de disolución de los autores de la cultura de la muerte es la destrucción de la comunión esponsal como principio de la apropiación". Con esta visión, consideró el cardenal Rivera, los hijos "pasan a ser un efecto secundario, que podría ser tomado en poca consideración, sobre todo cuando su presencia puede provocar un conflicto con otros valores principales y se da el paso al aborto y a la anticoncepción".
Con esto criticó a quienes propugnan leyes abortistas que derivan en la disolución matrimonial. Señaló que en estos momentos los pastores deben estar atentos para defender la familia, sobre todo cuando "las personas van al matrimonio frecuentemente con una débil preparación, con ausencia de valores y convicciones firmes, con inmadurez, lo cual provoca frecuentes fracasos y divorcios, con todas las secuelas negativas, y a la sociedad, que ya no rechaza esto ni lo ve como una plaga".
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