México D.F. Miércoles 7 de mayo de 2003
Cierre de plantas y crecimiento de 160% en las importaciones, las causas
En diez años la industria hulera ha despedido a la mitad de sus empleados
Trabajadores narran en un foro cómo ha sido desplazada la mano de obra mexicana
Obreros de Euzkadi protestarán en Alemania por el cierre de la planta ubicada en Jalisco
FABIOLA MARTINEZ
De 1993 a la fecha, la mitad de los trabajadores registrados en la industria hulera nacional fueron despedidos a consecuencia del cierre de plantas y el aumento de 160 por ciento en la importación de llantas.
En ese contexto, los trabajadores de Euzkadi, en huelga desde enero del año pasado, advirtieron que lucharán "hasta el final" por el cumplimiento del contrato ley de este sector, uno de los seis documentos de este tipo que subsisten en México.
En un foro obrero, convocado por estudiantes y egresados de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), representantes de los trabajadores de Euzkadi y Uniroyal, esta última planta cerrada por la trasnacional Michelin, hicieron un recuento de la forma en que ha sido desplazada la mano de obra mexicana y, sobre todo, vulnerados sus derechos colectivos.
Señalaron que la reducción de la plantilla en la industria hulera continúa, circunstancia que mantiene al contrato ley referido en "una situación muy grave, a punto de desaparecer".
Las cifras son contundentes: en 1994, año de entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, las plantas manufactureras del hule reportaban una nómina de 11 mil trabajadores, nivel que el año pasado se desplomó a 3 mil 996 obreros y, actualmente, son poco más de 5 mil trabajadores.
Los primeros afectados fueron los obreros de Uniroyal de la planta ubicada al norte de la ciudad de México, a quienes "con engaños y presiones se nos hizo firmar un convenio de retiro voluntario", recordó Arnulfo González, ex trabajador de esa empresa.
Meses después fue cerrada la planta de Goodyear Oxo, ubicada en Tultitlán, estado de México y, el 16 de diciembre de 2001, la trasnacional Continental Tire -poseedora de 25 fábricas en todo el mundo- decidió cerrar la planta Euzkadi, ubicada en El Salto, Jalisco, pese a que dos años antes había hecho inversiones millonarias para modernizar la maquinaria.
"Es obvio que el cierre de Euzkadi no obedeció a razones económicas sino políticas, derivadas de la existencia de un pequeño sindicato independiente y combativo que no está dispuesto a ceder", señaló Enrique Gómez, asesor político de los huelguistas, quienes en activo recibían prestaciones incluso superiores a lo que marca el contrato ley de la industria hulera, tales como exención de impuestos y de cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las cuales eran absorbidas por el patrón.
Un grupo de trabajadores de Euzkadi viajará, por segunda ocasión, el próximo 23 de mayo, a Alemania, para protestar en la sesión del Consejo de Administración de Continental por lo que consideran un cierre ilegal apoyado por las autoridades del trabajo mexicanas, las cuales de manera reiterada calificaron la huelga de "improcedente", aun cuando un juez de distrito y un tribunal colegiado indicaron a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje que esa categoría no existe en la Ley Federal del Trabajo.
Lo cierto es que aun con el apoyo de organizaciones civiles europeas y la presión que han ejercido éstas sobre los dueños de Continental, la huelga de los obreros de El Salto, Jalisco, no tiene visos de solución.
De las seis productoras de neumáticos que había en México antes de 2000, quedan sólo tres y, de acuerdo con los participantes en el foro obrero, la planta Firestone, de capital japonés, podría cerrar su fábrica en Cuernavaca, luego de que redujeron 25 por ciento las percepciones a sus obreros.
Sobrevivirían entonces la mexicana Tornel, dedicada fundamentalmente a la maquila de neumáticos para otras compañías, y Continental Llantera Potosina, propiedad del corporativo alemán referido, en cuya fábrica se han desatado fuertes problemas internos que llevaron el 11 de abril pasado a la destitución de la dirigencia sindical, de filiación cetemista, por haber permitido reducción de prestaciones y aumento en la producción.
A los conflictos gremiales y a la presunta parcialidad de la Secretaría del Trabajo y de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en favor de los industriales del hule -según denuncias emitidas por los trabajadores de Euzkadi y Uniroyal-, se suma el exceso de importación y la entrada ilegal al país de millones de neumáticos de origen asiático, que mantienen en riesgo de extinción más de 5 mil fuentes de empleo en el país.
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