Podrán acogerse a la ley de ajuste cubano; la Guardia Costera no intervino al verlos nadar

Llegan 3 balseros a suelo estadunidense

El canciller Pérez Roque asegura que La Habana quiere "relaciones normales" con Washington

AFP Y REUTERS

Miami, 6 de mayo. Tres jóvenes cubanos que se lanzaron hoy al mar desde una embarcación al ser avistados por la Guardia Costera de Estados Unidos, que no intervino para detenerlos o impedirles su llegada a tierra firme, llegaron nadando a la costa de Florida.

De esta manera, los balseros, de unos 20 años de edad y que habían pasado previamente varios días en el mar en una precaria embarcación, podrán acogerse a la ley migratoria de ajuste cubano, que permite que cualquier individuo de esa nacionalidad que pise tierra firme estadunidense pueda quedarse en el país. Los cubanos son los únicos que gozan de este beneficio.

Al ser interceptados por la Guardia Costera, tres de los cuatro pasajeros de la embarcación saltaron al agua, donde permanecieron tres horas flotando, negándose a subir a los barcos que los vigilaban sin intervenir a pocos metros de distancia, y desde los cuales se les lanzaron chalecos salvavidas. El otro joven decidió entregarse a los guardias.

La situación, seguida en directo por varias cadenas de televisión locales, ocurrió a unos tres kilómetros de Cayo Largo (sudeste de Florida), según las televisoras.

Los cubanos que intentan llegar ilegalmente a Estados Unidos y que son interceptados en el mar generalmente son repatriados.

Sin embargo, ayudados por la corriente y los vientos que los llevaban hacia la costa, los jóvenes recorrieron los casi tres kilómetros que los separaban de unos manglares de Cayo Largo, adonde se había reunido un gentío a esperarlos.

El desenlace coincidió justamente cuando se transmitían los informativos estelares de la televisión local, y las imágenes de la llegada de los balseros a tierra firme fue recibida con escenas de júbilo en la comunidad cubana de Miami.

Manuel Cohen, cónsul de Panamá en Miami, anunció que la presidenta de su país, Mireya Moscoso, le ofreció a los jóvenes balseros asilo político, con la única condición de que demostraran no tener antecedentes penales.

El hecho ocurre cuando el tema migratorio ha incrementado la tensión entre Estados Unidos y Cuba. El primero ha advertido que considerará una amenaza a su seguridad nacional el desvío de aviones de la isla hacia su territorio, mientras que la ejecución de tres de los secuestradores de una lancha de pasajeros que intentaban llegar a Estados Unidos, tras juicios sumarios, generó una polémica internacional.

Una guerra de cien años

En este contexto, el jefe de la diplomacia cubana, Felipe Pérez Roque, afirmó este martes en Manama, capital de Bahrein, que una guerra de Estados Unidos contra Cuba duraría "cien años", pero puntualizó que su país quiere mantener "relaciones normales" con Washington.

"Los cubanos defenderían con fuerza su independencia", declaró el ministro cubano durante una conferencia de prensa en Manama, donde está de visita después de haber estado en Arabia Saudita.

"No hay justificación para que Washington haga la guerra a Cuba. Rechazamos las acusaciones estadunidenses de que Cuba apoya al terrorismo", añadió Pérez Roque.

El presidente "Fidel Castro no tiene estatuas que pudieran ser derribadas", ironizó, en clara referencia a las efigies del derrocado presidente iraquí Saddam Hussein, destruidas tras la caída de Bagdad el pasado 9 de abril.

Pérez Roque instó además a la ONU a "desempeñar un papel central en Irak para ayudar a ese país en el proceso de reconstrucción, y al pueblo iraquí a escoger un gobierno de su elección y a controlar sus riquezas, en particular las petroleras".

El domingo, el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, declaró que su país no consideraba necesario usar la fuerza contra Cuba como hizo con Irak y consideró que ese régimen "anacrónico" caería por sí mismo algún día.

No obstante, Estados Unidos, que sigue incluyendo a Cuba en su lista de países que apoyan el terrorismo internacional, reforzó el domingo la prohibición a sus ciudadanos de viajar a Cuba, decidiendo no entregar los permisos excepcionales que se otorgaban para intercambios culturales y educativos.

En Bruselas, el Partido Popular Europeo (PPE), conservador y mayoritario en el Parlamento Europeo, pidió al gobierno cubano que "cese la campaña de terror de inmediato, libere a los encarcelados y garantice los derechos civiles y políticos".

En la resolución, el partido "apoya el cambio en Cuba mediante el diálogo y medios pacíficos" y "expresa su solidaridad con el proyecto Varela, iniciativa que representa los esfuerzos del pueblo cubano por abrir nuevas áreas de libertad".

En la isla, Elizardo Sánchez, de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, denunció que la mayoría de los 75 opositores cubanos condenados se encuentran en "celdas de aislamiento en prisiones de alta seguridad".

Sánchez denunció también que los reclusos están recibiendo agua que no es potable y alimentos que "no cumplen las condiciones sanitarias mínimas".