En el Monumento a la Revolución concluyeron las celebraciones del PRD

Devino multitudinario baile el segundo día del Festival del Sol

Karimb, Oscar Chávez, Tania Libertad y Elíades Ochoa, plato fuerte del programa vespertino Por la mañana estuvieron Sonora Señorial y los Recuerdos del Son

JAIME WHALEY

De sobra está señalar que fue el Festival del Sol, pues el viejo Tonatiuh estuvo puntual y calcinantemente a tiempo, en todo su esplendor, por toda la mañana y hasta ya entrada la noche, en la que el calor lo puso la gente que, en buen número de cifras en miles, se dio cita en el Monumento a la Revolución para la conclusión de los festejos por el aniversario 14 del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Los senegaleses de Karimb, Oscar Chávez, Tania Libertad y Elíades Ochoa conformaron la base fuerte del programa vespertino, pero en la mañana, con la animación de Eugenio Sánchez Aldana, la Sonora Señorial y los Recuerdos del Son habían puesto a bailar a buen número de adeptos que desafiaron la elevación del mercurio, que llegó hasta los 30 grados por ahí del mediodía, y la inclinación de la improvisada pista, que no fue otra sino el promontorio con losetas, en cuya cúspide se asienta el elefantiásico monumento.

Diversión para niños

Hubo otros artistas como José Frank y Andrés Rincón, que divirtieron a los niños en un foro aparte, en una zona donde también hubo talleres de pintura y dibujo.

María Inés Ochoa, quien de su madre Amparo heredó la tesitura de voz bravía, abrió la tanda de la tarde con Jacinto Cenobio y de ahí se siguió Oscar con las clásicas de su repertorio. "Van casi todas", espetó a alguien en la multitud que le pidió una en especial, no se escuchó con precisión cuál, pero el cantor casi no dejó espacio para incumplimientos y el recorrido fue desde Flores negras hasta Macondo, con la imprescindible Por ti. Desde luego, y ya con el coro voluntario, estuvieron Perdón y el corrido de Juan Cortina Nepomuceno, además de la alusión a aquel que sabe de química, retórica, botánica y sistema decimal, así como la elegía al Comandante Che Guevara, todo ello con el acompañamiento del trío Los Morales.

Mientras un par de zancudos, no de los picudos, sino de aquellos que andan en zancos, se apersonaron en el escenario: uno sacó a Rosario Robles Berlanga, presidenta del PRD, para dar unos pasitos breves, pero los ganas de zapatear de la ex jefa de Gobierno no quedaron frustradas, pues cuando tocó el turno del cubano Ochoa, ni tardo ni perezoso Carlos Navarrete, el secretario del partido del sol azteca, fue por ella y la pareja le dio bien y bonito al son, a la par de los que ahí bailaron, que a esa hora -pasadas las 10 de la noche- eran todos.

Tania Libertad transitó por los terrenos de la heterogeneidad y fue del bolero, como Mi amor por ti, al valsecito landó, como ese de Procuro olvidarte. Incluyó temas de los 34 discos que tiene en su haber, dejó que Marcos y Juan, dos de sus músicos, se enfrascaran en un habilidoso duelo de taconeo y el summum -calificativo que antaño empleaba la científica Estrella Burgos, quien por ahí andaba- fue cuando a capela y sin micrófono hechizó a la galería con su personalísima versión de Alfonsina y el mar.

Todavía un grupo -una docena quizá- tuvo el privilegio, cuando la artista peruana con gentileza firmó autógrafos atrás del escenario, de escucharle entonar una partecita del Ave María de Gounod. Una pequeña, ingenuamente inconforme, le dijo: "Cántala completa", lo que provocó la risa traviesa de Tania, que en unas semanas emprenderá una larga gira por foros marroquíes y europeos.

El guajiro Ochoa, por su parte, sometió a juicio popular dos temas y el veredicto del respetable fue el esperado: aprobados por decisión unánime. A esos le añadió los que han dado fama y reconocimiento universal al Buenavista Social Club, como El cuarto de Tula y Chan chan. Ya cerca de la medianoche se aparecieron los mariachis y se iluminó la noche con los juegos pirotécnicos, mientras una apresurada y contenta Rosario Robles declaraba, en forma escueta: "Han sido 14 años de lucha democrática; discúlpame, pero estoy ronca", al solicitársele su opinión.