México D.F. Martes 6 de mayo de 2003
La filarmónica de la ciudad retornó a su remodelada sede, la sala Revueltas
Rendimiento y calidad de la OFCM, a salvo de la crisis que vive la orquesta: Francisco Viesca
ANGEL VARGAS
La crisis que en términos laborales y económicos vive la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), ''una de las más profundas de su historia reciente", no ha repercutido tadavía en su rendimiento ni calidad artísticos, manteniéndose así entre las mejores agrupaciones del país, asegura en entrevista su director operativo, Francisco Viesca.
''La orquesta no se ha deteriorado en el sentido artístico. Todo lo contrario, ha mantenido su compromiso de alto nivel y refrendado su postura musical. No sé si ésta sea la peor crisis de su historia, porque no he vivido otras; pero de que está en una crisis profunda, es un hecho, como lo está también el país y nuestra visión del quehacer social. Por ello resulta urgente redefinir nuestras posiciones y el reto es hacerlo con creatividad y de manera positiva", agrega.
''Es fundamental que no se asuste nadie ante un reto de esta magnitud. La crisis es innegable, pero eso no quiere decir que no tenga solución ni que implique un deterioro en el quehacer de la orquesta. Los resultados los veo en el contenido de los programas, porque, a pesar de que estamos en un momento de austeridad extrema y hay poco dinero, los resultados han sido muy buenos, con conciertos de los que todos salen satisfechos, desde directores huéspedes y solistas hasta el público".
De acuerdo con Viesca, la filarmónica capitalina vive un momento crucial en sus 25 años de existencia, al estar inserta en un proceso de transformación en cuanto a su espíritu y vocación, proceso que comenzó a raíz de su traslado administrativo a la Secretaría de Cultura del DF, en 2002.
''El proyecto de la orquesta está evolución determinante. Hay una redefinición de su contenido y una concreción en su misión y en el enfoque que se dará al trabajo. Pero este es un proceso que no debe decidirse de manera unilateral, sino colegiada; la comunidad que integra a la OFCM debe participar en esta transformación."
Sostiene que en gran medida han quedado ya superadas las fricciones entre músicos y autoridades capitalinas ocurridas el año pasado, luego de que ambas partes han manifestado su interés para que la agrupación se mantenga como una de las más importantes del país.
''Es evidente -aclara- la disposición de todas las partes a cambiar. Ha habido muestras de equidad, democracia y buen ejercicio práctico. Hemos procurado que las decisiones sean por consenso. Todos tenemos la plena convicción de que actuamos de buena fe y de que las 'medicinas que se han debido tomar' han sido pensando siempre en resultados positivos. La orquesta tiene plena conciencia de seguir vigente y ha puesto todo su empeño en que las cosas caminen de la mejor manera."
Temporada Primavera 2003
Para Viesca, también pianista, la reciente remodelación de la sala Silvestre Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli, sede de la OFCM, es indicador de la importancia de la agrupación para el gobierno de la ciudad. Las obras requirieron inversión de 9 millones de pesos y acaban de concluir tras ocho meses de trabajo. Se cambiaron el techo y las butacas, se dio servicio a las instalaciones sanitarias y mantenimiento a todo el área anexa a la sala.
El lugar ''quedó más cómodo y funcional. No habrá muchos cambios de impacto acústico, pero sí de la comodidad del servicio", agrega el funcionario.
''Son obras que demuestran que la orquesta no está al margen del interés de las autoridades. Se trata de una inversión con visión de futuro para refrendar que la orquesta debe seguir hacia delante."
Para reinaugurar la sala Silvestre Revueltas, la Secretaría de Cultura programó tres conciertos de gala el fin de semana, en los que la OFCM interpretó, entre otras obras, las cantatas profanas de Carmina Burana, de Carl Orff, bajo la dirección del huésped Lawrence Leighton-Smith.
Esas presentaciones marcaron el inicio de la temporada Primavera 2003 de la filarmónica, en la que se conmemorarán el bicentenario del natalicio de Berlioz, el medio siglo de la muerte de Prokofiev y los 100 años del nacimiento de Katchaturian.
"Regresar a la sala implica dar la vuelta a una página y estar atento a lo que sigue; también, romper con una inercia que dañó mucho la imagen de los programas artísticos de la orquesta: el estado de abandono y desatención de la sala. Su remodelación manda señales en cuanto a que la actividad artística tiene peso y valía ante los ojos de quienes dirigen la política cultural (de la ciudad)", concluye Francisco Viesca.
|