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México D.F. Martes 6 de mayo de 2003
Luis Hernández Navarro
El desnudo como protesta
Las integrantes de la banda de música country Dixie Chicks, opositoras a la invasión de Irak, posaron desnudas en la revista Entertainment Weekly, en respuesta a la campaña desatada en su contra por su posición en favor de la paz. Las ganadoras del Grammy se pintaron letreros como "Libertad de expresión", "Angeles de Saddam, orgullosamente americanas", "Traidoras" y "Patriotas".
Las cantantes texanas, que declararon estar avergonzadas de que George W. Bush fuera del mismo estado que ellas, no fueron las únicas activistas contra la guerra que usaron el cuerpo sin ropa como forma de protesta. Desde que el 12 de noviembre de 2002, Donna Sheehan y su grupo Unreasonable Women Baring Witness (Mujeres Insensatas que Testimonian Desnudas) se fotografiaron sin ropa formando la palabra peace, en Point Reyes Station, Estados Unidos, las imágenes de personas encueradas rechazando la guerra proliferaron.
Aunque las primeras manifestaciones críticas de este tipo son anteriores y muchas se efectuaron sin coordinación alguna de las Mujeres Insensatas, es el colectivo de Donna Sheehan el que impulsa de manera más constante esta forma de lucha. Según ella la idea nace "después de 72 frustrantes años viendo a mi país ir a la guerra" y de interrogarse "Ƒqué podía hacer yo para detener una más?" Su respuesta estuvo inspirada en las acciones que Helen Odeworitse y 600 mujeres de Nigeria habían puesto en práctica un año antes, para forzar a la empresa Chevron Texaco a atender las necesidades de sus familias y comunidades: desafiar con su desnudez la vergüenza nacional, en una vigilia de varios días frente al parlamento nigeriano.
Lo que en principio fue una iniciativa para advertir sobre el peligro en ciernes, muy pronto de convirtió en una forma de acción directa para impugnar la invasión a Irak. Cuando la guerra fue inminente, centenares de mujeres sin ropa formaron con sus cuerpos la palabra paz o su emblema en Nueva Zelanda, la Antártida, Canadá, España, Argentina, Gran Bretaña, Sudáfrica, Australia y decenas de ciudades en Estados Unidos.
No todas estas acciones fueron impulsadas o protagonizadas por Mujeres Insensatas. De hecho, una de los primeros desnudos colectivos formando el símbolo de la paz se efectuó en Vancouver, Canadá, el 14 de julio de 2002. Sin embargo, el grupo de Donna Sheehan fue uno de sus animadores centrales, como pueda verse en la página www.barewitness.org.
De acuerdo con una de las participantes en una acción de este tipo efectuada en Ontario, Canadá, el 15 de febrero, su objetivo era "yacer en la nieve y exponer nuestra vulnerabilidad y la de nuestros cuerpos, que son la fuente de la vida, para protestar en contra de la creencia de que la guerra resuelve problemas; en contra de que se bombardee a mujeres, hombres y niños inocentes".
El uso de la desnudez, el erotismo y la asociación entre cuerpo y vida como expresiones de rechazo a la guerra no es algo nuevo. Durante la década de los 60 una generación hizo del lema "Haz el amor, no la guerra" un programa de vida. La revolución sexual y el rechazo a la invasión estadunidense a Vietnam caminaron de la mano durante muchos años. Tampoco es novedosa la utilización de desnudos en la política institucional. La incorporación de la Cicciolina al Partido Verde y al Partido Radical en Italia y su elección como parlamentaria de 1987 son una muestra de un matrimonio exitoso entre ambos.
Lo notable de la nueva oleada de desnudismo militante contra la invasión estadunidense a Irak fue su extensión y teatralidad, su reivindicación de la vulnerabilidad como fuerza para resistir el poder, su eficacia para transmitir a la opinión pública sus ideas centrales, su capacidad para recuperar el discurso de la liberación del cuerpo secuestrado por la publicidad y la mercadotecnia, su carácter mayoritariamente femenino.
Sin que necesariamente tenga un vínculo directo con ellas, esta expresión de lucha se inscribe en las prácticas del nuevo activismo global generadas por coaliciones como el irreverente Act Up (Aids Coalition to Unleash) y el británico Reclaim the Streets, que son, con mucho, un antecedente básico de las protestas contra la globalización neoliberal iniciadas en Seattle en 1999. Prácticas que recuperan la ocupación del espacio público por la multitud, que reivindican el lenguaje ("silencio = muerte" era el mantra favorito de Act Up), que rechazan el activismo como reliquia del pasado y sostienen la necesidad la acción directa, que rebasan las barreras de los estados nacionales.
El desnudo como forma de protesta fue, junto con el despliegue de la multitud en plazas y calles, y las banderas con el arcoiris, una de las imágenes emblemáticas del movimiento global de rechazo a la guerra.
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