"Inspiración de todos los que anhelan la libertad"

Bush se refiere a la efeméride con una proclama de sólo dos párrafos

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Washington, 5 de mayo. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, conmemoró el 5 de mayo con una proclama oficial sobre la batalla de Puebla de 1862, a la que consideró fuente de inspiración actual para todos los que anhelan la libertad.

"Conforme recordamos la historia compartida y valores comunes de nuestros dos países, esperamos un futuro de continua amistad y prosperidad", señaló el presidente estadunidense.

Bush, quien se encontraba de viaje por Little Rock, Arkansas, cuando la proclama fue divulgada por la Casa Blanca, destacó la fecha como una "victoria extraordinaria" de cara a un "tremendo desafío", y destacó que ello ayudó a asegurar la libertad de México.

"Este ejemplo de valentía y sacrificios continúa inspirándonos conforme nos recuerda que la gente de todas las culturas, de todas las razas, de todos los estratos, anhela ser libre", dijo en un breve texto de dos párrafos de extensión.

Bush señaló que el 5 de mayo es una oportunidad para que Estados Unidos reconozca las contribuciones invaluables de los mexicano-americanos al país.

"Mediante su vibrante cultura y profundo compromiso con la fe, la familia y la comunidad, los mexicano-americanos han enriquecido nuestra sociedad y han contribuido a la diversidad que hace fuerte a nuestra nación", añadió.

En especial, el presidente estadunidense reconoció a los mexicano-americanos que sirven en las fuerzas armadas (más de 54 mil soldados estadunidenses son de origen mexicano, muchos de ellos nacidos en México).

Bush conmemoró de esta manera el 5 de mayo, luego que a diferencia de los dos primeros años de su presidencia había realizado actos artísticos en la Casa Blanca.

La Casa Blanca salió la semana pasada al paso de las versiones de que la suspensión de la conmemoración de este año estaba relacionada con la "decepción" externada por la administración Bush respecto de la postura de México en la ONU sobre el tema de Irak.

Funcionarios señalaron que la decisión de no realizar el acto en la Casa Blanca obedeció al recorte de apariciones del presidente con motivo de la guerra contra Irak y de ninguna manera por razones diplomáticas.