México D.F. Domingo 4 de mayo de 2003
La ciudad, semiparalizada; no hay luz, agua
ni gas y comienzan actos de rapiña
Veinte muertos y 300 desaparecidos por las inundaciones
en Santa Fe, Argentina
Se dificulta la entrega de víveres, pues las
vías de comunicación están dañadas
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 3 de mayo. En la ciudad de Santa
Fe, capital de la provincia del mismo nombre, ya son más de 20 los
muertos y hay unas 300 personas desaparecidas. El gobierno provincial tuvo
que derribar algunos puentes y tramos de carreteras para que el agua saliera,
después de cuatro días en que cubrió media ciudad
y varias hectáreas sembradas. Algunos no tuvieron tiempo de salir
de sus casas, cuando el pasado 29 de abril el agua comenzó a avanzar,
hasta llegar en algunos puntos a siete metros de altura.
"Es una catástrofe", dijo hoy el presidente Eduardo
Duhalde, al ratificar la decisión del gobierno de apoyar la reconstrucción
de Santa Fe, que más bien requiere una refundación. Ciento
50 mil evacuados, de los cuales más de 70 mil aún no pueden
regresar a sus hogares. Otros siguen vigilando en los techos, porque como
sucede en estas tragedias aún hay quienes quieren robar, a pesar
de que el hurto parece inútil al mirar esas calles enlodadas.
"Nosotros pensamos que era una inundación como
otras, aunque nunca había llegado hasta el hospital. Pero de repente
entró el agua y sólo logramos sacar a los pacientes, todos
discapacitados", relatan los médicos de un hospital de rehabilitación,
que era el orgullo de los santafecinos, uno de los mejor equipados del
país.
Empieza a escasear la comida
El
río Salado viene desde el norte y se desborda con cierta regularidad,
pero en esta ocasión aún no se tienen claras las causas que
provocaron la devastadora inundación. No hay clases. Hay escasez
de comida, a pesar de que la solidaridad nacional funcionó con rapidez
asombrosa.
El gobernador de Santa Fe, el ex corredor de automóviles
Carlos Reutemmann, comparó la tragedia con un terremoto y, más
aún, con la destrucción que dejaron los atentados que destruyeron
las Torres Gemelas en Estados Unidos. Aquí fue la naturaleza, pero
refundar una ciudad requerirá largo tiempo. "Ahora no sólo
nos quedamos sin casa. Nos quedamos sin la fábrica en la que todo
el barrio trabajaba. No quedó nada, ni una máquina sana.
Entonces, ya no será comenzar desde la nada en la casa. Es que habrá
miles de santafecinos que no tendrán trabajo y la desocupación
aquí ya era terrible (cerca de 20 por ciento)".
Después de dos días sin lluvia, sumergida
en el caos, sin luz, gas y agua potable en muchos barrios, la ciudad está
semiparalizada. Esa es la visión de la urbe semidestruida. Hay problemas
de abastecimiento, porque no hay muchas rutas para hacer llegar las toneladas
de ayuda que se recolectaron en Buenos Aires y en el resto del país
en cuestión de horas, en una campaña de donativos en la que
destacaron por su altruismo los desempleados y los pepenadores.
Versiones de que hay 150 mil damnificados; el gobierno
dice que son 100 mil
Las cifra de damnificados que maneja el gobierno es superior
a los 100 mil. Hay que poner en pie la ciudad devastada y eso llevará
mucho tiempo. Ahora, controlar las epidemias y el robo son tareas de emergencia.
El gobierno aplicó en estas horas la ley de seguridad nacional,
que da amplios poderes al gobernador Reutemmann. Unos 3 mil 500 efectivos
de gendarmería, prefectura, ejército y policía controlan
la situación. Están organizando la distribución de
alimento y ropa.
El ministro de Salud, Ginés González García,
reconoció que "cuando sigan bajando las aguas nos vamos a encontrar
con muchas sorpresas. Estoy convencido de que habrá más muertos".
En los 140 albergues, donde hay unas 70 mil personas,
la angustia se hace interminable. La ciudad mostraba hoy una alfombra de
barro y basura que los vecinos intentaban limpiar, llorando y acompañándose
en la tragedia, mientras otros buscan a sus familiares que aún no
aparecen.
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