Tiempo real y Los últimos zapatistas,
las galardonadas
Premian a dos cintas mexicanas en el Festival de Cine
Pobre, en Cuba
REUTERS
La Habana, 26 de abril. Tres premios conquistó
la cinematografía mexicana en el primer Festival Internacional de
Cine Pobre, que tuvo lugar esta semana en la ciudad de Gibara, extremo
oriental de Cuba.
En la ceremonia de clausura, la noche del viernes, el
jurado otorgó un premio especial por "mejor largometraje de ficción",
al filme Tiempo real, del mexicano Fabrizio Prada, con una historia
de 85 minutos filmada con una cámara digital en una sucesión
continua. Este logro le valió para ingresar en el libro de records
Guiness de este año.
El
argumento gira en torno a una banda de asaltantes que, vistiendo uniformes
de un cuerpo de seguridad privada, asaltan una tienda en México.
Los dos cabecillas, instigados por la mujer de uno de ellos, planean, cada
uno por su cuenta, quedarse con el botín, si logran sobrevivir.
La obra de Prada fue premiada, además, con una
mención especial de la Federación Internacional de Prensa
Cinematográfica (Fipresci), que destacó la habilidad para
construir "una historia compleja en acciones, locaciones y personajes,
con un sabio manejo del tiempo y una exacta planificación del uso
de la cámara".
Los últimos zapatistas, del mexicano Francisco
Boada, consiguió otro premio especial del jurado en el género
de documental.
Los principales premios fueron conquistados por filmes
de Brasil (Vaga-Lumen) y de Estados Unidos (Last ball, de
Peter Callahan), mientras que el gran premio de guión inédito
fue para Costa Rica (Prometeo deportado, de Fernando Mieles).
El jurado también premió con el trofeo Zavattini
al documental iraní Siyamo.
La primera edición de este festival fue concebida
por el cineasta cubano Humberto Solás, autor de las conocidas cintas
Un hombre de éxitos y Miel para Ochún, su más
reciente producción realizada en formato digital.
Solás es el realizador de Lucía,
de 1960, filmada en esta ciudad costera de la isla caribeña, de
ahí su elección como sede de este singular festival internacional.
"Hacer cine con menos de 200 mil dólares: eso es
hacer cine pobre, es propio de cineastas que quieren reivindicar su necesidad
de expresión con el mínimo de recursos tecnológicos.
No se trata de hacer Hollywoods patéticos", dijo Solás.
En el evento participaron más de 100 cintas de
23 países de América Latina, Estados Unidos, Europa, Asia
y Africa.
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