REPORTAJE/CREACION ARTISTICA
EN LA CAPITAL ZACATECANA
Escritores y promotores estatales ponen en entredicho
el optimismo oficial
Una "verdad a medias", el alto nivel de producción
cultural en Zacatecas
"Los cinco o seis pasados festivales culturales son muy
reiterativos en cuanto a artistas zacatecanos (...) Se da prioridad a los
creadores que presionan por medio de la prensa, con declaraciones o vínculos
políticos, y no a quienes destacan en cierta disciplina artística"
CARLOS PAUL ENVIADO
Zacatecas, Zac. Declarada por la UNESCO Patrimonio
Cultural de la Humanidad en 1993 por su rico acervo histórico colonial,
Zacatecas es considerada una ciudad con alto nivel de producción
cultural; sin embargo, para algunos creadores locales "eso sólo
es una apariencia, una verdad a medias", que se refleja en distintas problemáticas,
por ejemplo en que no existe aquí una sola imprenta especializada
en editar, de principio a fin, revistas y libros, lo que repercute en la
baja publicación de éstos y a la vez en el desarrollo creativo
de la entidad.
En Zacatecas "se publica muy poca poesía, y cuando
se hace, ésta en general es mala, no obstante la enorme tradición
que se tiene", reconoce el titular del departamento editorial del Instituto
Zacatecano de Cultura, Juan Antonio Caldera.
Eso quizá podría entenderse respecto a la
cantidad de poetas a quienes se considera consolidados, pues "no pasan
de cinco o seis", según el funcionario.
José
de Jesús Sampedro, Veremundo Carrillo, Juan José Macías,
Guadalupe Dávalos, Víctor Hugo Rascón Bécquer
y Jorge Salmón, entre otros, serían para Caldera los que
en la actualidad figuran como punto de referencia en el ámbito poético
zacatecano, en tanto que en el rubro de narrativa sólo dos escritores
destacan: Gonzalo Lisandro, con cuatro libros publicados, y Alejandro García,
quien el año pasado obtuvo el premio José Rubén Romero.
También estarían, como jóvenes escritores,
Maritza M. Buendía y Tryno Maldonado, narrador de 25 años
que se dio a conocer el año pasado con su primer libro de cuentos,
titulado Temas y variaciones.
Una de las dificultades para publicar a las que se enfrentan
los creadores zacatecanos es que en esta ciudad "no hay una sola imprenta
que haga un buen libro, que maneje buen papel, impresión, cosido.
Hay muchísimas imprentas, pero no saben hacer un libro", expresa
Caldera.
"Esto es muy preocupante, porque Zacatecas gozó
en algún tiempo de tradición editorial excepcional. Se tienen
buenos diseñadores y editores, pero ahora todos los escritores o
editores independientes mandan imprimir fuera de la ciudad, y los que son
publicados aquí lo hacen sólo por conducto del Instituto
Zacatecano de Cultura."
Aunque existen muchas revistas literarias, sólo
un par destaca: Dos filos, con 35 años de trayectoria, dirigida
por José de Jesús Sampedro, y Finisterre, con tres
años y 13 números, dirigida por Juan José Romero,
editor de 24 años.
Las otras publicaciones son consideradas "seudoliterarias",
pues "meten de todo, además de que nacen hoy y mañana desaparecen,
lo que permite ver que no hay continuidad ni interés".
En la entidad los escritores se dividen por grupos. "Que
el grupo de Sampedro, que el de Macías, que el de la revista Finisterre,
que el del taller de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ)
o el de su Unidad de Letras. Siempre se habla de grupismo y cada uno se
erige como el taller que sí funciona; no obstante, lo que es significativo
y preocupante -considera Caldera- es que en ninguno hay una propuesta estética
de fondo, ni resultados como la producción de un libro".
Otros referentes de la actual vida cultural lo conforman
los dos suplementos culturales que circulan en la ciudad: Corre conejo
y Trópico de Cáncer, y de próxima aparición
Asedios a Jericó, que será editado por la Unidad de
Letras de la UAZ.
Asimismo, el Festival Cultural Zacatecas, que desde hace
17 años se realiza en esta ciudad, es motivo de reflexión
para el poeta y escritor Víctor Hugo Rascón Bécquer,
quien considera que los jóvenes escritores "conforman un movimiento
interesante", pues por iniciativa propia "y con mucha buena voluntad" empezaron
publicando sus propios trabajos en hojas volantes. "Se ha visto que un
taxista aparece como benefactor de una hoja de poesía, una tortillería
como la que financia el papel y otras personas o pequeños comercios
la tinta o el trabajo de formación.
"Algunos ahora ya no sólo editan hojas sueltas,
sino cuadernillos. Y distintas disciplinas artísticas ya no están
divorciadas; los pocos grupos de teatro conjuntan sus esfuerzos con las
nuevas generaciones de músicos, bailarines y pintores para crear
un espectáculo multidisciplinario. Cada uno pone su talento en favor
del otro y ya no se es tan egoísta como antes."
Respecto al festival "habría que examinar con mayor
detenimiento los actuales esfuerzos de las instituciones oficiales, llámese
UAZ, Instituto de Cultura o municipio, porque el objetivo principal y original
no sólo tenía propósitos turísticos, sino de
promoción de los valores culturales de la ciudad, y sobre todo de
los escritores, músicos, escultores o pintores de los distintos
municipios.
"Se trataba de tener invitados especiales que reforzarán
con su imagen a esos valores locales, pero creo que la planeación
se les fue de las manos, al suponer que la derrama económica es
más importante que el apoyo que se puede ofrecer a los artistas
locales.
"Se tiene la fama de que la ciudad es culta, sin embargo,
la gente de la periferia aún no termina de incorporarse, eso es
lo grave, porque se está dejando en segundo término los barrios
que siempre fueron típicos en Zacatecas, y se pretende traer hacia
el centro, como bestias al aguaje, a la gente que se supone no tiene preparación.
Están obligando a la gente a que acuda a los espectáculos,
cuando se puede captar su atención yendo a esos lugares, además
de hacerlos participar. Creo que nos llevaríamos algunas sorpresas,
se descubriría que existen también otros creadores, que no
son sólo estudiantinas y rondallas."
Hace 25 años, para referirse a Zacatecas se hablaba
de dos, tres avenidas, la Plaza de Armas y se acabó. Ahora, la ciudad
se ha extendido a pasos agigantados, se ha unido, por ejemplo, con una
parte de la periferia que se conoce como Villa de Guadalupe.
"Cuando se realiza el festival cultural, los jóvenes
desbordan las calles; lo curioso es que en su mayoría no lo hacen
para cuestiones productivas, sino se vuelven simples espectadores de lo
que los forasteros vienen a hacer. Además, creo que no se ha hecho
una adecuada y amplia difusión de los espectáculos.
"En esos días los jóvenes tratan de llenar
los antros para incorporarse a las masas de turistas que visitan
la ciudad. Y los artistas locales parecería que son los teloneros
de los invitados, como una especie de relleno, cuando el propósito
era precisamente al revés."
Actividades en el festival
La versión 17 del Festival Cultural Zacatecas 2003
contó con más de 150 actividades culturales, 60 por ciento
de las cuales fueron propuestas locales. Tuvo un presupuesto de 6 millones
de pesos, aportados en partes iguales por los gobiernos estatal y federal
y la iniciativa privada.
Las estimaciones de la derrama económica para los
prestadores de servicios, como hoteleros y restauranteros, según
cifras del Consejo Estatal de Turismo, son de más de 40 millones
de pesos, con la inversión mencionada del sector privado de 2 millones.
"Los hoteleros y restauranteros deberían aportar
mucho más para el festival, pues son los que se llevan las mayores
utilidades", dice Bécquer.
Para la nueva generación de escritores, nacidos
en los años 70, como Juan José Romero y Tryno Maldonado,
director y subdirector de la revista Finisterre, respectivamente,
así como Gerardo Aguilar, "lo de ciudad cultural es sólo
una apariencia y habría que tomarlo con mucho cuidado".
Afirma Romero: "Existen dos realidades; una que se ha
tratado de vender al exterior, destacando que existen actividades culturales
importantes, de lo que se han encargado las instituciones. La otra, que
también conocemos, es que el tal despegue cultural no existe. Por
ejemplo, los cinco o seis pasados festivales culturales son muy reiterativos
en cuanto a artistas zacatecanos. Son los mismos desde hace años.
El detalle es que se da prioridad a los creadores que presionan por medio
de la prensa, con declaraciones o vínculos políticos, y no
a quienes destacan en cierta disciplina artística".
Aguilar señala: "El binomio turismo y cultura se
puso en práctica hace muchos años, lo cual no se trata de
cambiar, sino de integrar nuevas ideas, considerando que la diversidad
nos fortalecerá".
Expresa Maldonado: "Aquí se presume que existen
muchos museos; sin embargo, el de pintura abstracta Manuel Felguérez
siempre está solo. No se le ha enseñado a la gente a apreciar
ese arte".
Romero considera que "los nuevos pocos escritores que
están surgiendo no están saliendo de los talleres literarios,
pues al parecer es una dinámica que creo no funciona mucho".
A Finisterre se le ha cuestionado que no publique
a los escritores zacatecanos.
"La cuestión -según Romero- es que no hay
muchos. Existen sólo cuatro o cinco con calidad, lo que permite
ver el estado en que nos encontramos. Publicamos lo que consideramos tiene
calidad literaria, no para darle gusto a tal o cual artista. Podríamos
citar a más de 25 escritores que trabajan en talleres literarios
y han publicado en diversos suplementos, pero de ahí se rescatarían
cuatro o cinco. En Zacatecas todavía se batalla porque el quehacer
literario se profesionalice y no sea sólo una tertulia a la que
se asista sólo porque alguien trae un 'sentimiento muy hondo'.
Asevera Maldonado: "Creo que van a venir cosas buenas
para nuestra generación, porque tenemos un aleph moderno,
tenemos un acceso tremendo a la información; uno puede aprender
lo que quiera con sólo meterse en Internet, lo que constituye una
herramienta útil, no necesariamente indispensable".
Lo que hoy caracteriza a la cultura zacatecana "es su
enorme dinamismo", destaca por su parte David Eduardo Rivera Salinas, titular
del Instituto Zacatecano de Cultura, organizador del Festival Cultural
2003.
Para
el funcionario, en la entidad "existe un movimiento incesante y creativo
de las diversas disciplinas artísticas, entre las que sobresale
la pintura. En este momento existen más de 50 pintores en activo,
todos con reconocimientos, y de manera reciente hemos empezado a empujar
al teatro.
"Se tiene un desarrollo importante en el área de
música de cámara. Contamos con al menos 10 ensambles, entre
cuartetos y tercetos, de cuerdas o metales."
En literatura "al menos 20 escritores, entre poetas y
narradores, todos ellos destacados, han hecho de Zacatecas uno de los centros
editoriales de relevancia en el centro y el norte del país. Se cuenta
también con 600 bibliotecas públicas y 20 librerías.
"Actualmente, el instituto se encuentra a la cabeza en
el terreno editorial. Se han empujado diversos proyectos, tanto literarios
como históricos o fotográficos, desde coediciones con otras
instituciones educativas e inclusive con los poderes Judicial y Legislativo."
Reconoce Rivera Salinas: "es común que los editores
independientes u otras organizaciones tengan su domicilio en la ciudad
de México, donde existen todos los medios para imprimir. Hemos luchado
mucho por que Zacatecas cuente también con esos medios. Me parece
que las razones son estrictamente de orden financiero, por falta de estímulos
hacendarios, en ningún momento por incapacidad de los impresores".
Sin casa de la cultura
En la ciudad tampoco existe una casa de cultura. La razón,
explica el funcionario, "es que ese concepto ha sufrido diversas modificaciones
durante las pasadas décadas. Antes era una aspiración permanente
de una ciudad o estado. Sin embargo, ahora sus funciones han sido cubiertas
por otras instancias, como universidades, consejos o institutos de cultura,
como en nuestro caso, en el que realizamos en promedio 800 actividades
al año".
Por otro lado, explica, "no creo que el festival cultural
que se realiza cada año haya perdido su espíritu. Las premisas
que lo sustentan parten de hacer efectivo el derecho de los zacatecanos
a la cultura".
Respecto al financiamiento del festival cultural, manifiesta:
"hemos trabajado para que la iniciativa privada participe más en
los proyectos culturales. En esta versión 17 tuvimos una participación
más importante de ese sector; sin embargo, su participación
sigue siendo muy escasa. Y efectivamente, los mayores beneficiaros siguen
siendo los prestadores de servicios turísticos, que deberían
apoyar aún más al festival".
Para concluir, señala Rivera Salinas, "el festival
no define por sí mismo el desarrollo cultural de Zacatecas; es el
escenario más importante, sí, pero tenemos más de
600 actividades que lo complementan, y las oportunidades para los creadores,
mediante convocatorias y apoyos durante el año son muchas, siempre
y cuando nos presenten los proyectos, podemos intuir que existe un desarrollo
importante en alguna área, pero necesitamos ese acercamiento".
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