REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

De síndromes mediáticos agudos y de disputas IFE-duopolio

El sensacionalismo frente al SAR

Propuestas de reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión

UN EMPRESARIO CHINO tuvo la mala ocurrencia de estornudar el pasado viernes en un salón del hotel Los Aluxes en Mérida, Yucatán. En seguida, el personal del lugar lo aisló y, como los viejos duendes mayas que le dieron nombre al sitio, el hombre se volvió una amenaza peor que una bomba de racimo en Bagdad o que un kamikaze islámico. ƑPor qué esa reacción?, se preguntaron algunos conductores radiofónicos como José Cárdenas después de dar el reporte del avance del Síndrome Agudo Respiratorio (sar), el "asesino incontrolable", como lo ha llamado Televisa en sus noticiarios, o "la epidemia aterradora", como la califica Tv Azteca, a partir del miércoles 23 de abril, fecha en que todas las principales cadenas televisivas del mundo dieron como nota principal que el gobierno de China había aislado un hospital de Pekín y que el número de muertos en todo el mundo ha rebasado las 250 personas y afecta a casi 30 naciones, incluyendo a Canadá.

ƑDónde comienza la emergencia global e inicia la enfermedad mediática? La BBC y la televisión española recordaron el jueves 24 que más dañina que el SAR es la epidemia de la malaria en el Africa subsahariana, donde más de 3 mil niños mueren al día. Cada 30 segundos un infante fallece por esta enfermedad, que ha podido ser controlada en otros países; sin embargo, esto no despierta la alarma generalizada ni una conmoción mundial. La organización Médicos sin Fronteras destacó la necesidad de reactivar el medicamento ACT (artemisinina), que en los pasados 10 años comprobó su efectividad en el sudeste asiático. Una dosis de este medicamento cuesta 1.05 dólares. Por supuesto, las naciones pauperizadas de Africa no cuentan con los recursos para comprar estas dosis y los medios no han convertido a la malaria en una enfermedad tan espectacular como el SAR. ƑQué jugoso negocio se prepara entre la industria farmacéutica para crear esta paranoia colectiva y mundial frente a la epidemia provocada por un coronavirus?

Resulta por lo menos sospechoso que el SAR haya ocupado el sitio privilegiado de la información de todos los noticiarios globales en momentos que la crisis humanitaria se agudiza en Irak (se calcula que puede haber entre 5 mil y 25 mil muertos por la falta de agua y medicamentos provocada por la invasión), y que en noticiarios mexicanos se generen alarmas fuera de toda lógica, orientando la información no sólo a la prevención del síndrome, sino a la promoción de prejuicios contra los productos de origen asiático, particularmente los chinos, y reviviendo toda la colección de lugares comunes frente a enfermedades que pueden ser provocadas lo mismo por una cucaracha que por una tela de origen oriental.

El SAR tiene los ingredientes esenciales para convertirse en una auténtica epidemia mediática: a. se origina en países "exóticos" e inexpugnables (Hong Kong, China, Taiwán y Vietnam, a pesar de que este país ya logró controlar el brote) que, por si fuera poco, "invaden" a Occidente con sus mercancías baratas; b. aunque su tasa de mortalidad ronda entre 5 y 10 por ciento (mucho menor a otras epidemias), tiene el encanto de transmitirse por contagio humano y revive así todas las metáforas de la impureza física del "otro" y de la diseminación rápida y espectacular; c. el escándalo detonado a escala mundial ha generado rating en los telenoticiarios y en no pocos medios impresos, porque se inserta en el discurso de la paranoia del "terrorismo biológico" y obliga a desmovilizar a ciudadanos que al salir a la calle pueden encontrarse con un simple estornudo que les cueste la vida.

Muy probablemente tendremos una severa intoxicación mediática en los próximos días, que nos hará recordar que en esta era de la evasión televisiva global una enfermedad puede visibilizar los peores rostros del prejuicio y el sensacionalismo.

La tele mexicana va a las elecciones

Al filo de la madrugada del miércoles 23 de abril Amador Narcia presentó en el Canal 2 una emisión del programa Decisión 2003, en el formato de mesa de debates y con cinco candidatos a diputados (Víctor Atilano Gómez, del PAS; Beatriz Manrique, del PVEM; Malú Micher, del PRD; Francisco Cuauhtémoc Frías, del PRI, y José Angel Córdova, del PAN). Todos hablaron de sus proyectos generales para la próxima legislatura. Narcia estuvo acompañado del periodista Carlos Ramírez, que se enfrascó en un debate con la candidata del PRD y le puso sal y pimienta a una emisión que parecía simplemente cumplir con el expediente. El programa duró una hora y es el inicio, al parecer, de la propuesta de Televisa de cara a las elecciones federales de julio de 2003.

El mensaje velado de la empresa televisiva más poderosa del país estaba dirigido al Institituto Federal Electoral, con el que ha mantenido estos días una tensa negociación para rechazar que en sus mejores horarios (los nocturnos antes de las 23 horas) se transmitan los mensajes de los partidos políticos que, por ley, debe acatar. Para Televisa, el debate electoral será "a su manera" y no quiere que le impongan spots gratuitos en sus dos frecuencias de alcance nacional (Canal 2 y Canal 5). La posición de Tv Azteca no difiere en mucho, aunque la televisora del Ajusco aún no ha presentado ningún programa especial de debate electoral. El IFE les solicitó el horario de las 21 horas, de lunes a viernes, para la emisión de los partidos. Ante la negativa inicial, la consejera Jacqueline Peschard reiteró que si las dos grandes cadenas no acatan, pueden recibir una sanción de hasta 200 mil pesos por spot no transmitido.

Por supuesto, esta sanción es como quitarle un pelo a un gato, si tomamos en cuenta que, según informes del IFE, un anuncio de 20 segundos en el horario triple A de Canal 2 cuesta 338 mil pesos (casi la mitad del tope de 849 mil 248 pesos de gasto por candidato que ordenó el instituto) y de 100 mil pesos en el Canal 7 de Tv Azteca, también en horario estelar. Si la cobertura es sólo para la zona metropolitana, el Canal 2 cobra 202 mil 800 pesos por 10 segundos. Por supuesto, estos costos pueden reducirse si se negocian "en paquete", pero no dejan de ser más de 10 veces superiores a los costos en radio y más de 20 veces más caros que una plana en un periódico de circulación nacional.

El duopolio y las reformas legales

En el fondo, la batalla que ha librado la consejera Peschard frente a las dos grandes cadenas televisivas demuestra, una vez más, el rostro de la impunidad que gozan los concesionarios para decidir con las señales (que, originalmente, son un bien propiedad de la nación) lo que quieran sin rendirle cuentas a ninguna autoridad, y el error político que cometió el gobierno de Vicente Fox al ceder el 12.5 por ciento de los tiempos fiscales en el decretazo del 10 de octubre del 2002, a cambio de favores con el auténtico poder que cuenta para este gobierno: el del rating.

La segunda generación de reformas democráticas pasa no solamente por imponerle una fiscalización mayor a la partidocracia (como ha sucedido con la multa de mil millones al PRI, impensable hace unos años, o de más de 100 millones al PSN). La necesidad de consolidar un marco más democrático y plural pasa por el régimen de los medios electrónicos. Las batallas del IFE, a pesar de contar con elementos legales que validan su posición, pueden quedar en el vacío si en el Congreso no se dictamina y se votan las propuestas de reformas a la Ley Federal de Radio y Televisión y al régimen de concesiones prevalecientes. Por lo pronto, en las semanas recientes se han ventilado tres paquetes de reformas:

a. En el Senado, el legislador Javier Corral y casi 60 senadores más acogieron como suya la iniciativa de distintas organizaciones ciudadanas que plantean una reforma para crear un órgano autónomo que regule tiempos de Estado en la televisión y la radio concesionadas, contenidos en los medios electrónicos sin menoscabo a la libertad de expresión y a lo estipulado en el artículo tercero constitucional, un marco menos discrecional para el otorgamiento de concesiones, la regulación del derecho de réplica para los ciudadanos y el fortalecimiento de los medios públicos, entre otros temas que fueron borrados de la agenda por el decretazo.

b. Por otro lado, hace 10 días se turnaron a la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía de la Cámara de Diputados ocho iniciativas de reformas y adiciones a la Ley Federal de Radio y Televisión que proponen, entre otras cosas, el acceso de las comunidades indígenas a los medios; regular las concesiones y permisos, creando un comité de concesiones que sustituya a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, así como garantizar el "derecho de rectificación", similar al de réplica, así como nuevas atribuciones para un órgano regulador denominado Comisión Nacional de Radio y Televisión. El dictamen fue impulsado por las legisladoras Heidi Strosberg, del PAN, y Lorena Beauregard, del PRI.

c. En consonancia con estas reformas, los diputados María Teresa Gómez Mont y Uuc Kib Espadas presentaron el martes 22 de abril reformas a la Ley de Concesiones, para crear una Comisión Técnica de la Radiodifusión y una iniciativa de ley de garantías a las libertades de expresión e información, reglamentarias de los artículos 6 y 7 de la Constitución, para crear una Comisión Nacional de Comunicación Social, como organismo desconcentrado de la Secretaría de Gobernación. El objetivo es eliminar la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones y reformular los 30 minutos diarios de programación del Estado, entre otros tantos puntos que tenderían a la regulación y democratización de los medios electrónicos.

Los tiempos legislativos para aprobar estas reformas se han acortado. El problema es que, una vez más, el veto del duopolio y los acuerdos políticos con el gobierno federal pueden abortar este nuevo intento. El filón del negocio electoral en pantalla busca imponerse por encima de una auténtica racionalidad democrática.

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