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Los peronistas Carlos Menem y Néstor
Kirchner, favoritos según las encuestas
Advierte Duhalde que no permitirá manifestaciones
el día de las elecciones
Más de 80 mil policías y militares vigilarán
los comicios; habrá observadores de la OEA
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 25 de abril. El presidente argentino,
Eduardo Duhalde, advirtió que no se permitirán manifestaciones
el próximo domingo, ante el anuncio de protestas de uno de los movimientos
de desocupados, y dispuso la mayor operación de seguridad en la
historia institucional para cuidar las mesas de votación y el traslado
de las urnas, en la que participarán más de 80 mil efectivos.
A horas de los comicios presidenciales, después
de la severa crisis que llevó a la renuncia del gobierno de Fernando
de la Rúa (el 20 de diciembre del 2001), Duhalde se reunió
este viernes con los observadores de la Organización de Estados
Americanos que controlarán las elecciones del domingo, y después
exhortó a sus compatriotas a acudir a votar temprano y advirtió
que durante los comicios "no va a haber ningún piquete en ningún
lado".
El
mandatario recordó que asumió el compromiso de ser garante
de este proceso electoral. Duhalde, designado por el Congreso en medio
del caos y la crisis, asumió interinamente la presidencia el primero
de enero de 2002.
Con este paso, dijo, se "asegura el fortalecimiento de
las instituciones", y agradeció al pueblo argentino los esfuerzos
para llegar a lo que calificó como "una recuperación", al
recordar que aun dentro de los graves problemas "la rueda de la producción
está en marcha".
Cuando ya rige la veda proselitista, lo que predomina
es la incertidumbre, la confusión y el cabildeo entre miles de votantes,
mientras las recientes encuestas determinan nuevamente que habrá
ballotagge (segunda vuelta), que el ex presidente Carlos Menem y
el candidato oficial Néstor Kirchner, del Frente de la Lealtad y
el Frente de la Victoria, respectivamente, ambos del Partido Justicialista
pero enfrentados en sus proyectos, aparecen como los favoritos en este
caso.
Sin embargo, encerrados en los laberintos de la elección
más compleja que hayan cubierto desde 1983, los encuestadores no
descartan nada ante la irrupción del conservador Ricardo López
Murphy, de la Alianza Federal Recrear, lo que lleva a imaginar hasta un
triple empate.
Existen varios factores que se deben considerar: Menem
y López Murphy tienen los votos que se les adjudican al parecer
muy sólidos, ya que sus seguidores están muy decididos. Además,
el sufragio volátil, que definirá estos comicios y cuyas
cifras son muy altas, puede provocar sorpresas de último momento.
Con el correr de las horas ese voto se dirige hacia los
que enfrentan a los candidatos de la derecha, Menem y López Murphy,
quienes prometen esencialmente mano du-ra, sin contemplaciones.
Decisiva, la clase media
En un cuarto lugar pelean codo a codo, según los
sondeos, Adolfo Rodríguez Saá y Elisa Carrió, de Alternativa
para una República de Iguales (ARI), quien rechazó ayudas
empresariales para su campaña en un intento por dar un sesgo ético
a su gestión.
Carrió podría recibir muchos más
votos de los que señalan las encuestas. Los indecisos de última
hora hablan de Carrió, Kirchner e inclusive Rodríguez Saá;
ellos podrían recibir los votos de la clase media que definiría
quienes van a ir a la segunda vuelta.
De las nueve encuestas, siete ubican a Kirchner y a Menem
en el camino del ba-llotagge. Cinco encuestadores creen incluso
que hay una dura pelea por el segundo lugar, entre ambos y Ricardo López
Mur-phy, de meteórica carrera, instalado mediáticamente y
visto bien por algunos organismos internacionales.
Los encuestadores están ante serias dificultades,
ya que los márgenes de error confunden los datos, y la empresa Ceop,
una de las más importantes que sirve al Grupo Clarín, ha
recurrido al análisis ante el problema de quedar apresada en esta
corrida, que ya le ha costado a las empresas la crítica popular.
Las encuestas de opinión marcan una enorme fragmentación
del sufragio, la falta de consignas: en 1983 fue la democracia, en 1989
la lucha contra la hiperinflación y una "oferta" muy peligrosa:
el salvador, que fue Menem, quien decía que "no es necesaria ya
la democracia, yo la hago", como señala un análisis.
En 1995 fue el miedo a la caída, en 1999 la lucha
contra la corrupción, que llevó a la alianza Unión
Cívica Radical-Frepaso al poder, pero ahora no hay nada que ofrecer
y eso hace mucho más difícil el discurso.
Curiosamente, también se produce un enorme crecimiento
del voto positivo y una reducción de la intención del sufragio
en blanco o impugnado, ya que en los sondeos más recientes sólo
los sectores que han elegido el camino de la protesta condenan los comicios
como "una trampa" y se mantienen firmes en el rechazo; el resto decidió
votar.
El domingo serán sectores en su mayoría
urbanos los que definirán el resultado en los comicios más
fragmentados y disputados.
Otra experiencia nueva es lo que sucederá en el
Gran Buenos Aires, la provincia más grande y poblada del país,
que se la disputarán tres peronistas que no tienen el mismo proyecto,
precisamente, aunque se diga que estos comicios no definen la suerte del
Partido Justicialista.
La centroizquierda
Una buena parte del voto de centroizquierda, que no encontró
alternativa, también corren a apoyar a Kirchner y Carrió.
La diputada del ARI recibió en las últimas horas el apoyo
de numerosos colegas del Frente Grande.
Ella y Rodríguez Saá aún no son descartados
para llegar a la segunda vuelta, aunque pelean el cuarto o quinto lugar.
Muy lejos, fluctuando entre 2.4 y 6.6 por ciento, están lo que los
encuestadores profesionales denominan "los otros", aunque Leopoldo Moreau,
de la Unión Cívica Radical, podría lograr entre 3
y 4 por ciento.
En estos comicios nadie sabe los lemas por los que va
cada candidato, mientras en las encuestas figuran sólo los nombres
de los abanderados.
Los cierres de campaña, en cuanto al número
de asistentes, tampoco son creíbles, porque nunca como ahora fueron
armados especialmente por el menemismo y el oficialismo. Los que no están
en esos sectores han realizado un gran esfuerzo para cerrar el proceso
electoral con dignidad.
¿Nada ha cambiado?
Lo que está sucediendo es medido con ojos angustiados
por algunos sectores, y en las Asambleas de Barrios se discute cuáles
han sido los errores y el camino a elegir.
El malestar con los políticos no ha mermado y por
esa razón la situación actual lleva a muchos a recordar que
de aquel enorme resurgir de una sociedad soterrada, después de los
acontecimientos de diciembre de 2001, quedan organizaciones renovadoras
que no pudieron construir una alternativa, pero transformaron el hacer
de la política y esa es la única esperanza.
En una unión de piqueteros desocupados,
que incluye a varios movimientos divididos por las distintas expresiones
de una izquierda incapaz de armar un espacio unitario -sal-vo algunos sectores
que son la excepción-, surgió una corriente de opinión
que pudo armar, junto con Asambleas de Barrios, ahorristas y otros, un
escenario de rechazo a las dirigencias políticas del pasado.
Los escraches públicos contra los políticos
fueron una expresión muy importante, y hasta hace días algunos
de ellos los sufrieron, pero se desdibujaron con esta vuelta a la escena
política como si nada hubiera sucedido. Esta corriente expresaba
un enorme esfuerzo popular para instalar una necesaria renovación.
La frase "que se vayan todos" sigue en pie para muchos,
pero en todo caso se ha quedado en un punto sin salida. La renovación
no se produjo, todo siguió en sus términos con escándalos
en la justicia, que estableció la impunidad para la enorme corrupción
de una década, como lo había hecho con los responsables del
genocidio de la dictadura militar.
El Senado volvió a estar bajo los reflectores por
escándalos, y su piedra al cuello final fue esa escena lamentable
cuando algunos -entre ellos la senadora Cristina de Kirchner- intentaron
alejar de ese cuerpo legislativo al justicialista Luis Barrionuevo, cuyos
golpeadores lograron suspender los comicios en la provincia de Catamarca,
el pasado 2 de marzo. Ganaron los "malos".
Así, el que "se vayan todos", que no especificaba
ni discriminaba quiénes, terminó siendo una enorme esperanza
por ahora frustrada, pero queda. Muchos pensaron que era un salto al vacío
como estaba propuesto y volvieron al corral electoral.
Pero el voto parece abandonar la tendencia a la fuga que
mostró la pasada elección, la que antecedió al derrumbe.
El gobierno dispuso para este domingo el "Día E", por elecciones,
para actuar bajo el Comando General Electoral, que despliega ya la mayor
operación de vigilancia y custodia de los comicios en la historia
institucional.
Los candidatos que pueden llegar a la segunda vuelta serán
los aspirantes más probables para hablar de fraudes si les va mal.
Se temen incidentes como los de Catamarca, donde la quema de urnas y las
barricadas frente a los colegios impidió la votación.
Más de 80 mil efectivos militares y policiales
estarán vigilando la jornada electoral de este domingo.
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