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El procurador general John Ashcroft amplía
el poder gubernamental sobre los migrantes
Por "seguridad", EU detendría a indocumentados
tiempo indefinido
Activistas impugnan al régimen de George W. Bush
por minar los derechos civiles y humanos
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 25 de abril. El procurador
general, John Ashcroft, amplió de manera significativa el poder
del gobierno federal al ordenar que todos los inmigrantes indocumentados,
aun los no vinculados con el "terrorismo", podrán ser detenidos
de forma indefinida por razones de "seguridad nacional".
De inmediato, defensores de inmigrantes y grupos de derechos
civiles impugnaron esta nueva norma, pero señalaron que es consistente
con las recientes medidas adoptadas por el presidente George W. Bush para
minar las leyes de protección de las garantías de los habitantes
de este país.
La declaración legal del procurador general esta
semana fue emitida específicamente para desechar un fallo de un
tribunal de inmigración que había permitido la liberación
de un haitiano indocumentado que ingresó por Florida. Ashcroft ordenó
que los tribunales de inmigración deben tomar en cuenta argumentos
legales de que la liberación del haitiano podría poner en
riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos.
Pero
un vocero del Departamento de Justicia informó a La Jornada
hoy que el caso tiene implicaciones legales más generales, ya que
establece el precedente de que los tribunales deberán considerar
las premisas de seguridad nacional al determinar la detención o
no de todo indocumentado que haya ingresado en Estados Unidos desde cualquier
país, incluido México.
"A la luz de los atentados terroristas del 11 de septiembre
de 2001, hay una mayor necesidad de prevenir el ingreso de extranjeros
indocumentados", declaró Ashcroft en su orden legal difundida hoy.
"Las preocupaciones de seguridad nacional claramente constituyen un fundamento
razonable", en torno a su decisión sobre el caso del haitiano, agregó.
Pero el resultado de esa orden es que, en contraste con
la práctica anterior, el gobierno ahora puede declarar que una amplia
categoría de indocumentados representa un riesgo a la seguridad
nacional, sin tomar en cuenta los méritos de los casos individuales,
y declarar que pueden ser detenidos sin posibilidad de libertad bajo fianza
mientras esperan sus audiencias en los tribunales.
En el pasado, la mayoría de indocumentados eran
liberados bajo fianza, a menos que se les considerara peligrosos.
No obstante, Ashcroft, en su decisión escrita,
argumenta que este reglamento no viola los derechos individuales de los
indocumentados, ya que al final se les ofrecerá la oportunidad de
presentarse ante un tribunal de inmigración.
Sin embargo no todos están de acuerdo. "Esto es
particularmente preocupante para las comunidades recién llegadas,
dado el asalto que ha realizado el Departamento de Justicia contra ellos,
utilizando los términos de seguridad nacional", indicó Angela
Kelly, subdirectora del Foro Nacional de Inmigración.
En entrevista con La Jornada, Kelly expresó
que esta orden es parte de un patrón más amplio de acciones
del Departamento de Justicia, que también incluyen esfuerzos para
incrementar la participación de la policía en la detención
de indocumentados.
La decisión también fue impugnada por una
vocera del Consejo de Liderazgo de Derechos Civiles, que esta semana emitió
un informe criticando el empeño del gobierno de Bush en minar leyes
diseñadas para proteger esos derechos en Estados Unidos.
"Para los defensores de los derechos civiles, estos son
tiempos peligrosos", declaró el consejo, coalición de las
organizaciones estadunidenses más respetadas y veteranas de derechos
civiles y humanos.
El informe documenta decisiones del gobierno de Bush que
minan esfuerzos para reformar departamentos de policía brutales
en las grandes urbes, revocar regulaciones federales de protección
de trabajadores y socavar leyes antidiscriminatorias.
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