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Gustavo Leal F.
La misma gata, pero revolcada
Aunque parecía imposible, pasando por encima del franco disenso oportunamente comunicado por un amplio coro de voces y contradiciendo las recomendaciones que prescribe la democracia deliberativa para el aprendizaje recíproco entre los ciudadanos y sus representantes, finalmente el pleno del Senado de la República aprobó (con siete votos en contra) el dictamen sobre la iniciativa de reforma a la Ley General de Salud en Materia de Protección Social, que legaliza el malhadado Seguro Popular del foxismo.
ƑCómo "enriquecieron" los representantes "populares" la tecnocrática iniciativa Fox-Frenk, que remitiera el Ejecutivo el 12 de noviembre? La "calidad" de su "labor" se resume en una sola frase: es la misma gata, pero revolcada.
La "ruta crítica" emprendida por la Comisión de Salud y Seguridad Social durante cinco fatigosos meses terminó asumiendo íntegramente la iniciativa original, pero aderezándola con una mezcla de otras palabras. Los senadores han parido un auténtico engendro y sus "modificaciones", šqué duda cabe!, son paradigmáticas. Como dijo Cantinflas, será cuestión de disculparles su "falta de ignorancia".
Por ejemplo, para evitar reconocer que hay que pagar por el Seguro Popular, en el artículo 35 los legisladores precisan que son servicios públicos aquellos que se prestan a los residentes del país regidos por criterios de "universalidad y de gratuidad en el momento de usar los servicios". Aunque de inmediato agregan: servicios "fundados en las condiciones socioeconómicas de los usuarios". ƑEn qué quedamos?: si son "gratuitos", Ƒpara qué aludir, entonces, a las "condiciones socioeconómicas de los usuarios"?
Valiéndose del mismo recurso pero, ahora, para disimular que el Seguro Popular se reduce a un paquete básico esencial "plus", preventivista y dotado de baja capacidad resolutiva médico-clínica, los legisladores "enmiendan" el artículo 77 bis 1 y consignan que el Estado garantizará acceso efectivo, oportuno, de calidad, "sin desembolso al momento de la utilización", mediante una combinación de "intervenciones seleccionadas en forma prioritaria". ƑQué quiere decir "intervenciones seleccionadas en forma prioritaria"? Aún más, cabe preguntar: Ƒhabrá "desembolso" después de la "utilización"?
Como si no fuera suficiente, la naturaleza hipercentralista de la iniciativa Fox-Frenk, que opera en absoluto desmedro de los estados, es refrendada por el Senado cuando el artículo 77 bis 5 avala enteramente que corresponda al Ejecutivo federal, por conducto de la Secretaría de Salud: desarrollar, coordinar, supervisar y establecer las bases para la regulación de los regímenes estatales de protección social en salud, "tomando en consideración la opinión de la entidades federativas y el Distrito Federal". ƑSólo la "opinión"? ƑY las decisiones? ƑY las promesas del "nuevo" federalismo?
Pero para apreciar la "profundidad" del "trabajo" legislativo sobre la iniciativa Fox-Frenk, tomemos el ejemplo del cuestionado Acuerdo Nacional para el Campo. En su capítulo dedicado al desarrollo social del sector rural puede leerse: "El Ejecutivo federal realizará una evaluación de la etapa piloto del Seguro Popular de Salud que permita el acceso a los servicios de salud, bajo el principio de paridad. Estas propuestas incorporarán la aportación del gobierno federal, los gobiernos locales, así como de los propios beneficiarios".
Es decir: hasta la depauperada sociedad rural tendrá que pagar por su salud vía un Seguro Popular "en evaluación". O es que, acaso, Ƒdisponen los campesinos de otra alternativa?
Según el acuerdo, los productores pueden recurrir a los costosos "convenios de incorporación voluntaria que celebren con el IMSS". Este, dice el acuerdo, promoverá "programas de incorporación para la población en pobreza extrema". Vale decir: los Paquetes Básicos Esenciales (IMSS-Progresa-Oportunidades) que Santiago Levy introdujo para la población asegurada del IMSS y que desde Ernesto Zedillo son šgratuitos! para la población abierta a cargo de la Secretaría de Salud. šBonita ayuda del IMSS que, ahora y como el Seguro Popular, los trabajadores agrícolas deberán pagar!
Después de 29 meses de "cambio", no sólo presenciamos un Ejecutivo a la deriva: también asistimos al lamentable espectáculo que brindan unos legisladores que aprueban iniciativas sólo combinando otras palabras y que no parecen haber arribado aún al México de la alternancia. Mientras tanto, su peligroso juego de palabras se traducirá en una triste realidad para la mayoría nacional que recurre al sector salud: hoy por hoy, deberán pagar más por los mismos, o peores servicios, que Vicente Fox Quesada heredó del tardopriísmo.
Confiemos en que la Cámara de Diputados, que ahora tiene la palabra, ponga en su debido lugar las palabras que contiene ese incoherente engendro legislativo -de antemano condenado, por su diseño, al fracaso operativo- y que le remitió el Senado bajo el nombre de Seguro Popular. šPuede y debe rechazarlo! Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco
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