Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 23 de abril de 2003
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Espectáculos

Al público le interesa la verdad y a nosotros nos da credibilidad: Letizia Muhana

Apuesta GNT de Brasil por una tv inteligente que exhiba documentales

Buscamos la identidad nacional con un producto que perdura, expresa la directora del canal por cable El reality show nunca llegará a nada, concluyen en foro celebrado en Río

FABRIZIO LEON DIEZESPECIAL PARA LA JORNADA

Rio de Janeiro, Brasil, 22 de abril. Apostar por una televisión inteligente, que transmita documentales, fortalezca la identidad a la vez que eduque e informe al público, es una de las premisas de los directivos de GNT, canal por cable de Brasil que dedica su programación a la difusión de documentales, series históricas y programas educativos o de entretenimiento inteligente, perteneciente al emporio de los medios O Globo. Esa fue una de las conclusiones del segundo Foro Internacional de Documentalismo (Brasil Documenta), que se realizó en Río de Janeiro el año pasado, el cual se ha convertido en el centro de discusión más importante que sobre el género documental se realiza en América Latina, dado que en esa producción ha ocupado, desde hace cinco años, un lugar predominante en la industria cinematográfica, con una respuesta más que favorable del público que acude a las salas donde se exhiben estos trabajos durante por lo menos tres semanas, por la alta calidad de dichas cintas.

Los ejemplos más recientes son los trabajos de Eduardo Coutinho, el cineasta más importante del género en Brasil, y de José Padilha, tal vez uno de los directores jóvenes más talentosos, llamados Edificio Master y Omnibus 174, respectivamente.

"No es una contradicción el apoyo a la televisión inteligente sólo por el hecho de pensar que en ella únicamente se debe producir entretenimiento", dice Letizia Muhana, directora de GNT. "Nuestra intención es insertarnos en el proyecto globalizador que existe, para dar el punto de vista del continente, presentar nuestra versión y venderla en el mercado audiovisual como una defensa de nuestra identidad. Queremos hacer un bloque americano que muestre la verdad de lo que nos sucede por medio del documental de alta calidad. Estamos demostrando que el documental ya no es como antes, es decir, trabajos pesados, chatos y marginales", asegura la productora.

La experiencia brasileña comprueba las tesis que nos explica Letizia Muhana y los resultados de Brasil Documenta. Por un lado, el establecimiento de una serie de leyes de incentivo cultural, en las cuales se invita a las empresas a invertir en producciones audiovisuales que les permiten abatir impuestos de manera práctica y expedita, y, por el otro, hacer buenos productos culturales, con una atinada política de exhibición y comercialización mediante intercambios publicitarios que llamen la atención a la audiencia, lo cual "nos ha funcionado muy bien, porque al público le interesa que le digan la verdad y a nosotros nos da credibilidad, mientras a las empresas que apoyan el documental les otorga prestigio. Y tal vez lo más importante, repito, es que en esta gama, apostamos por la identidad nacional, con lo cual todos ganamos", concluye Muhana, no sin antes mostrar su interés porque la producción mexicana sea exhibida y comercializada en Brasil.

El espectáculo de la realidad, ética y periodismo

No ver el documental como un espectáculo sino como una "forma fundamental de educación masiva", fue la tesis de una de las mesas del foro, que con el nombre de La ética en el documental periodístico, dio pie a una de las discusiones más importantes. Al igual que el debate sobre el reality show y el documental, donde se analizó cómo las nuevas producciones en boga en la televisión abierta se han apoderado de las técnicas documentales del cine para llamar la atención, mediante el discurso de reproducir la realidad. "Nada más alejado de la realidad que los reality shows", concluyeron.

La discusión sobre lo que es cierto o falso, porque retrata o reproduce la realidad, los tipos de lenguaje cinematográfico, la transmisión por televisión y el impacto en el público, fue el preámbulo para discutir en dos mesas fundamentales para este encuentro: Reality show y documentalismo y La ética en el documental periodístico.

Hay quien cree que el reality show, en boga desde hace años en prácticamente todas las televisoras del mundo, es la realidad, cuando lo que verdaderamente ahí pasa es mera representación. No son documentales, pero se apropian de su lenguaje para captar la atención de la audiencia, subir el rating y ganar dinero. El documental, por el contrario, es una obra cinematográfica.

El productor Gary Skurka (Enterprise films, de Estados Unidos), señaló: "Para decir la verdad y captar audiencia se buscan las formas más escatológicas y con implicaciones sexuales. ƑHasta dónde puede ir un realizador para llamar la atención? ƑCuáles son sus límites? Yo hice, confieso, todo eso y tuve un enorme complejo de culpa, pues hemos hecho un espectáculo de la información. Dejé de hacerlo por respeto a mi persona y a la gente. Lo que debe sustituir al reality show es el documental periodístico, que implica más producción y por tanto debe tener incentivos fiscales importantes por parte del gobierno".

Alex Holmes (de la BBC de Londres), afirmó: "Los reality shows son la comprobación de que la gente pide ver cosas reales, pero éstos se hacen con un método invasor, que crea problemas emocionales a los participantes y al público que los ve. Sería importante revisar el marco jurídico en cada país, para regularlos. El reality show se apoderó de la demanda de la gente por ver cosas existentes y fue trucado.

Silvia Sayao (periodista de O Globo de Brasil), expresó: "A la gente le gusta ver imágenes cercanas, y de ahí la existencia de este tipo de programas, pero tienen la particularidad de que carecen de una historia qué contar, a diferencia del documental. Hay que promover en la televisión la transmisión del documental y discutir internamente qué es de interés público, no sólo para el público. Todos pueden hacer un documental, pero no todos pueden transmitirlo. La televisión es un negocio y el documental es un arte, y eso, curiosamente, se sintetiza cada vez más, la prueba de ello es que existen más canales especializados, lo cual hay que festejar y darse cuenta que esto forma parte de una nueva tendencia. El documentalismo no puede tener una ética diferente al común de los valores de la gente".

Se concluyó, entre otras ideas, que el reality show es un producto, mientras el documental es un acto de la imaginación sobre la singularidad de los hechos o los personajes. Al mismo tiempo, el documental es un producto que perdura, fuera de modas, mientras que el reality show nunca llegará a nada.

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