La información que proporcionan escuelas no responde a sus "verdaderas necesidades"

Sólo 57% de los jóvenes mexicanos utiliza condón, según el Imesex

Realiza estudio sobre conocimientos y actitudes ante el empleo del preservativo

CAROLINA GOMEZ MENA

Pese a que en México existen programas para adolescentes y abundante publicidad en medios de comunicación respecto al uso del condón, sin descontar que los usuarios admiten saber mucho acerca de su empleo, toda esa información no se traduce en hechos. Diversos sondeos revelan que sólo alrededor de 57 por ciento de los jóvenes utiliza condón, pero generalmente ello únicamente ocurre en las primeras relaciones sexuales o bien cuando cambian de pareja, es decir, no es una práctica continua.

Según datos del Instituto Mexicano de Sexología (Imesex), de los jóvenes de entre 16 y 19 años, 43 por ciento no utiliza preservativo en su primera relación sexual, situación que se agudiza en los estados con mayor rezago socioeconómico. Por ejemplo, un sondeo realizado por el Imesex entre 6 mil adolescentes chiapanecos arrojó que sólo 45 por ciento de los varones empleó el preservativo en su primera relación sexual, mientras 84 por ciento de las mujeres en la misma condición no lo usaron. Al preguntárseles si siempre utilizaban el condón en sus encuentros sexuales, apenas 60 por ciento de ellos respondió que sí y 83 por ciento de las mujeres dijeron que no.

Pese a que los adolescentes conocen el impacto que tiene el preservativo en la disminución del contagio de enfermedades sexualmente transmisibles, en evitar los embarazos no deseados, finalmente lo que pesa es la disponibilidad del artículo, los mitos y los sentimientos, señaló Juan Luis Alvarez-Gayou, director del Imesex.

En un estudio de campo realizado entre jóvenes capitalinos de entre 12 y 18 años, el Imesex constató que entre los argumentos que ellos dan para no utilizar el condón están que "no es necesario cuando la pareja es estable" y, por el contrario, cuando es una pareja nueva y "no le tiene confianza", ese es motivo para recurrir al preservativo.

Para ellas, cuando "llevan mucho tiempo" como pareja consideran que el condón sale sobrando. En esta negativa el argumento amoroso tienen influencia, pues las adolescentes piensan que "no es necesario usarlo cuando están enamoradas", pero también se arriesgan a no emplearlo cuando el "novio las convence, cuando están prendidas y cuando el amante no lo propone". De igual forma no suelen usarlo porque "está mal visto cargarlo en la bolsa".

El preservativo es utilizado cuando "es la primera vez con alguien, cuando lo tienen a la mano, cuando quieren prevenir un embarazo y ellos en especial tienen una relación extrapareja", señaló en entrevista la sicóloga Paulina Millán, investigadora asociada del Imesex.

En su estudio Conocimientos y actitudes ante el uso del condón, Millán constató que la información que se les da a los jóvenes en las escuelas "no está ligada ni responde a sus verdaderas necesidades", así como que "muchos de los mitos que tienen los adolescentes vienen de sus maestros".

También subrayó el hecho de que la educación sexual "está basada en el miedo", pues en lo que se enfoca es en las consecuencias negativas que implica tener relaciones sexuales.

En el país se calcula que ocurren anualmente unas 90 millones de relaciones sexuales y se estima que poco más de 30 por ciento se da en adolescentes de entre 14 y 16 años. Sin embargo, sondeos apuntan a que apenas 50 por ciento de los jóvenes han utilizado alguna vez el condón. Ello es un motivo de alarma, ya que se considera que 70 por ciento de los contagios de sida ocurren entre los 15 y los 24 años.

Según Alvarez-Gayou, la baja utilización del condón confirma que "no basta dar información, hay que educar en actitudes y desde la infancia. Hay mucha información, pero no hay educación en responsabilidad".

Mujeres y guerra

Por otra parte la agencia informativa de Comunicación e Información de la Mujer (Cimac) dio a conocer que el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) advirtió que las nuevas prácticas bélicas han convertido a las mujeres en "armas de guerra", por lo cual expertos recomendaron a la ONU "crear los fondos y programas necesarios para detener el alarmante número de muertes femeninas a causa del sida en las guerras, realizar campañas de prevención antes y después de los conflictos, someter a las tropas de paz a la prueba de detección en forma confidencial por sus propios gobiernos y crear códigos de conducta que impidan a las fuerzas de paz abusar o explotar sexualmente a las mujeres", entre otros.

El Unifem asegura que en los conflictos bélicos la forma generalizada de propagación del sida es el sexo. Según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, las mujeres son sometidas a prácticas discriminatorias en situaciones de conflicto. "Millones de mujeres sufren en silencio las secuelas dejadas por los abusos cometidos durante las guerras, que para ellas no terminan con el cese al fuego".

De acuerdo con el libro Mujeres, guerra y paz, editado por el Unifem, basado en investigaciones en 14 zonas de guerra en el mundo, a pesar de que no existe un cifra exacta de mujeres infectadas por el virus de inmunodeficiencia humana a causa de los conflictos bélicos, hay evidencias claras del uso de "esa enfermedad como arma para llevar a cabo genocidios. En 1994, en Ruanda los líderes militares exhortaban a sus soldados a violar a las mujeres para desaparecer a su enemigo por medio del VIH".