Homenaje en Bellas Artes a la poeta y docente
con motivo de su cumpleaños 80
El abismo generacional se borra sólo con estar
entre jóvenes: Dolores Castro
Forjó a varias generaciones de periodistas en
las aulas de la escuela Carlos Septién
''Mi gratitud para los que me recuerdan por mis clases
o los talleres que impartí'', dijo
CESAR GÜEMES
Maestra de todas las batallas, forjadora de las más
recientes 10 generaciones en la Escuela de Periodismo Carlos Septién
García, egresada de la Escuela de Mascarones y compañera
entonces de Rubén Bonifaz Nuño, Rosario Castellanos y Jaime
Sabines, la poeta Dolores Castro recibió la noche de ayer en la
sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes un homenaje por su cumpleaños
80.
Al
respecto, Dolores dijo en entrevista para La Jornada: ''No diría
que me siento satisfecha pese a que el reconocimiento sea a las clases
que he dado y a mis libros, porque a lo largo de este tiempo conocí
a gente que tenía muchos más méritos que yo, por ejemplo
Efrén Hernández, que fue mi maestro, cuentista maravilloso".
-Sin embargo, hay varias generaciones que la reconocen
y la aplauden, ya sea en público o en privado.
-Creo, primero, que sí me recuerda alguien. Me
produce enorme sorpresa. Siento mucha gratitud para quienes se acuerden
de que existo a pesar de que ya esté en los 80 años. La gratitud
es para las personas que a lo largo de tanto tiempo han conservado amistad
o recuerdo de mí, ya sea mediante las clases que he dado o los talleres
que impartí. Ahora me encuentro con personas que no había
visto en por lo menos un par de décadas.
Alegrías por el magisterio
-Ha sido profesora en la Escuela de Periodismo Carlos
Septién García y en la Escuela de Escritores de la Sogem.
¿Qué ha recibido a cambio de lo dado?
-Cuando uno tiene que enseñar algo lo aprende mejor
que cuando el conocimiento sólo es para uno. En primer lugar se
ha ampliado mi horizonte en diversos aspectos. Además, me ha dado
la capacidad de expresarme oralmente, que es una cualidad necesaria. En
poesía, sobre todo, pretendo escribir como se habla. Y por otra
parte me ha dado la posibilidad de entender a los jóvenes, pese
a que parecen incomprensibles. El abismo generacional se borra cuando uno
está entre los jóvenes. A veces una generación nueva
me ha dado también la posibilidad de vivir aquí y ahora,
porque de otra manera, con los años, la gente va viviendo hacia
atrás y no puede observar el momento mismo en el que está
viviendo. El caso es que el magisterio me ha dado enormes alegrías,
sobre todo con las personas de los medios, que ahora son personajes famosos
y que en su momento fueron mis alumnos.
-¿Cómo le ha hecho para ser docente de tiempo
completo y poeta?
-Ocurre que en la cátedra no paso tantas horas.
Hubo un tiempo de mi vida que sí tenía que dedicarme 16 horas
al trabajo, pero ahora que estoy medianamente retirada, escribo desde la
mañana, desde que despierto. Por cierto, tengo una computadora que
me ha servido mucho, inclusive para escribir poesía. Creo que todo
eso me ayuda a seguir escribiendo.