APRENDER A MORIR
Hernán González G.
Víctor Ortiz, tanatólogo
"ƑCOMO HABLAR del buen morir sin antes hablar necesariamente del buen vivir? ƑCómo acercarse a alguien en su lecho de muerte por medio de palabras y consuelos dichos, lo más probable, por uno para uno mismo? ƑQué sabemos realmente del estado y necesidades de quien está en el trance de la partida? ƑQué podemos hacer, si es que hay algo que hacer, por el otro? ƑNo se reducirá todo a nuestra necesidad de ser 'buenos', de acompañarnos, de demostrar nuestra solidaridad para así hacernos merecedores del título de 'humanos'?
"PARECIERA IMPOSIBLE saber qué necesita el otro, sobre todo en un momento como la muerte. Pareciera también que la gran confrontación que aquella nos provoca es disfrazada de 'apoyo' hacia el otro, como no queriendo sentir plenamente que algún día todos y cada uno llegaremos al mismo momento."
HABLA VICTOR Ortiz Aguirre, prestigiado tanatólogo mexicano, sicólogo, docente, investigador, conferencista y actual coordinador del área académica de sicología de la Universidad Autónoma de Hidalgo -con un currículum que se llevaría mínimo dos columnas-, sorprendido y entusiasmado de que por fin en México se empiece a dar espacio al tema de la muerte y el morir.
"EL SIDA NOS ha venido a recordar que somos mortales -añade Víctor-, que por más tecnología y botones que hagan desaparecer palabras o números de una pantalla o ciudades de la faz de la tierra, somos perecederos, falibles, ridículamente pretenciosos de un poder que hemos inventado, pero que en realidad no existe. Nos movemos exclusivamente dentro de un mundo construido socialmente y ya no alcanzamos a ver más allá de lo que nos es señalado como visible.
"NO SOMOS MAYOR cosa que otra manifestación de la existencia, acaso la de mayor conciencia en esta Tierra, pero no más. Esto no sólo es una maravilla, sino la evidencia de que no estamos escindidos del entorno. Por más que nuestros actuales modelos de vida nos inviten hasta el cansancio a enfrentar el mundo desde una posición egoísta donde privan los intereses personales sobre cualquier otra preocupación (el ambiente, la solidaridad, la evolución, la paz, etcétera), jamás podremos estar separados de lo que nos rodea, pues somos una y la misma cosa.
"EL SIDA HA venido a llamar nuestra atención sobre todas las represas que hemos colocado a lo largo de la historia para su libre fluir. El sida, en un sentido, contiene todo aquello que no hemos querido reconocer ancestralmente y que ahora nos vemos obligados a enfrentar como especie: la sexualidad, y más allá el profundo misterio de la aparente dualidad entre vida y muerte". (continuará)
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