Bush atacará Venezuela y Colombia: manifestantes
Con marchas contra EU, recuerdan en Argentina la guerra
de las Malvinas
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 2 de abril. Miles de piqueteros
(desocupados) y vecinos participaron en actos para recordar la guerra de
las Malvinas, y en rechazo a la invasión de Estados Unidos contra
Irak. Los manifestantes llegaron a Plaza de Mayo con banderas de Argentina,
Irak y Palestina y con gritos de "Bush, fascista, vos sos el terrorista".
Banderas de Estados Unidos y Gran Bretaña fueron
quemadas en el acto y los líderes piqueteros de distintos
movimientos advirtieron que la "masacre de Irak debe detenerse ya. Esta
guerra no sólo va contra ese país: después seguirán
Irán y Siria y otros, Venezuela y Colombia, y llegarán a
todos si no los frenamos en las calles del mundo desde ahora".
Encabezando un acto en conmemoración del 21 aniversario
del desembarco argentino en las islas Malvinas -el 2 de abril de 1982-
el presidente argentino Eduardo Duhalde habló nuevamente de "la
guerra injusta" que padece el mundo en este momento "y que repudian los
argentinos", en referencia a la invasión estadunidense a Irak. Sostuvo
asimismo que las islas Malvinas "han sido, son y serán argentinas
para siempre".
El
acto mayor se realizó en Puerto Madryn, Chubut, donde Duhalde inauguró
un monumento para recordar la fecha y 24 placas que llevan inscritos los
nombres de los soldados muertos en combate. Hubo manifestaciones en todo
el país, porque en estos momentos esa fecha histórica también
permite expresar el rechazo argentino a la invasión contra Irak.
Muchas mujeres lloraron en algunas marchas por los muertos en Malvinas
y "por el pueblo de Irak".
También hubo actos en todas las capitales del interior
del país, donde participaron veteranos y familias de las víctimas
de la guerra de Malvinas.
La ocupación de las islas se produjo bajo la dictadura
militar argentina, pero como señalan los familiares de los muertos
en el enfrentamiento con Gran Bretaña, "la causa siempre ha sido
justa y los que murieron no eran parte de la dictadura, sino lucharon contra
los que detentan un poder colonial en las islas argentinas".
Durante el homenaje oficial de las fuerzas armadas, realizado
en la mañana aquí, el jefe del ejército, Ricardo Brinzoni,
dijo que existe un compromiso de "seguir bregando diplomáticamente
para recuperar las islas". Muchos veteranos se retiraron cuando llegaron
los jefes militares, porque demandan un reconocimiento de la institución
sobre el comportamiento "miserable" de muchos de los jefes en aquellos
combates.
En Entre Ríos, en tanto, se investiga el incendio
de la casa del intendente Angel Tramontín, donde perdió la
vida su hijo. Los pobladores consideran el atentado como una venganza por
las declaraciones realizadas por este funcionario sobre la presencia constante
de tropas estadunidenses en la zona de Holt Ibicuy, delta del Paraná.
Ya en 2001 Tramontín había mencionado esto a La Jornada.
El 26 de agosto de 2001 se informó en este medio sobre las distintas
maniobras militares de Estados Unidos en Argentina que se registraban en
ese momento, como Cabañas 2001, en Salta (mil 500 kilómetros
al noroeste de esta capital), y otro ejercicio de la infantería
de marina estadunidense con fuerzas locales, en Entre Ríos (en la
mesopotamia, a 500 kilómetros al noreste), bajo el nombre de Fluvial
V.
El acuerdo para estos ejercicios es permanente y por eso
este año un programa televisivo abordó nuevamente el tema.
También en estos momentos hay marines estadunidenses en la
provincia de Misiones combatiendo el mosquito del dengue con armas de guerra,
y los sindicatos de Tierra del Fuego no han logrado detener la construcción
de una base de Estados Unidos en Tolhuim.
Algunas fuentes ligadas a sectores de las fuerzas armadas
dijeron a La Jornada que se investiga a importantes jefes de la
fuerza aérea argentina por la adquisición de 36 aviones de
combate A4-AR, con un costo cercano a los 300 millones de dólares,
a la empresa Lockheed (ligada al Pentágono), concesionaria de la
fábrica militar de aviones, con asiento en Córdoba.
El 1º de julio de 1995, el entonces presidente Carlos
Menem entregó la fábrica militar de aviones del país,
con mucho prestigio en el mundo, "bajo el disfraz de una concesión
legalizada... Ese acto determinó la muerte de la estratégica
industria aeronáutica nacional, con la promesa de constituir un
excepcional centro regional de mantenimiento", que nunca se constituyó,
señalaron las fuentes a este periódico. Ahora, la Lockheed
trata de forzar nuevos contratos: fabricar 12 aviones Pampa para la fuerza
aérea y modernizar 48 aviones de su flota, amenazando con su alejamiento
si esto no sucede. Para algunos sectores militares la fábrica debe
volver al país y trabajar como lo estaba haciendo antes.