Sami David
Chiapas, otra realidad
La congruencia es empatar el pensamiento y la palabra con los hechos. Nada más difícil que alcanzarla tanto en el ámbito de lo cotidiano como en el de la acción política. Nada más comprometedor ante las actuales circunstancias de un estado como Chiapas, que es referente de pobreza, marginación e injusticia. Es un reto que entraña riesgos, pero que deben correr los partidos políticos, para lograr la credibilidad y la confianza necesarios, como instrumentos para encauzar las demandas de la ciudadanía mediante su participación directa en los asuntos públicos.
No es tarea fácil, sobre todo en una sociedad como la de Chiapas, confrontada e inequitativa, con regiones contrastantes, unas muy pobres y otras ricas, con más de 20 mil comunidades dispersas, la mayoría de ellas inaccesibles y abandonadas. Por ello, el proceso interno para la elección de candidatos del Partido Revolucionario Institucional, como el que culminó el domingo 23 de marzo en Chiapas, viene a ratificar el compromiso de la directiva nacional de devolver el PRI a las bases, a su origen que es la gente, sin importar qué tan lejos vivan o qué tan pobres sean, porque lo importante es que retomen su condición de ciudadanos.
La copiosa votación alcanzada en 10 distritos electorales chiapanecos, en la que participaron 41 precandidatos (cuatro precandidatos en promedio por distrito), demuestra que la militancia priísta reconoce que el camino de la democracia es la vía para afrontar las diferencias y lograr la reconciliación.
En efecto, si hay algo que destacar en la jornada electoral interna del domingo en Chiapas es la participación responsable de los militantes del PRI, para elegir a quienes serán los abanderados del partido en el proceso electoral que para elegir diputados culminará en el mes de julio próximo.
Fueron a las urnas con un gran interés cívico y su voto significó, además, una muestra de su disposición para fortalecer al PRI, para que la presencia política del PRI se consolide. No hubo incidentes que lamentar y las expectativas de que se harían de manera libre y democrática se convirtieron en la demostración más importante de congruencia.
Para evaluar el resultado alcanzado (142 mil 182 votos acopiados, en diez distritos, que representa 54 por ciento del listado) hay que considerar la geografía del estado, donde hay distritos como el de Ocosingo, en la selva Lacandona, que toma 10 horas recorrerlo de punta a punta.
Los representantes de los diferentes precandidatos actuaron con responsabilidad y convicción de que los comicios representan un paso adelante en el compromiso de lograr que, en efecto, el PRI esté cerca de la gente y que esta premisa no sea sólo una frase más, sino el sustento para la confianza en las acciones que emprenda el partido con el fin de reafirmar su fortaleza.
No se puede soslayar que este ejercicio democrático es una valiosa aportación para los esfuerzos de reconciliación en el Estado y que tiene que terminar de construirse sin demagogia y con un verdadero apoyo popular. Si es cierto que la cultura política requiere de un aprendizaje, los comicios internos del PRI en Chiapas conforman un elemento para la renovación del partido, desde abajo.
Fomentar la participación directa de la militancia deja atrás prácticas que en nada favorecieron la imagen del PRI, con las consecuencias que, sin traumas, todos conocimos. La política ya no es el simple ejercicio de "mandar línea" ni atributo de los dirigentes, ni el capricho de intereses de grupo o de camarillas. Las bases militantes han asumido también el papel activo que les corresponde. Ya no más pasividad. Ya no más esperar el triunfo electoral por una decisión de cúpula. Por eso destaca en Chiapas el proceso regresivo del PAN a una posición feudal y cupular al enviar desde el centro a los candidatos, y el PRD que se confirma como un partido carente de compromiso y de identidad política.
Ser representante popular implica el trabajo permanente con las bases partidistas y sociales. Significa comprender la realidad en la que se desenvuelven los acontecimientos políticos. Esta experiencia preliminar ha sido rica en la formación de los cuadros del partido.
Tendrán que poner todo su empeño para actuar con la misma dignidad pero con un esfuerzo mayor. Chiapas está ansioso de que los problemas internos sociales, políticos, económicos y culturales se diluciden en el marco civilizado de la política.
Es menester que se entienda de una vez por todas que para lograr que el Estado progrese en todos los aspectos, la participación ciudadana que promueve el PRI debe ampliarse. Habrá que pugnar entonces no solamente por la congruencia sino también por la coherencia que llevará la unidad priísta a una mayor competitividad electoral.