Ingreso per cápita menor al de hace cinco
años, consumo estancado y escasa inversión
América Latina, sin margen de maniobra económica:
BID
Las reformas impuestas por el FMI-BM han prolongado
los años de escasez, afirma
En 2002 la tasa promedio de desempleo llegó a
9.1% de la PEA; la más alta registrada
ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO
Milan, 23 de marzo. El ingreso per cápita
de los latinoamericanos es hoy menor que hace cinco años, el consumo
está estancado y la inversión ha caído al punto más
bajo de la década pasada. Por si fuera poco, las salidas de capital
son ahora superiores a las reportadas durante la crisis de la deuda externa
de los años 80. Así es como dibuja el mapa económico
y social de la región el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
que en un reporte entregado este domingo a los ministros de Hacienda de
todo el continente advierte:
''Tras casi media década de restricciones financieras
externas y bajo crecimiento interno, en la mayoría de los países
ha desaparecido todo margen de maniobra para paliar los efectos'' del pobre
desempeño económico.
El BID se sumó a opiniones de otros organismos
que finalmente deben dar cuenta de lo evidente. Las reformas económicas
impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial
(BM), y acatadas por los gobiernos locales han generado magros beneficios
y, en cambio, han prolongado los años de escasez para los habitantes
de la región.
En
el arranque formal de la 44 asamblea de gobernadores del BID que se realiza
en esta ciudad del norte de Italia, el organismo presentó este domingo
su informe anual 2002, en el que advierte sobre los riesgos sociales derivados
del retroceso económico.
Hay, dice, múltiples factores de incertidumbre
sobre el futuro de la región. El escenario económico internacional
continúa oscurecido por la débil recuperación de Estados
Unidos, la falta de soluciones a la crisis argentina y los temores por
el peso de la deuda externa brasileña. ''A estas razones de incertidumbre
económica se suma el creciente descontento popular en varios países'',
advierte el BID en el informe entregado hoy a los ministros de Hacienda
del continente, quienes integran la asamblea de gobernadores del organismo.
El informe del BID sobre el desempeño económico
de la región en 2002, emitido este domingo, es el segundo reporte
difundido por un organismo regional en menos de seis meses que llama la
atención sobre las consecuencias del pobre desempeño económico
de los países de la zona. En diciembre pasado, la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que forma
parte de la Organización de las Naciones Unidas, aseguró
que los pasados cinco años debían considerarse perdidos en
términos de mejorar el nivel de vida de los latinoamericanos.
Una sangría permanente
Los flujos de inversión hacia América Latina
y el Caribe disminuyeron en el año anterior, pero la región
siguió transfiriendo buena parte de su riqueza para cubrir el pago
de sus deudas en una proporción inclusive mayor a las salidas de
capital registradas durante la crisis de la deuda externa de los años
80, que dieron pie a la ''década perdida''.
El informe del BID destacó que las salidas de capital
que ha sufrido la región desde que estalló la crisis rusa
a mediados de 1998 y hasta 2002, ''superan ya las que se tuvieron entre
1983 y 1989, durante la crisis de la deuda, en valores ajustados a la inflación''.
Solamente en los dos últimos años, abundó
el reporte, la región ha perdido, por la salida de capitales, 95
mil millones de dólares, cantidad que equivale a 5 por ciento del
producto interno bruto (PIB) de la zona, estimado por el Banco Mundial
en 1.9 billones de dólares.
Además de las salidas de dinero, el clima financiero
internacional adverso para América Latina se ha traducido en una
''reducción sustancial'' de las entradas de capitales a la región,
apuntó el BID.
En 2002, indicó, las entradas totales de capital
a la región fueron por 50 mil millones de dólares, 32.4 por
ciento menos que el promedio anual de 74 mil millones de dólares
registrado para el periodo comprendido entre 1996 y 1998.
''Si se descuentan los fondos de financiamiento compensatorio
desembolsados por situaciones de crisis (como los casos de Brasil, Colombia
y Argentina, por ejemplo), las entradas autónomas de capital no
llegaron siquiera a 40 mil millones de dólares en 2002'', añadió.
Estancamiento generalizado
El reporte del Banco Interamericano de Desarrollo asume
otras estimaciones, como la realizada por la Cepal en diciembre pasado,
para señalar que el PIB regional cayó 0.5 por ciento en 2002,
''cancelando así el modesto aumento de 0.4 por ciento que se logró
en 2001''.
Señala: ''Puesto que ningún país
tuvo un crecimiento elevado, puede afirmarse que, por primera vez en más
de una década, la región registró una situación
de estancamiento generalizado''.
La inversión, un indicador clave pues su deterioro
implica que las posibilidades de crecimiento futuro son menores, fue el
componente más sensible durante 2002 a las fluctuaciones de los
flujos de capital y al debilitamiento de la actividad productiva. En 2002,
anotó el informe anual del BID, sufrió una nueva caída
para situarse cuando menos 20 por ciento debajo de su nivel más
alto registrado en 1997 ''y en el punto más bajo de los pasados
10 años''.
Debido a las condiciones de estancamiento o recesión
que predominan en América Latina, añade el informe presentado
hoy, el mercado laboral se ha debilitado. La tasa promedio de desempleo
en 2002 se elevó a 9.1 por ciento de la población económicamente
activa (PEA), la mayor de que se tenga registro.
Así, el debilitamiento del mercado laboral en los
años recientes ha tenido un efecto ''muy preocupante'' sobre las
tendencias de la pobreza. Aunque el BID no maneja en su informe estimaciones
propias, reproduce las hechas por la Cepal en diciembre.
Según el organismo de Naciones Unidas, cita el
reporte del BID, el número de pobres en la región creció
de 207 millones a 214 millones en el año anterior.