Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 20 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Política

Víctor M. Quintana

La Secretaría de la Reforma Agravia

Nada mejor para analizar la actitud del régimen foxista hacia los campesinos pobres y los indígenas que el modus operandi: la importancia dentro del gabinete y de las asignaciones presupuestales que tiene la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA).

Bernalejo es el más reciente y patético de los ejemplos de la negligencia, incuria, burocratismo y de la ineficiencia de la SRA, la dependencia más remota del gabinetazo.

Cientos de indígenas tepehuanos y cientos de campesinos mestizos de Durango y de Zacatecas, respectivamente, se encuentran al borde del derramamiento de sangre, sangre inocente de cualquier bando del que brote por las resoluciones -contradictorias o encimadas o que no toman en cuenta los antecedentes históricos- que emite esa secretaría.

Es cierto, los ejidatarios recibieron legalmente las tierras, pero Ƒquién se preocupó de verificar si no eran, si no son territorio de una o varias comunidades indígenas?

Es el eterno retorno del problema, en entidades diferentes, con caras no tan diferentes, casi siempre indígenas, con lenguas diferentes. Problemas agrarios irresueltos que enfrentan a las comunidades; situaciones de hecho que buscan ser solucionadas con acciones directas. Muertes, viudas, huérfanos. Así se vive en Oaxaca, en la Huasteca, en Chiapas, en la sierra Tarahumara. Las constantes: zonas montañosas, indígenas, pobreza extrema. Y del lado del gobierno, sólo trámites laberínticos, esperas eternas, funcionarios corruptos, resoluciones mal fundadas.

En Chihuahua, las comunidades rarámuris lo viven día con día. Resulta que una mañana se despiertan con la noticia de que sus tierras de siempre, sus rocas de siempre, sus bosques de siempre, tienen ahora dueño chabochi y cercos de alambre. Luego ven que talan los pinos que creían suyos y construyen cabañas para el turismo y hasta la arena de los arroyos se llevan. Van a la Reforma Agraria y allá les informan que ellos, los pueblos indios originarios, los primeros dueños de estas tierras, "estaban asentados en terrenos nacionales"; por lo tanto, no faltó un mestizo que denunciara tales terrenos y lograra que se le adjudicaran.

Por eso las comunidades empiezan a defenderse, primero, jurídicamente. Pero la lentitud, la complicación de trámites, el costo de las idas y vueltas a Chihuahua o a México ponen a prueba incluso la proverbial paciencia rarámuri. Y es cuando uno observa que las complicaciones y tardanzas de la SRA, así como de las procuradurías agrarias, obran en beneficio de los posesionarios mestizos, casi siempre empresarios particulares de Chihuahua, Creel, San Juanito o Guachochi.

Porque si el gobierno federal lo quisiera ya hubiera sometido a un intenso proceso de reingeniería, como dicen los tecnócratas, a todas las dependencias relacionadas con la justicia agraria. Si fuera la preocupación del gobierno del cambio hacerles justicia pronta y expedita a los pueblos indios, ya hubiera asignado un presupuesto mucho mayor para abatir el rezago, realizar con agilidad las investigaciones necesarias e incrementar el fondo para la expropiación o compra de tierras en beneficio de comunidades indígenas o de campesinos pobres.

Pero resulta todo lo contrario. Las delegaciones de la SRA en los estados son la viva imagen de la desidia e ineficacia anteriores al 6 de julio de 2000. Oficinas sin aparatos, burócratas sin tareas, dependencias sin presupuesto. Por aquí no pasan las planeaciones estratégicas, ni los isos nueve mil, ni los comités de transparencia. Aquí sigue reinando a sus anchas el antiguo régimen. ƑSerá acaso porque los destinatarios primeros de los servicios de esta secretaría no son los grandes empresarios, ni las capas medias ilustradas, sino los campesinos pobres y los indígenas?

Nadie se asuste, pues, de situaciones como la de Bernalejo. O de acciones como la que llevaron a cabo la semana pasada varias comunidades rarámuris del Frente Democrático Campesino en Chihuahua: en vista de la ineficacia de la Reforma Agraria para devolverles sus territorios y para realizar cualquier acción en favor de campesinos e indígenas, declararon formalmente convertidas las oficinas de la delegación estatal en "albergue para los indígenas y campesinos que lo necesiten".

ƑNo sucederá con la Reforma Agraria lo mismo que con Conasupo y Banrural? ƑNo será que el gobierno quiere que toque fondo, que la escasez de presupuesto y el descuido institucional la lleven a su máximo deterioro y, entonces sí, cerrarla por inoperante? Por supuesto, no sin antes pagar la deuda que la secretaría tiene, no con los campesinos e indígenas, sino con el jefe Diego.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año