El servicio no será interrumpido, asegura la empresa
DirecTV Latin America se declara en quiebra para enfrentar a acreedores
VICTOR CARDOSO
La empresa DirecTV Latin America LLC, uno de los dos operadores de servicios de televisión directa al hogar vía satélite en el continente americano se declaró en bancarrota y se suscribió voluntariamente al Capítulo 11 del Código Legal Federal de Estados Unidos (Ley de Bancarrotas) ''para poder enfrentar agresivamente los retos financieros y operativos de la compañía'' sin la presión de sus acreedores.
La empresa es un conglomerado formado por los poderosos grupos Hughes Electronics, de Estados Unidos; Organización Cisneros, de Venezuela, y el argentino Grupo Clarín. Pese a la decisión de acogerse al Capítulo 11, DirecTV Latin America aclaró que seguirá prestando servicios ''normalmente y sin interrupción'' a sus casi 1.6 millones de suscriptores en el continente.
Según reportes financieros, DirecTV Latin America sufrió los efectos de las recesiones en Argentina y Venezuela, así como una menor actividad económica de Brasil, lo cual se tradujo en menores suscripciones al sistema que opera en 28 mercados del continente.
A principios de este año la empresa informó que comenzaba negociaciones con programadores, proveedores y socios para resolver los problemas que afectaron el desempeño, entre ellos, costos fijos excesivos y ''una sustancial'' acumulación de deuda. Pero no se alcanzaron los objetivos esperados para el largo plazo.
Para superar la problemática financiera, el socio principal, Hughes, ofreció un financiamiento por 300 millones de dólares que estaría sujeto a la aprobación de la corte federal de Wilmiongton, Delaware, donde quedó radicado el caso. Esos recursos serían utilizados para fortalecer el flujo de efectivo y asegurar que proveedores, programadores y otros socios de negocios reciban pagos por servicios ofrecidos.
Otras medidas que adoptará son el recorte de gastos fijos, restructuración o término de contratos ''que no son acordes con las realidades económicas actuales de los mercados o que no permiten a programadores y provedores compartir apropiadamente con nosotros los riesgos de la fluctuación cambiaria o de elevación monetaria''.