Conservation International defiende la construcción de Disneylandia maya

Denuncia ONG "el inminente" desalojo de las comunidades de Montes Azules

La acción, "pretexto para la futura explotación comercial de la región": Global Exchange

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de las Casas, Chis., 18 de marzo. La organización Global Exchange (GO) denunció "el inminente desplazamiento forzoso de las comunidades asentadas en Montes Azules". Luego de enviar una "delegación de emergencia" a Montes Azules en días pasados, la ONG estadunidense concluyó que los desalojos programados por el gobierno "son un pretexto para la futura explotación comercial de la región".

Al denunciar "los planes del gobierno mexicano de desplazar a los indígenas de esta área", Global Exchange rechazó la versión de que los indígenas son los "destructores de la tierra". Agregó (en un comunicado "de difusión inmediata") que los pobladores de Montes Azules "han sido sometidos a hostigamiento por varias autoridades gubernamentales, incluyendo la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente y la Policía Federal Preventiva".

El organismo internacional de observación apuntó que, según estas autoridades, "los asentamientos indígenas amenazan la integridad de la reserva de la biosfera reconocida por las Naciones Unidas". No obstante, en vuelos sobre la región, los observadores comprobaron "que el daño ecológico realizado por estas comunidades es mínimo, especialmente en comparación con el daño extensivo causado por carreteras, ganaderos, madereros, bases militares y otros usos comerciales de la tierra". (Como se sabe, también existe una creciente presión turística sobre dicha área de la selva Lacandona.)

La comunicación destaca que en Montes Azules se encuentran amenazadas comunidades de la Asociación Rural de Interés Colectivo (Aric independiente), y de bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. La delegación de GO se entrevistó los pasados días 12 y 13 con pobladores de Nuevo San Gregorio, Nuevo Israel y Ranchería Corozal.

De acuerdo con GO, "la crisis actual en Chiapas es resultado de una larga historia de conflictos no solucionados por la tierra. Muchos de los padres y abuelos de los actuales asentados migraron a Montes Azules para escapar de las condiciones opresivas y degradantes de trabajo". Son tzotziles, tzeltales, tojolabales y choles, "parte de la diversidad cultural de los pueblos mayas".

Los indígenas "tienen derecho de quedarse en su tierra y de sembrarla en la forma que crean conveniente", advierte Global Exchange. "Tienen el derecho ético de vivir en su tierra y trabajarla en formas que protegen el planeta. Adicionalmente, su presencia en las tierras es legítima en concomitancia con los acuerdos de la Convención de Derechos Indígenas (Convención 169) de la Organización Internacional del Trabajo."

La delegación de observadores rechazó "la opinión de organizaciones como Conservation International (CI, también estadunidense), que han apoyado las acusaciones del gobierno mexicano al aseverar que las comunidades indígenas están destuyendo el bosque lluvioso".

A contrapelo de las tesis de CI, Global Exchange encontró en las comunidades de Montes Azules "un experimento muy importante que demuestra una forma sustentable de vivir en esas tierras. Por más de ocho años, varias comunidades han dejado de usar la agricultura de tumba y quema y el uso de agroquímicos peligrosos".

La delegación estuvo conformada por representantes de Estados Unidos, Canadá e Italia, y fue acompañada por miembros de Acción para las Comunidades y Ecología en las Regiones de Centro América (Acerca), Comité de Justicia Social, Comité de Acción Social, Instituto de Ecología Social y Proyecto de Medios Independientes de Chiapas.

Parque de diversiones en el Cañón del Sumidero

Por si alguien duda de la oportunidad de las paradojas, precisamente este lunes, el representante de CI en Chiapas, Ignacio March, saltó en defensa del nuevo parque turístico que se construye en el Cañón del Sumidero con capital de Alquimia (el voraz holding de entretenimiento turístico responsable de X'caret y otras espantosas minas de oro para consumo foráneo). Porque el rasero no es el mismo para todo; en Montes Azules CI demanda el desalojo de las comunidades que no sean de lacandones. El parque de diversiones en el Cañón del Sumidero, en cambio, representa "una oportunidad para sumarse a la conservación de la biodiversidasd y de los recursos naturales".

La inminente Disneylandia maya (pero en territorio históricamente zoque y chiapa) no causa rubor alguno a March cuando declara que su puesta en marcha "contribuirá al desarrollo social y económico de Chiapas, ya que ha creado fuentes de empleo".

El proyecto en curso de Alquimia (y con la entusiasta participación del gobierno del estado), al director de Conservation International le parece de lo más adecuado, pues considera que no alterará al río Grijalva y sus selvas, no contaminará, antes bien permitirá reforestar y tratar aguas residuales. No menciona la plaga venidera de deportes acuáticos con lanchas de velocidad, la cual convertirá el símbolo chiapaneco en una especie de Tequesquitengo con rápidos, donde los lagartos y otras especies animales se irán extinguiendo de una vez por todas, para que pasen a lo barrido los consumidores que pagan en dólares.

March encuentra "un enorme potencial turístico en Chiapas", que permite dar cabida "tanto a empresas de iniciativa privada como a empresas con bases comunitarias, en esquemas de ganar-ganar y en que el ambiente es genuinamente conservado y aprovechado de manera sustentable". (Tan es así que CI participa en proyectos ecoturísticos en el sur de Montes Azules, mientras mantiene intereses de bioprospección en el norte de la reserva de la biosfera.)