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Leonardo García Tsao
Extras a lo bestia
COMO NO TENGO hijos -lo cual fue una suerte para
ellos, supongo- me he mantenido bastante ajeno al fervor provocado por
ciertos productos infantiles, sobre todo los de la marca Disney. Me imagino
que la edición en DVD de La bella y la bestia supone un acontecimiento,
por la importancia que tuvo en la historia del cine animado.
DIRIGIDA
EN 1991 por Gary Trousdale y Kirk Wise, esa película significó
un punto de transición entre el tradicional trabajo disneyano y
el proyecto más ambicioso. La bella y la bestia fue el retorno
al cuento de hadas como fuente de inspiración -según la fórmula
de sus productos más representativos, incluyendo Blanca Nieves
y los siete enanos, la primera de la serie- y, al mismo tiempo, implicó
una búsqueda de nuevos elementos. Entre ellos, el uso de la animación
por computadora; una sola secuencia, el número de la canción
titular en un salón de baile, apuntó al potencial de la entonces
nueva tecnología digital: la sensación de una profundidad
de perspectiva, el recrear el movimiento de una grúa para seguir
el baile de los protagonistas, anunciaban un recurso que, en efecto, demostraría
ser imprescindible en los años siguientes.
SI BIEN LAS canciones habían sido una constante
en el largometraje de animación disneyano, La bella y la bestia
representó también un mayor esmero en ese terreno. Los compositores
Alan Menken y el fallecido Howard Ashman concibieron números dignos
de un musical de Broadway. No en balde, fue el primer proyecto en ser montado
después como un exitoso espectáculo teatral. (Por cierto,
la edición especial del DVD incluye un número descartado
de la original y posteriormente filmado para la versión IMAX. Se
trata de Humano otra vez, en el cual los objetos animados del castillo
de la Bestia, imaginan lo que serán sus vidas cuando se rompa el
hechizo y puedan recuperar su calidad humana.)
Viejo modelo
ESO NO IMPIDE que, más de una década
después, La bella y la bestia denote cierto envejecimiento.
Aunque estilizado, el trazo de los dibujos aún responde al viejo
modelo, apreciable desde La bella durmiente (1959), digamos. El
aspecto tridimensional tampoco aporta más de lo ya visto en El
libro de la selva (1967). Y ciertamente la caracterización de
los personajes se volvería bastante más sofisticada a partir
de proyectos como Aladdin (1992). De hecho, las voces aquí
se confiaron todavía a actores desconocidos -la única estrella,
si se puede llamar así, es Angela Lansbury, quien interpreta a la
Señora Potts.
CON LA TECNOLOGIA digital y las perspectivas más
maduras de estudios rivales como DreamWorks, el progreso del género
fue tan acelerado que al lado de las posteriores Toy Story, Shrek
o La era del hielo, el tradicionalismo de La bella y la bestia
se ve casi medieval. De hecho, Shrek funciona como una relectura
paródica de todo lo ñoño representado por La bella
y la bestia.
Atractivos
COMO PRINCIPAL ATRACTIVO, el
muy bien planeado paquete de DVD, incluye dos discos, pues el material
adicional es bastante generoso. Hay un documental detallado del proceso
de producción, un útil resumen de las más importantes
animaciones Disney de los años recientes, además de dos que
tres juegos para niños, entre otras gracias. Por supuesto, la calidad
visual y auditiva del producto es de primera.
(UN BOLETIN ME informa que para el padre de familia
demasiado zángano para adquirir los productos Disney en una tienda,
ya hay una línea telefónica para ordenarlos. El número
es 1084-2400.)