VIENTOS DE GUERRA
Censura la UE que Gran Bretaña y España
actúen al margen de Los Quince
Dimite ministro británico en protesta por el
apoyo de Blair a la guerra de Bush
Francia y Alemania reiteran su rechazo a una intervención
militar en Irak
DPA, PLA, AFP Y REUTERS
Londres, 17 de marzo. El ministro británico
de Relaciones con el Parlamento, Robin Cook, renunció este lunes
por divergencias con la política del primer ministro Tony Blair
hacia Irak. Por su parte, la presidencia de la Unión Europea sostuvo
que Gran Bretaña y España están actuando en la crisis
iraquí fuera del marco de Los Quince. A su vez, Francia y
Alemania se pronunciaron una vez más contra la inminente guerra.
Cook notificó a Blair su dimisión en Downing
Street, donde éste convocó a los principales ministros a
una reunión extraordinaria para hablar sobre la inminente guerra
contra Irak, señaló un portavoz oficial.
La dimisión de Cook, quien se opone a una intervención
militar en Irak, significa un severo golpe para Blair, quien es cuestionado
por los diputados de su formación política, la laborista,
y por la opinión pública.
También la ministra de Cooperación Internacional,
Clare Short, amenazó durante la reunión de urgencia con dimitir
si Gran Bretaña participa en la guerra contra Irak sin el mandato
de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Presentarán diputados enmienda "rebelde"
Al
término de la reunión, el viceprimer ministro, John Prescott,
informó que el martes se llevará a cabo en el Parlamento
un debate sobre Irak, durante el cual, dijo el canciller Jack Straw, Blair
pedirá a los diputados que apoyen la participación británica
en la invasión.
Pero una parte de los diputados llamados a votar la moción
del gobierno presentarán mañana una enmienda "rebelde", en
la cual consideran que la guerra no es necesaria en este momento, toda
vez que aún no se han establecido los argumentos en favor de ella.
Prescott, por su parte, criticó a Francia por su
"intransigencia" en la crisis. Afirmó que si el Consejo de Seguridad
de la ONU hubiera permanecido unido a Washington y Londres, el presidente
iraquí, Saddam Hussein, "habría sido desarmado sin disparar
un solo tiro", pero ahora, señaló, sólo quedan dos
opciones: "o Saddam se va al exilio o se le desarma por la fuerza".
Straw acusó a Francia de poner el consenso en el
Consejo de Seguridad "fuera de alcance", por su amenaza de recurrir al
derecho de veto contra toda resolución que incluyera un ultimátum.
Francia advirtió que el uso de la fuerza "corre
el riesgo de tener graves consecuencias para la región y para el
mundo". En declaración escrita, el ministro de Relaciones Exteriores,
Dominique de Villepin, subrayó que "una amplia mayoría" de
los miembros del Consejo de Seguridad "sigue dando prioridad, al igual
que Francia, al desarme de Irak mediante las inspecciones".
Previamente, en declaraciones a una radiodifusora local,
reiteró que Francia "rechaza una decisión que hoy no está
justificada. Fiel a sus convicciones, París reitera que en cualquier
caso Naciones Unidas, única garante de la legitimidad internacional,
debe desempeñar un papel central en la solución de la crisis
iraquí".
Insistió en que su país se opone a la solicitud
del primer ministro británico, luego de la cumbre tripartita en
las Azores -en la que además de Blair participaron el presidente
de Estados Unidos, George W. Bush, y el jefe del gobierno español,
José María Aznar-, de votar una nueva resolución sobre
Irak que incluya un ultimátum, porque "nosotros hemos hecho otra
propuesta". El canciller se refería al plazo de 30 a 60 días
para las inspecciones y a las medidas propuestas para reforzar el trabajo
de los inspectores de la ONU.
En Berlín, el canciller federal alemán,
Gerhard Schroeder, reiteró la oposición de su país
hacia una "resolución que legitime una guerra" contra Irak, poco
después de que el presidente Bush concediera a la ONU un plazo de
24 horas para que respalde la intervención militar. "Alemania no
apoyará en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución
que legitime una guerra", declaró Schroeder durante la reunión
semanal de la dirección del Partido Social Demócrata.
El canciller federal reiteró la necesidad de que
los inspectores de desarme de la ONU continúen sus labores en Irak,
al asegurar que las supervisiones ya han tenido éxito. "No abandonamos
la esperanza de conseguir el desarme de Irak por medios pacíficos",
sostuvo Schroeder.
Otro país que se opone a la guerra y con derecho
de veto en el Consejo de Seguridad es China, cuyo nuevo jefe de la diplomacia,
Li Zhaoxing, afirmó que la solución del conflicto iraquí
es política y debe encontrarse en el marco de la ONU. "Mi primera
misión es asegurar la paz y la estabilidad para el desarrollo de
China", indicó.
De su lado, el portavoz de la cancillería griega,
Panos Beglitis, cuyo país ejerce la presidencia rotativa de la Unión
Europea (UE), en reacción a la cumbre en las Azores, sostuvo que
Gran Bretaña y España "están alineados junto con Estados
Unidos fuera del marco de la UE.
Mientras el primer ministro de Canadá, Jean Chretién,
indicó que su país "no participará" en una acción
militar contra Irak si no es avalada por la ONU, su homólogo australiano,
John Howard, expresó que Camberra participará en una invasión
a la nación petrolera al lado de fuerzas estadunidenses y británicas
a petición de Bush.