La revolución interrumpida apareció
aquí en 1971
Obra de Gilly circula en Cuba por primera vez
''Gracias a este libro desacralizador contamos con una
visión crítica de la Revolución Mexicana'', explica
el prologuista
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 16 de marzo. Cuba publica por primera
vez un libro de Adolfo Gilly: La revolución interrumpida,
escrita durante los años que pasó el autor encarcelado en
el Palacio de Lecumberri, antigua penitenciaría del Distrito Federal
que ahora alberga al Archivo General de la Nación.
''Más
vale tarde que nunca'', dice el prologuista de la edición cubana,
el historiador Sergio Guerra Vilaboy, en alusión al hecho de que
el lector cubano común tiene apenas en marzo de 2003 una obra publicada
en 1971 y lleva más de treinta ediciones y varias traducciones.
En la presentación del volumen que la editorial
Ciencias Sociales sacó a la venta este fin de semana, Guerra contó
cómo algunos capítulos mimeografiados del libro circularon
durante un corto tiempo entre los estudiantes de historia de la Universidad
de La Habana, al principio de los setenta.
''Gracias a este libro desacralizador, desde entonces
contamos con una visión crítica de la Revolución Mexicana
que supera las historias descriptivas tradicionales y el mecanicismo y
los lugares comunes de la primitiva historiografía marxista", dijo
Guerra.
En la misma presentación fue leída una breve
nota que el articulista de La Jornada mandó para la ocasión.
Gilly narró la anécdota de que, al llegar al Foro Social
Mundial de Porto Alegre, el pasado 24 de enero, coincidió con otros
dos veteranos de la prisión política, un sudafricano y un
indio.
El sudafricano contó que en la cárcel picaba
piedra. No había libros ni periódicos ni noticias, sólo
trabajos forzados. El indio dijo que le había pasado lo mismo, aunque
le permitían cocinar en la celda y salió buen cocinero.
Dice Gilly que confesó, "con cierta vergüenza",
que en prisión (1966-1972) en México pudo leer libros y periódicos,
recibir visitas regulares, cocinar, jugar futbol una vez a la semana y
tener una máquina de escribir. De ahí salió La
revolución interrumpida.
El libro "hoy merece el honor para mí, que no creo
para nada en los honores, de una edición en Cuba. Dejo claro aquí
que, en las condiciones del bloqueo persistente, he renunciado con gusto
a percibir cualquier derecho de autor sobre la edición destinada
a circular en esta isla", señala Gilly en su mensaje.
"Que este libro se publique hoy en Cuba, allí donde
más lejos han ido las transformaciones y los desafíos que
una revolución haya enfrentado en nuestro continente, es para el
autor confirmación de una antigua confianza en las ideas del marxismo,
en su larga duración en el tiempo y en las afinidades electivas
entre esas ideas y los hechos revolucionarios, allí donde estos
se presenten en cualquiera de sus formas diversas e innumerables.''