Un estudio del INAH acabaría con la polémica
sobre si hay daño a la zona con esa festividad
Experto: peritaje debe determinar repercusiones de
la cumbre Tajín
El problema del encuentro radica en la manera como se
planifica, explica Bolfy Cottom
''Quizá hay tanta inconformidad en torno al acto
porque no se tomó en cuenta a la gente''
ARTURO JIMENEZ
Ante la polémica por la organización, desde
hace tres años, de un festival en la zona arqueológica de
El Tajín con motivo de la llegada de la primavera, el antropólogo
Bolfy Cottom propone la realización de peritajes que aclaren lo
que en realidad sucede ahí y determinen si la antigua ciudad totonaca
es afectada por ese acontecimiento "turístico-cultural".
A partir de los peritajes, continúa el experto
en derecho constitucional y en el concepto de "patrimonio cultural", el
INAH, que es la institución competente, debe "tomar cartas en el
asunto" mediante su órgano adecuado, que es el Consejo de Arqueología.
Además de investigador de la Dirección de
Estudios Históricos del INAH y profesor de la ENAH, Cottom es autor
de Régimen federal, cultura, educación y patrimonio cultural
en México (INAH), y coautor con Julio César Olivé
de INAH, una historia (CNCA-INAH), tres tomos que recopilan toda
la legislación nacional en la materia desde la Colonia hasta 1996.
Luego
de ofrecer en la ENAH la conferencia La legislación cultural, Cottom
recuerda en entrevista que uno de los problemas que no ayudaban a "clarificar"
la controversia en torno al festival en El Tajín era la ausencia
de una declaratoria como zona de monumentos arqueológicos, la cual
ya fue emitida en 2001.
Aunque aclara que eso no significaba que no hubiera desde
antes un expediente técnico que delimitaba la zona y las medidas
de protección, agrega:
"La falta de declaratoria provocó que se comenzara
a hacer uso de la zona arqueológica para un festival que al parecer
no responde a los intereses de las comunidades totonacas vecinas, las que
argumentan que sólo se ha beneficiado a ciertas empresas turísticas.
"Parece que el argumento planteado es que la violación
consistía en que se estaba comercializando con estos bienes que,
por ley, son inembargables e imprescriptibles, es decir, que no se puede
lucrar con ellos."
Sí es un festival cultural
Señala que a raíz de que se promulgó
la declaratoria el INAH tomó cartas en el asunto y pidió
que ese festival ya no se realizara en la parte central de la zona arqueológica,
porque afectaba las estructuras y la imagen de la antigua ciudad, entre
otros argumentos. Al parecer, dice, los espectáculos de luz y sonido
ya están fuera de la poligonal de la zona arqueológica.
Sin embargo, los opositores al festival Tajín,
quienes para esta ocasión y como una forma de protesta organizan
un acto alternativo en la comunidad indígena cercana al lugar, insisten
en que el llamado "parque temático" se ubica dentro.
El parque, advierten, causa un daño arqueológico,
porque si bien no se excavó al construirlo, sí se echaron
toneladas de tierra como soporte de las edificaciones. Debajo, dicen, permanecen
vestigios inexplorados.
-Los opositores al festival, entre ellos pobladores indígenas
vecinos, argumentan además que el festival ofende los valores de
su cultura y el carácter sagrado que aún le confieren a la
zona arqueológica.
-Aquí hay un problema porque si como antropólogo
me preguntan si ese festival es una actividad cultural, diría que,
francamente, sí lo es. Me parece que el problema no está
en si lo es o no, o si afecta o no, sino en la manera como se planifica.
Me parece que existen herramientas jurídicas y políticas
que tienen que utilizarse para planear un evento cultural de esta magnitud.
Cottom destaca otro aspecto: "Hay un problema de fondo
que tiene que resolver el propio Estado como tal y se refiere a cómo
se aplica la política cultural. El problema a veces no es si hay
o no política cultural, sino cómo se implementa y a quién
beneficia".
-¿El asunto de cómo se planifica se refiere
a que se excluye a las comunidades indígenas de la organización
del festival?
-Puede ser. No me consta, pero en principio eso estaría
manifestando el problema, porque si hay tanta inconformidad, eso significa
que la gente no fue tomada en cuenta.
Podría resurgir el encono
Bolfy Cottom se encuentra entre quienes consideran que
la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos
e Históricos, creada en 1972 para proteger el patrimonio cultural,
debe seguir vigente y no ser sustituida.
''Una ley no se cambia porque tenga 30 o cien años,
sino porque ya no resuelve los problemas. Y desde mi punto de vista esa
ley sigue resolviéndolos. Ahora, hay problemas que se han acrecentado,
circunstancias nuevas que se han generado, pero las instituciones, a estas
alturas, no pueden justificar una actitud ilegal no cumpliendo con procedimientos
establecidos.
''En muchos casos el problema no es si algo está
contenido o no en la ley, sino el conocimiento que los encargados tengan
para aplicarlo. Tienen que conocer cuál es su campo. Este marco
jurídico, que no es sólo la ley del 72, también conlleva
un proyecto de nación.
''En el fondo no es defender la ley por la ley misma,
sino defender ese concepto e idea de nación que subyace detrás
de la legislación, que desde mi punto de vista ha acotado su materia,
su campo y, en ese sentido, ha ido resolviendo problemas".
Según él, a veces se cuestiona la ley del
72 más de lo que en realidad debiera ser. "Hay una gran ignorancia.
De pronto se desata todo un discurso referente al patrimonio cultural y
entonces muchos voltean a verlo desde una mentalidad tecnicista y utilitaria.
Se desconoce lo que es la historia del país en esa materia y los
avances y logros.
"Cambiar esa ley desde la ignorancia sólo para
ver qué sale puede poner en crisis a instituciones producto de muchas
luchas. Hacerlo así sería revivir luchas enconadas''.