Desde Hitler, nadie había lanzado al mundo un desafío tan cínico: intelectuales

En Rusia, pacifistas se suman a las protestas

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 15 de marzo. Los rusos sumaron hoy su voz a la de millones de personas que participaron en esta nueva jornada de protesta mundial contra la guerra. En este país, según la encuesta más reciente, 92 por ciento de la población está contra un ataque a Irak.

Frente a la embajada de Estados Unidos, en céntrica zona de esta capital, se llevó a cabo un mitin que congregó alrededor de mil partidarios de la paz. Los manifestantes desplegaron mantas y carteles con la misma exigencia que en diversos lugares del planeta marcó este sábado: "¡No a la guerra!"

Todos los oradores en el mitin pidieron al Kremlin no ceder a las presiones y, junto con Francia y Alemania, mantenerse firme en la defensa de un arreglo político para la crisis de Irak. Entre los manifestantes se repartió el llamamiento que, bajo el título de "¡Detener a los agresores!", firma un grupo de 13 intelectuales y académicos rusos.

En su documento denuncian: "desde los tiempos de Hitler no se había lanzado a los pueblos del mundo un desafío tan cínico. Con el pretexto de 'desarmar' a Irak, el verdadero agresor, Estados Unidos, se dispone a cometer un crimen monstruoso, que puede teñir con la sangre de millones de personas indefensas estos comienzos del siglo XXI".

El gobierno de Rusia, por su parte, insistió hoy en que no está agotada la vía diplomática en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por lo cual deben continuar las inspecciones de armas en Irak.

El vocero de la cancillería rusa, Aleksandr Yakovenko, calificó el informe presentado por Bagdad sobre la destrucción de sus reservas de gas paralizante VX como "prueba de que Irak está intensificando su cooperación con la ONU". Sin embargo, Rusia también parece empezar a dar pasos concretos para prevenir el impacto en su economía de una guerra. A partir del primero de abril subirán los aranceles de exportación de petróleo de 25.90 a 40.30 dólares por tonelada, y de sus derivados, de 23.30 a 36.30 dólares por tonelada.

De esta manera, ante la previsión de que en caso de comenzar una guerra contra Irak el precio del barril de crudo ruso pudiera llegar hasta los 70 dólares, el gobierno pretende contener la presión inflacionaria que generarían las mayores ganancias de los grandes consorcios petroleros del país.