Especialistas exhortaron a los senadores a privilegiar el interés público en la reforma
Desairada audiencia sobre ley de radio y tv
ANDREA BECERRIL
Durante la primera audiencia pública en torno de la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión, que dictamina el Senado de la República, comunicadores y académicos pidieron a los legisladores ser responsables y no dejarse presionar por los fuertes intereses creados que buscan impedir que se establezca un nuevo marco jurídico para regular los medios electrónicos.
ƑEsta vez vamos a tener Congreso?, preguntó a los tres senadores asistentes la conductora Carmen Aristegui, mientras que Jacobo Zabludovsky encendió las luces de alerta al advertir que "frente a los vientos del cambio está el enorme Peñón de Gibraltar de los intereses creados". Se trata, señaló quien condujo por varias décadas el principal noticiario de televisión, de intereses muy poderosos, que no actúan solos y que tratan ahora de posponer la aprobación de una nueva Ley Federal de Radio y Televisión.
Igualmente el periodista Miguel Angel Granados Chapa y los especialistas en medios Raúl Trejo Delarbre y Ernesto Villanueva insistieron en que no debe posponerse esa reforma tendiente a democratizar la radio y la televisión.
Los participantes, sobre todo Aristegui y Granados Chapa, expresaron malestar por el hecho evidente de que a esa audiencia sólo asistieron el presidente de la subcomisión dictaminadora, Javier Corral Jurado, el priísta Manuel Bartlett Díaz y el senador de Convergencia Guillermo Herrera, tres de los 40 integrantes de las cuatro comisiones que tienen a su cargo dictaminar las modificaciones a la ley, y aunque tanto Corral como Bartlett aclararon que es difícil que haya quórum en ese tipo de reuniones y el panista tomó la decisión de imprimir de manera urgente un folleto con las ponencias y comentarios de quienes ayer participaron en la audiencia, fue evidente el desinterés de muchos de los legisladores. Ni siquiera la totalidad de los miembros de la subcomisión dictaminadora llegaron: faltaron Mariano González Zarur y Demetrio Sodi. Y como un elemento más de desinterés, no hubo versión estenográfica de la audiencia.
Aristegui advirtió que en el último cuarto de siglo ha habido infinidad de foros, discusiones y consultas con miras a tener una Ley Federal de Radio y Televisión "adecuada a un país con pretensiones democráticas", y en todo ese tiempo "no ha habido Congreso ni legisladores capaces de darle a la sociedad mexicana lo que quiere en esa materia". Se refirió a las expectativas creadas a partir del 2 de julio de 2000, a la ruptura de las negociaciones para llevar a cabo una reforma integral a esa ley, y preguntó si esta vez que está ya en comisiones la iniciativa en la materia, elaborada por organizaciones de la sociedad civil, se logrará legislar. Ƒ Esta vez vamos a tener Congreso?, preguntó.
En su turno, Jacobo Zabludovsky dijo que para no frustrarse una vez más, es necesario que los legisladores rechacen todas las presiones y actitudes interesadas en posponer esa reforma.
Trejo Delarbre, a su vez, aludió al "costoso descuido del Poder Legislativo" y urgió también a los senadores a emprender con toda seriedad la reforma del marco jurídico para la radio y la televisión, para que el "formidable poder" que han adquirido los medios electrónicos sea ejercido en beneficio de la sociedad y no contra ella.
Luego formuló una serie de propuestas de modificación a la iniciativa, entre ellas que ninguna empresa pueda poseer más de 25 por ciento de las estaciones de radio, la audiencia ni el ingreso publicitario nacional y regional en la televisión, para evitar el duopolio que ahora existe. Igualmente, hizo notar que el proyecto no establece restricciones, como las hay en otros países, para evitar que los dueños de estaciones de tv y radio posean además periódicos y otros medios impresos.
En su turno, Granados Chapa leyó la petición que formuló hace 25 años en nombre de un grupo de profesores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM al entonces candidato presidencial José López Portillo, y en la que la demanda era la misma de ahora: "una televisión y una radio puestas al servicio del interés nacional".
El investigador Ernesto Villanueva, de la Universidad Iberoamericana, autor de un libro sobre derecho comparado en torno de la información, advirtió a su vez que la ley actual es digna de un museo. Data de hace 40 años, dijo, y ningún país en el mundo cuenta con una legislación tan atrasada, que deja la regulación de los medios como coto de poder del gobierno en turno.