Lo que está en juego es el equilibrio del poder para muchos años, coinciden

Si hay guerra estaríamos al borde de la inestabilidad mundial: especialistas

El gobierno mexicano aún no define su postura porque está dividido al respecto: Marín Bosch

ROSA ELVIRA VARGAS

Cinco especialistas en política exterior, convencidos de que la postura de México ante el Consejo de Seguridad de la ONU debe ser de rechazo al conflicto bélico en Irak, se reunieron el miércoles para analizar, argumentar y concluir que un ataque estadunidense en ese país asiático podría llevar a que "el orden internacional volara en pedazos'', porque lo que hoy está en juego es la definición de los equilibrios de poder en el mundo para muchos años.

Los ex embajadores Hugo Gutiérrez Vega, Miguel Marín Bosch, Agustín Gutiérrez Canet y Oscar González, así como el ex canciller Manuel Camacho Solís disertaron en la Casa Lamm.

Coincidieron en que México debe seguir fiel a sus principios y posturas de política exterior y señalaron que, en efecto, aún no hay una decisión sobre el voto que se emitirá ante el Consejo de Seguridad porque, a decir de Marín Bosch, en el gobierno de Vicente Fox existe división sobre qué postura adoptar.

Del mismo modo que ubicaron la intensa movilización de la opinión pública de casi todo el mundo para rechazar la conflagración, por lo cual el gobierno de George W. Bush aparece más aislado, también se mostraron claros en que la decisión del ataque estadunidense contra Bagdad ya está tomada, "y no se ve cómo Bush pueda bajarse del carro de la guerra".

Por fortuna, destacó Marín Bosch, en el caso del voto de México y su orientación no todos los intelectuales coinciden con Enrique Krauze, y dijo que "una golondrina, en este caso un zopilote, no hace verano''. Además, reveló que su salida de la cancillería mexicana -de la subsecretaría que encabezó durante la gestión de Jorge Castañeda- ocurrió "por una cuestión de dignidad; no quedaba de otra".

Oscar González, presidente de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, puso el dedo en la llaga del conflicto internacional y su vinculación interna: "si no podemos imaginar que a los políticos y empresarios estadunidenses les importe más otra cosa que hacer valer su supremacía militar y su credibilidad política, Ƒpor qué habríamos de suponer que México y los mexicanos les importen más que los iraquíes o los coreanos?"

Manuel Camacho Solís, fugaz canciller en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, indicó que el riesgo de que estalle la guerra es que se atravesará el punto límite donde la fuerza predomina sobre la política, y luego ya será muy difícil regresar, pero en tono pesimista consideró que a estas alturas no es fácil que la política recupere su hegemonía. Resaltó además como "hecho peligroso" que este conflicto bélico se plantee como una "cruzada religiosa" inspirada en el cristianismo de derecha, porque ello puede llevar a "consecuencias nefastas" por mucho tiempo.

Dijo entonces que el único camino digno para México es la defensa de la legalidad internacional en el Consejo de Seguridad y emitir un voto contra la guerra. Sobre las consecuencias que esto traería al país, Oscar González convino en que desafiar al monstruo conlleva el riesgo de sucumbir, pero también debe recordarse que el miedo y la angustia no son los mejores consejeros, y que para las cuestiones de Estado se requiere frío cálculo y objetividad.

Al desconocer cuál será el sentido del voto de México, Agustín Gutiérrez Canet prefirió dar a Vicente Fox el beneficio de la duda y esperar que "por una vez en su mandato asuma una actitud responsable".

Sobre el pragmatismo que piden los grupos empresariales mexicanos a la hora de definir una postura en el Consejo de Seguridad, consideró que se trata de algo normal en ello, pues carecen de visión de Estado y actúan sólo sobre la base de la ganancia.

Frente a ese panorama, Hugo Gutiérrez Vega recordó que México siempre ha tenido una política exterior digna y contra la intervención en asuntos internos de otras naciones. Así lo muestran, ejemplificó, su condena en el marco de la Liga de las Naciones a la agresión italiana contra lo que hoy es Etiopía; cuando la entonces Unión Soviética invadió Finlandia; la agresión de Italia y Alemania contra España, o la defensa que hizo siempre de la autodeterminación de Cuba ante los amagues de Estados Unidos.

Hasta la Cumbre de Monterrey, apuntó, esas acciones fueron parte de la actitud de México en el ámbito internacional, lo mismo que su decisión de mantener puertas abiertas a los perseguidos políticos.

Cada intervención de los especialistas fue seguida con interés por un público numeroso que también de manera férrea defiende el no a la guerra en Irak.