Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 13 de marzo de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Mundo
Criticado en su país y preferido por Occidente

Antes de asumir la jefatura del gobierno serbio, Zoran Djindjic había polarizado fuertemente a la opinión pública, pues sus seguidores lo veían como un reformista pragmático que tomaba las decisiones necesarias para Serbia, una región empobrecida y sumida en la criminalidad tras una década de guerra y aislamiento. Pero sus críticos lo acusaban de tomar "atajos" políticos y acomodar los intereses de oscuras figuras que presuntamente cambiaron de bando durante el tumulto que precedió la caída del presidente Slobodan Milosevic, en 2000.

En su juventud, Djindjic intentó fundar una organización política y fue condenado a un año de cárcel que evitó yéndose a vivir a Alemania, donde se doctoró. Esto le causó impopularidad en Serbia; se le consideraba pro occidental, pues además alardeaba de nunca haber pertenecido a la Liga Comunista.

El político ya estaba en Serbia cuando comenzaron los bombardeos de la OTAN sobre el territorio, en 1999, si bien huyó hacia Montenegro alegando que había recibido amenazas de muerte, lo que nuevamente le valió críticas.

Pese a esto, durante el levantamiento que derrocó a Milosevic, Djindjic fue el cerebro que unió a los 18 partidos de oposición y colocó a Vojislav Kostunica en la presidencia de la aún denominada República Federal de Yugoslavia. Ambos políticos chocaron más tarde en cuanto a la forma de abordar la crisis económica del país, mientras Kostunica, con un estilo más tranquilo, conservaba la popularidad entre el pueblo, líderes extranjeros parecían preferir, para negociar, el estilo enérgico de Djindjic.

Durante los pasados 18 meses seguidores de Kostunica han alentado historias sobre supuestos lazos entre los asociados de Djindjic y figuras del crimen organizado, e incluso llegaron a implicar al gobierno serbio en el asesinato de un ex agente estatal de seguridad. El primer ministro, sin embargo, hizo prioridad de su gobierno el combate a las mafias. DPA

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año