Cuestiona que países pequeños
del Consejo de Seguridad definan la opinión mundial
La guerra, inevitable si Hussein no renuncia, sostiene
Henry Kissinger
Expertos en intervenciones estadunidenses elaboran el
plan para "un Irak posguerra"
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 12 de marzo. Cuando Henry
Kissinger habla de guerras e intervenciones, vale escuchar a una de las
figuras de mayor experiencia en esas hazañas: "A menos que Hussein
renuncie, creo que no hay ninguna posibilidad de evitar la guerra".
En entrevista con CNN, Kissinger consideró que
ha llegado la hora cero. En el debate de la ONU sobre Irak, señala,
es hora "de que las naciones voten, porque ya se ha hablado todo lo que
se tiene que decir, todos los argumentos se han dado y, por lo tanto, debemos
ver qué deciden todas las naciones".
Ya no puede llegarse a una solución negociada
entre las posiciones en la ONU, estimó Kissinger. "No hay ningún
arreglo que se pueda hacer, entre los que se están proponiendo,
que haga la más mínima diferencia en el resultado... En este
momento, creo que el asunto fundamental tiene que ser enfrentado y creo
que esta es la dirección que tomará el presidente". El ex
secretario de Estado declaró que lo único que se debería
considerar ahora es cómo tomar en cuenta las necesidades del gobierno
de Tony Blair.
Bush, afirmó Kissinger, había "demostrado
gran respeto por la Organización de Naciones Unidas" pero, por falta
de voluntad de ese organismo se podrá haber dañado, ya que
habrá "una gran renuencia (de Estados Unidos) a regresar a la ONU
para otros asuntos".
Señaló que la dinámica del Consejo
de Seguridad es "rara", ya que ahora países pequeños africanos
u otros "de repente son sujetos de visitas del canciller francés
y apelaciones del presidente de Estados Unidos, sobre un asunto que el
presidente y el público estadunidense considera esencial para la
seguridad estadunidense... una dinámica donde se dice que la opinión
mundial está definida por este grupo relativamente pequeño
de naciones".
En un momento que para algunos tendría cierta ironía,
Kissinger comentó que la posición de Chile instando a un
consenso de los miembros permanentes del consejo y a no ejercer presión
sobre los no permanentes para llegar a una decisión, "es un muy
buen argumento". Tal vez nadie se dio cuenta de que estaba hablando de
un gobierno que se califica de "socialista", de la misma corriente que
Salvador Allende.
Mientras expertos como Kissinger hablan de estos asuntos,
otras figuras conocidas por su presencia en intervenciones y guerras pasadas
de Estados Unidos frente a las "amenazas directas" a su seguridad, han
entrado al debate sobre Irak. La ex embajadora ante la ONU, Jeane J. Kirkpatrick,
y los ex embajadores Thomas Pickering, James Dobbins, junto con Stanley
Fischer, de Citibank, ejecutivos de empresas petroleras y ex funcionarios
de inteligencia participan en un recién creado "grupo de tarea"
del prestigioso Council on Foreign Relations para hacer recomendaciones
y elaborar políticas para un Irak posguerra y con cambio de régimen.
A todo esto y en algo que pocos registran, otra conocida
figura de otros tiempos de intervención y guerras secretas está
ahora a cargo de la política estadunidense para Medio Oriente en
el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca: Elliot Abrams.
Abrams, quien fue culpado de mentir al Congreso por su
participación en las operaciones ilegales conocidas como Irán-contra,
ha sido políticamente resucitado, primero fue nombrado encargado
de asuntos de "democracia y derechos humanos" en la Casa Blanca y ahora
es asesor de seguridad nacional para la región donde está
por estallar otra guerra más a nombre de la paz y la democracia.