ONG de Juárez: más de 4 mil desaparecidas
Sigue impune la violación de militares a tres tzeltales
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ROSA ROJAS
A propósito del Día Internacional de la
Mujer, es un "escándalo" que los discursos oficiales de respeto
a los derechos humanos naufraguen. El gobierno de Vicente Fox no ha cumplido
ninguna de las recomendaciones que hizo la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) en el caso de las tres tzeltales violadas por
militares en un retén cerca de Altamirano, Chiapas, en 1994, "ni
siquiera la de reparación del daño", afirmó la abogada
de las víctimas, Martha Figueroa, del Colectivo de Mujeres de San
Cristóbal.
La CIDH y Amnistía Internacional recomendaron que
los casos de las violadas por militares y otros agravios a civiles, que
ahora se ventilan en el fuero militar, sean juzgados en el ámbito
civil.
El "gobierno del cambio" ha hecho oídos sordos
a estas recomendaciones, lo mismo que antes hicieron los gobiernos priístas.
Figueroa explicó que la última diligencia,
realizada el 13 de diciembre en San Cristóbal de las Casas, se tuvo
que suspender por "la falta de respeto de los militares a las declarantes".
Se va a solicitar a la Secretaría de Relaciones Exteriores que se
instale una nueva mesa "o a ver dónde seguimos, porque no se ha
pasado el caso al fuero civil y los militares están tratando de
arrastrar el caso a que no hubo violación, cuando eso no está
en discusión, sino quiénes fueron los responsables".
Afirmó
que hay un patrón de comportamiento de los militares en el caso
de violaciones a mujeres indígenas en las zonas donde hay conflictos
internos, y "el Ejército está como represor y controlador:
van persiguiendo a alguien, violan a alguna mujer y ante la denuncia la
respuesta es negar, hostilizar, criminalizar a la víctima diciendo
que trata de desprestigiar a la institución". Lo otro es que ellos
son los que investigan y "sacan a las organizaciones civiles y el Ministerio
Público (MP) militar hostiliza a las víctimas; luego viene
el desistimiento. Las únicas que no se han retirado son las tres
hermanas tzeltales".
Hay otras seis indígenas violadas por militares
en Guerrero. Cuatro casos están impunes y los otros dos, denunciados
el año pasado, para allá se encaminan. En el primer grupo
están el de Aurelia Méndez Ramírez y Delfina Flores
Aguilar, ultrajadas en Zopilotepec, municipio de Atlixtac, en 1997; el
de Victoriana Vázquez Sánchez y Francisca Santos Pablo, violadas
en 1999 en Barrio Nuevo San José, municipio de Tlacoachistlahuaca,
cuando además dos civiles fueron ultimados por los militares.
En el segundo grupo están los casos de Valentina
Rosendo Cantú, violada el 16 de febrero en la comunidad tlapaneca
de Barranca Bejuco, e Inés Hernández Ortega, también
tlapaneca, ultrajada en Barranca Tecuani. En ambas violaciones tumultuarias
intervinieron, según denunciaron las víctimas, militares
del 41 batallón del Ejército mexicano.
Para colmo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH) determinó que "no encontró elementos" de que Valentina
Rosendo hubiera sido violada por militares. El visitador de la CNDH, Rodolfo
H. Lara, declaró en Chilpancingo, Guerrero (La Jornada, 8
de febrero de 2003): "este organismo (la CNDH) ha determinado dar por concluido
el expediente en cuestión, ya que no se cuenta con las pruebas determinantes
de que efectivamente la agraviada hubiese sido objeto de agresión
sexual por parte de servidores públicos de la Secretaría
de la Defensa Nacional".
Sin embargo la CNDH no había notificado aún
formalmente de esa determinación ni al Centro de Derechos Humanos
de la Montaña Tlachinollan, de Tlapa, Guerrero, ni al Centro de
Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, que llevan conjuntamente la
defensa del caso de Valentina. Vidulfo Rosales, del área jurídica
del Tlachinollan, y Carmen Herrera, del Miguel Agustín Pro, comentaron
-por separado- que ellos se enteraron por los diarios.
Rosales afirmó que esa conclusión de la
CNDH "afecta un poco" el caso, el cual se está ventilando ante el
MP militar. "Desde nuestro punto de vista es muy subjetiva, no sé
en qué se basan para decir que no hay violación, pues ya
se había acreditado ante el MP de Tlapa especializado en delitos
sexuales que sí hubo violación, con un certificado médico
que, de acuerdo con la ley, es la prueba idónea para acreditar la
violación. La CNDH pudo haber requerido al MP especializado en delitos
sexuales que le enviara constancias de la averiguación previa para
allegarse más elementos".
Mencionó que el asunto de Valentina estaba más
avanzado porque "efectivamente se hizo el MP allegar muchos elementos de
prueba, con los cuales se puede hablar ya de una responsabilidad; el cuerpo
del delito quedó acreditado ante el MP de Tlapa, en lo que se estaba
era en la acreditación de la probable responsabilidad de los indiciados.
Se sabe que fueron elementos del Ejército mexicano y del 41 batallón;
faltaba saber quiénes habían estado en el lugar de los hechos.
Entonces fue cuando remitieron el caso a la agencia del MP militar, el
15 mayo de 2002". Ahora se está impugnando en los tribunales la
competencia del fuero militar.
En el caso de Inés, "ni siquiera se acreditaba
el cuerpo del delito cuando lo enviaron al MP militar, sin notificar a
la agraviada ni a sus representantes, dejándola en estado de indefensión.
Igual impugnamos; fue a fines de mayo de 2002.
El pasado 17 de enero de este año, elementos del
Ejército mexicano llegaron otra vez a intimidar a Inés a
su domicilio, en Barranca Tecuani, para exigirle que retire la demanda.
Además, el 18, 19 y 20 del mismo mes los militares estuvieron haciendo
actos de intimidacion contra la gente del pueblo: a Fortunato Prisciliano
Sierra, esposo de Inés Fernández, intentaron golpearlo cuando
se organizaba junto con los miembros de la comunidad para solicitar la
salida del Ejército. Por esos hechos se interpuso una queja ante
la CNDH el 26 de febrero de 2003, por conducto de la Comisión Estatal
de Derechos Humanos.
Arturo Campos, de la Organización Independiente
de Pueblos Mixtecos, comentó que los militares han declarado que
en Barranca Tecuani "había enervantes, que subieron a destruirlos
y que no es cierto lo que declaramos de la violación a Inés.
Nosotros decimos que si hay sembradíos los destruyan y entre a investigar
la Procuraduría General de la República, pero que se debe
investigar y castigar a los culpables de la violación de la compañera".
De los casos de las mujeres de Zopilotepec, Aurelia Méndez
Ramírez y Delfina Flores Aguilar, Rosales informó que la
CNDH hizo una propuesta de "amigable composición", que las agraviadas,
a las que no se pudo dar un acompañamiento formal, aceptaron. Esta
consistió en girarle instrucciones a la Procuraduría de Justicia
Militar para que investigue los hechos probablemente delictivos cometidos
contra las indígenas. Se inició la investigación pero
"el problema es que el Ejército vino a querer levantar las declaraciones
de las víctimas, el MP militar no encontró a nadie en la
comunidad y dijo que por falta de interés jurídico no se
había podido llevar a cabo la diligencia, y luego prescribió
la acción". De los casos de Barrio Nuevo ninguno de los centros
consultados pudo dar razón.
Presencia del Ejército, para el "combate
a las drogas"
Sigue el plantón en Huaxcaleca, Puebla, por
falta de servicios
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 7 de marzo. Desde el 27 de febrero
miembros del Ejército y de las policías estatal y municipal
vigilan la junta auxiliar de Huaxcaleca, perteneciente al municipio de
Chichiquila, sitio en el que habitantes del lugar pertenecientes a la Unidad
Nacional Anáhuac (UNA) mantienen un plantón en protesta por
la carencia de servicios elementales que, argumentan, les han sido negados
por el ayuntamiento. Ahora también demandan la libertad de uno de
sus líderes. Desde que iniciaron sus demandas dos de sus dirigentes
fueron detenidos, aunque uno fue liberado ayer y hay probabilidad de que
haya negociaciones el lunes.
En
esta comunidad, enclavada en las inmediaciones de la sierra de Zongolica,
en la falda norte del volcán Citlaltépetl, se vive una gran
tensión. Los habitantes se cubren los rostros con rebozos, paliacates
o pasamontañas -porque aseguran que están siendo fotografiados
por las autoridades- y tienen palos que exhiben cuando se sienten amenazados.
Los cuerpos armados se encuentran en número considerable para una
localidad como ésta, que tiene unos 2 mil 500 habitantes y ocupa
el lugar 22 de muy alta marginación en el estado.
El gobierno estatal informó que las demandas de
los habitantes son inadmisibles, porque pretenden no sólo que se
hagan obras públicas por 100 millones de pesos, sino porque quieren
manejar los recursos ellos mismos, lo que es improcedente en la normatividad
municipal.
Según el secretario de Gobernación del estado,
Carlos Arredondo, otra de las demandas que no está en manos del
gobierno resolver es la creación de un municipio, petición
que corresponde resolver al Congreso del estado.
Sobre las detenciones de los dos líderes, se asegura
que obedecieron a que ambas personas encabezaron un grupo que secuestró
a uno de los caciques de la cabecera municipal, de nombre Arsenio Sedas.
Arredondo confirmó que hay órdenes de aprehensión
pendientes contra otros miembros de la UNA, a los que acusó de instigar
a los pobladores de Huaxcaleca para que desconozcan a las autoridades de
la cabecera municipal y se constituyan en municipio autónomo.
La presencia del Ejército en la zona, señaló
el funcionario, no tiene que ver con el movimiento de pobladores de Huaxcaleca,
sino con el combate a las drogas, porque se encontró en la zona
un sembradío de mariguana mayor a una hectárea. En diferentes
ocasiones se ha informado de la presencia de grupos guerrilleros en la
sierra de Zongolica, lo que hace establecer un posible vínculo de
las fuerzas armadas con su actividad en la zona.
Por su parte, el gobernador del estado, Melquiades Morales,
insistió ayer en que el movimiento está manipulado por personas
del Distrito Federal, y aseguró que no usará la fuerza pública
para retirar el plantón y las tres barricadas que están a
la entrada de Huaxcaleca para obstaculizar la llegada de los fuereños.
Desde un cerro los miembros de la UNA continúan
las 24 horas en alerta ante la posibilidad de nuevas incursiones de los
uniformados. En la última de las zanjas colocaron una cuerda con
la que impiden el paso a la gente, y le exigen a los fuereños
el pago de un peaje para recabar fondos y mantener su plantón, además
indicaron que esa medida los hace sentirse un poco más protegidos.
Unos 50 miembros de la UNA también han realizado movilizaciones
frente a la sede del gobierno estatal y los juzgados de defensa social.
Según el Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática, en Huaxcaleca se carece por completo
de drenaje, hay siete habitantes por casa, sólo existe un teléfono
y 40 por ciento de la población recibe menos de dos salarios mínimos.